El 17% del agua para el área de Barcelona será de mar el 2009
Jue, 20/07/2006
Un grupo de empresas capitaneado por Aigües de Barcelona se encargará de construir y explotar dos años la desalinizadora de El Prat de Llobregat, que suministrará agua de mar potabilizada a la región metropolitana. Las otras empresas adjudicatarias de la obra son Drace, Dragados y Degrémont, que servirán a los barceloneses agua de mar en enero del 2009. En esa fecha, la desalinizadora producirá 60 hectómetros cúbicos al año, lo que equivale al 17% del consumo de toda la región (Barcelonès, Vallès, Maresme, Baix Llobregat, Alt Penedès y Garraf).
La desalinizadora debe servir para suministrar agua de mejor calidad para el consumo domiciliario en Barcelona, pues permitirá reducir la dependencia de los caudales del Llobregat, que son muy salinos. También permitirá hacer frente a los incrementos de demanda previstos para el futuro y, sobre todo, contribuirá decisivamente a ahuyentar el riesgo de las restricciones domésticas a causa de los episodios de sequía que sufre cada 4 o 5 años el área de Barcelona. Además, cuando entre en servicio, se podrá reducir el volumen del trasvase desde el río Ter hacia la región de Barcelona y, por otra parte, no habrá que almacenar tanta agua en los embalses y se podrá liberar para caudal ecológico de mantenimiento de los ríos.
La construcción de la desalinizadora de El Prat -la más importante infraestructura alternativa al derogado trasvase del Ebro a Barcelona- comenzó ayer a echar su cuenta atrás al adjudicarse el proyecto y la ejecución de las obras de la planta, que tienen un presupuesto de 158,67 millones de euros (y que se debe completar con las conducciones de conexión).
El agua desalinizada será bombeada con una gran tubería (de 11 kilómetros de largo y 1,4 metros de diámetro) desde El Prat hasta el depósito de la Fontsanta (Esplugues), que será el punto de conexión con la red de abastecimiento y, a la vez, el lugar de distribución hacia los distintos lugares del suministro.
La empresa de abastecimiento más importante en la región metropolitana es Agbar, y será precisamente esta compañía (actora fundamental del proyecto) la que comprará estos caudales a la Generalitat para venderlos a sus clientes.
Las empresas adjudicatarias deberán ahora ultimar el proyecto constructivo antes de fin de año e iniciar las obras en el primer trimestre del 2007. Por ejemplo, se deberá concretar cómo se capta el agua de mar, pues se han recogido dos soluciones posibles. Una es extraer el agua mediante drenajes bajo la playa sumergida de El Prat, lo que permitirá tener una gran calidad de filtrado; y la otra, hacer una captación directa del agua en superficie, con un tubo de dos kilómetros que se interna en el mar. No obstante, no se descarta que se utilice un sistema mixto, según declaró a este diario Manuel Hernández, director de la Agència Catalana de l'Aigua.
Al cabo de dos años, la desalinizadora pasará a manos de la Generalitat (pues el 75% de la financiación es con con fondos de la UE) a través de la empresa pública Aigües Ter- Llobregat (ATLL), responsable del abastecimiento regional.
Los contratistas se harán cargo de la planta con el compromiso de formar al personal que se integrará luego en ATLL. Al menos, así se ha previsto inicialmente en las bases del concurso público.
La desalinizadora debe servir para suministrar agua de mejor calidad para el consumo domiciliario en Barcelona, pues permitirá reducir la dependencia de los caudales del Llobregat, que son muy salinos. También permitirá hacer frente a los incrementos de demanda previstos para el futuro y, sobre todo, contribuirá decisivamente a ahuyentar el riesgo de las restricciones domésticas a causa de los episodios de sequía que sufre cada 4 o 5 años el área de Barcelona. Además, cuando entre en servicio, se podrá reducir el volumen del trasvase desde el río Ter hacia la región de Barcelona y, por otra parte, no habrá que almacenar tanta agua en los embalses y se podrá liberar para caudal ecológico de mantenimiento de los ríos.
La construcción de la desalinizadora de El Prat -la más importante infraestructura alternativa al derogado trasvase del Ebro a Barcelona- comenzó ayer a echar su cuenta atrás al adjudicarse el proyecto y la ejecución de las obras de la planta, que tienen un presupuesto de 158,67 millones de euros (y que se debe completar con las conducciones de conexión).
El agua desalinizada será bombeada con una gran tubería (de 11 kilómetros de largo y 1,4 metros de diámetro) desde El Prat hasta el depósito de la Fontsanta (Esplugues), que será el punto de conexión con la red de abastecimiento y, a la vez, el lugar de distribución hacia los distintos lugares del suministro.
La empresa de abastecimiento más importante en la región metropolitana es Agbar, y será precisamente esta compañía (actora fundamental del proyecto) la que comprará estos caudales a la Generalitat para venderlos a sus clientes.
Las empresas adjudicatarias deberán ahora ultimar el proyecto constructivo antes de fin de año e iniciar las obras en el primer trimestre del 2007. Por ejemplo, se deberá concretar cómo se capta el agua de mar, pues se han recogido dos soluciones posibles. Una es extraer el agua mediante drenajes bajo la playa sumergida de El Prat, lo que permitirá tener una gran calidad de filtrado; y la otra, hacer una captación directa del agua en superficie, con un tubo de dos kilómetros que se interna en el mar. No obstante, no se descarta que se utilice un sistema mixto, según declaró a este diario Manuel Hernández, director de la Agència Catalana de l'Aigua.
Al cabo de dos años, la desalinizadora pasará a manos de la Generalitat (pues el 75% de la financiación es con con fondos de la UE) a través de la empresa pública Aigües Ter- Llobregat (ATLL), responsable del abastecimiento regional.
Los contratistas se harán cargo de la planta con el compromiso de formar al personal que se integrará luego en ATLL. Al menos, así se ha previsto inicialmente en las bases del concurso público.