Administración invierte 7,5 millones erradicar plaga río Guadiana
Mar, 27/06/2006
La Administración central ha invertido más de 7,5 millones de euros en la erradicación de la plaga de jacinto de agua o camalote en el tramo del río Guadiana comprendido entre las localidades pacenses de Medellín y Montijo, de 75 kilómetros, en cuya retirada han participado más de cuatrocientos trabajadores.
Según informó hoy el técnico de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CGH) encargado de la coordinación de los trabajos, Nicolás Cifuente, acompañado del presidente de este organismo, Enrique Calleja, en la actualidad se están acometiendo labores de control y vigilancia de la plaga para evitar su proliferación con la subida de las temperaturas.
En rueda de prensa, recordó que la primera presencia de camalote en el río Guadiana se detectó en el verano de 2004, momento a partir del cual se iniciaron las inv
estigaciones en la Universidad de Extremadura (UEx) para la identificación de la planta.
El camalote, indicó, está incluido dentro de la selección de las cien especies animales y vegetales más peligrosas fuera de su hábitat natural, según el estudio realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A pesar de las características de dispersión de esta variedad vegetal, prosiguió, no fue hasta el verano de 2005 cuando comenzó a reproducirse de una forma exponencial hasta ocupar más de 75 kilómetros, que abarcan desde Medellín hasta la presa de Montijo.
En ese momento se puso en marcha un Plan Integrado para la Lucha y el Control del Camalote, centrado en cuatro fases: contención, extracción de la zona superior, de las zonas de difícil acceso, y control y vigilancia.
La primera fase, de contención, se fundamentó en evitar que la planta se extendiera más allá de esos 75 kilómetros y que penetrase en las rejas de entrada de los canales, a partir de la disposición de barreras en los principales embalses.
Posteriormente, coincidiendo con la llegada del invierno y el debilitamiento de la planta, se iniciaron las labores de extracción masiva, para lo que se dispuso un equipo de maquinaria y personal especializado en las extracciones.
De este modo, las más de 400 personas, divididas en diferentes cuadrillas de actuación simultánea, que han estado trabajando en estas tareas han conseguido recuperar unas 180.000 toneladas de camalote.
Una vez extraída la mayor parte del jacinto de agua, la CHG está llevando a cabo la fase correspondiente al control y a la vigilancia de la activación de la plaga, a la espera de actuar si se registra un nuevo brote de la planta como consecuencia de la subida de las temperaturas.
No obstante, el presidente CHG, Enrique Calleja, se mostró optimista ante la posibilidad de erradicación total del camalote, aunque confesó que se trata de un problema grave y que no se debe limitar aún su seguimiento.
Según informó hoy el técnico de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CGH) encargado de la coordinación de los trabajos, Nicolás Cifuente, acompañado del presidente de este organismo, Enrique Calleja, en la actualidad se están acometiendo labores de control y vigilancia de la plaga para evitar su proliferación con la subida de las temperaturas.
En rueda de prensa, recordó que la primera presencia de camalote en el río Guadiana se detectó en el verano de 2004, momento a partir del cual se iniciaron las inv
estigaciones en la Universidad de Extremadura (UEx) para la identificación de la planta.
El camalote, indicó, está incluido dentro de la selección de las cien especies animales y vegetales más peligrosas fuera de su hábitat natural, según el estudio realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A pesar de las características de dispersión de esta variedad vegetal, prosiguió, no fue hasta el verano de 2005 cuando comenzó a reproducirse de una forma exponencial hasta ocupar más de 75 kilómetros, que abarcan desde Medellín hasta la presa de Montijo.
En ese momento se puso en marcha un Plan Integrado para la Lucha y el Control del Camalote, centrado en cuatro fases: contención, extracción de la zona superior, de las zonas de difícil acceso, y control y vigilancia.
La primera fase, de contención, se fundamentó en evitar que la planta se extendiera más allá de esos 75 kilómetros y que penetrase en las rejas de entrada de los canales, a partir de la disposición de barreras en los principales embalses.
Posteriormente, coincidiendo con la llegada del invierno y el debilitamiento de la planta, se iniciaron las labores de extracción masiva, para lo que se dispuso un equipo de maquinaria y personal especializado en las extracciones.
De este modo, las más de 400 personas, divididas en diferentes cuadrillas de actuación simultánea, que han estado trabajando en estas tareas han conseguido recuperar unas 180.000 toneladas de camalote.
Una vez extraída la mayor parte del jacinto de agua, la CHG está llevando a cabo la fase correspondiente al control y a la vigilancia de la activación de la plaga, a la espera de actuar si se registra un nuevo brote de la planta como consecuencia de la subida de las temperaturas.
No obstante, el presidente CHG, Enrique Calleja, se mostró optimista ante la posibilidad de erradicación total del camalote, aunque confesó que se trata de un problema grave y que no se debe limitar aún su seguimiento.