El embalse de Alarcón agoniza y con su exiguo 5% de agua queda abocado a cerrar sus compuertas
Mar, 22/08/2006
La pertinaz sequía que azota a toda España sigue minando las reservas de las dos confederaciones hidrográficas vinculadas a la Comunidad Valenciana, la del Segura y la del Júcar, que además son las que almacenan menos agua en el conjunto del país, con volúmenes preocupantes, no ya de cara al futuro, sino para el presente más inmediato.
Los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Segura se encuentran a un paupérrimo 13 por ciento de su capacidad, agravando una situación que viene siendo angustiosa desde los últimos años. Los quince embalses de esta demarcación, que en máximas condiciones pueden albergar 1.141 hectómetros cúbicos, almacenan sólamente 144,3 hm3, lo que da una idea de la gravedad del asunto.
La cuenca del Júcar no le anda a la zaga. Sus 27 embalses, con capacidad para 3.333,8 hm3, retienen sólo 460,4 hm3, lo que sitúa su porcentaje en el 13,81 por ciento. Se da la circunstancia de que esta Confederación ha perdido, sólo en siete días, 30 hectómetros cúbicos de agua.
Dentro de esta Confederación, el ejemplo más sangrante es el embalse de Alarcón, que con sus posibles 1.118 hectómetros cúbicos de agua es el mayor del Júcar. Sin embargo, sus actuales 55,8 hm3, tras perder en una semana 12,8 hm3, le colocan en una situación tan difícil, con una capacidad del 5 por ciento, que ya se piensa en cerrar sus compuertas, porque más que agua contiene barro.
En este sentido, cabe destacar que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha convocado para el próximo jueves una reunión urgente de su Comisión de la Sequía, al objeto de analizar la situación y adoptar las decisiones más oportunas que se consideren necesarias ante el carácter tan extraordinario que sufre la cuenca.
El Tajo, cerca del límite
Por si fueran pocas las desgracias que viven las dos confederaciones hidrográficas de la Comunidad, las noticias que vienen de otras cuencas con relación directa -y en algunas ocasiones de supervivencia para la agricultura-, como la del Tajo, no invitan al optimismo. La reserva hídrica en los embalses de Buendía y Entrepeñas descendió esta semana cuatro hectómetros cúbicos y se situó, con 249 hectómetros cúbicos, tan sólo nueve por encima del límite fijado por ley que prohíbe nuevos trasvases de agua de la cuenca del Tajo a la del Segura.
Palop, optimista
Pese a todo, el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, aseguró ayer que «posiblemente tengamos la mejor generación en España para hacer frente a los problemas de sequía», aunque apuntó que «la gran asignatura pendiente de este país, que se tiene que implantar ya, es que el agua no esté gestionada por tecnócratas sino por criterios democráticos».
Palop reconoció, en declaraciones a Radio Nacional, que España atraviesa «una situación delicada porque es el segundo año de una sequía importantísima, con una dureza similar a la de los años 80 y 90, en la que hubo restricciones al 25% de la población». No obstante, puntualizó que si entonces afectó a una parte muy importante de la Península, en esta ocasión se centra en «unos puntos geográficos muy concretos: las cuencas del Júcar, Segura, cabecera del Tajo, cuenca del Guadalquivir y la margen izquierda de la cuenca hidrográfica del Ebro».
Los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Segura se encuentran a un paupérrimo 13 por ciento de su capacidad, agravando una situación que viene siendo angustiosa desde los últimos años. Los quince embalses de esta demarcación, que en máximas condiciones pueden albergar 1.141 hectómetros cúbicos, almacenan sólamente 144,3 hm3, lo que da una idea de la gravedad del asunto.
La cuenca del Júcar no le anda a la zaga. Sus 27 embalses, con capacidad para 3.333,8 hm3, retienen sólo 460,4 hm3, lo que sitúa su porcentaje en el 13,81 por ciento. Se da la circunstancia de que esta Confederación ha perdido, sólo en siete días, 30 hectómetros cúbicos de agua.
Dentro de esta Confederación, el ejemplo más sangrante es el embalse de Alarcón, que con sus posibles 1.118 hectómetros cúbicos de agua es el mayor del Júcar. Sin embargo, sus actuales 55,8 hm3, tras perder en una semana 12,8 hm3, le colocan en una situación tan difícil, con una capacidad del 5 por ciento, que ya se piensa en cerrar sus compuertas, porque más que agua contiene barro.
En este sentido, cabe destacar que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha convocado para el próximo jueves una reunión urgente de su Comisión de la Sequía, al objeto de analizar la situación y adoptar las decisiones más oportunas que se consideren necesarias ante el carácter tan extraordinario que sufre la cuenca.
El Tajo, cerca del límite
Por si fueran pocas las desgracias que viven las dos confederaciones hidrográficas de la Comunidad, las noticias que vienen de otras cuencas con relación directa -y en algunas ocasiones de supervivencia para la agricultura-, como la del Tajo, no invitan al optimismo. La reserva hídrica en los embalses de Buendía y Entrepeñas descendió esta semana cuatro hectómetros cúbicos y se situó, con 249 hectómetros cúbicos, tan sólo nueve por encima del límite fijado por ley que prohíbe nuevos trasvases de agua de la cuenca del Tajo a la del Segura.
Palop, optimista
Pese a todo, el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, aseguró ayer que «posiblemente tengamos la mejor generación en España para hacer frente a los problemas de sequía», aunque apuntó que «la gran asignatura pendiente de este país, que se tiene que implantar ya, es que el agua no esté gestionada por tecnócratas sino por criterios democráticos».
Palop reconoció, en declaraciones a Radio Nacional, que España atraviesa «una situación delicada porque es el segundo año de una sequía importantísima, con una dureza similar a la de los años 80 y 90, en la que hubo restricciones al 25% de la población». No obstante, puntualizó que si entonces afectó a una parte muy importante de la Península, en esta ocasión se centra en «unos puntos geográficos muy concretos: las cuencas del Júcar, Segura, cabecera del Tajo, cuenca del Guadalquivir y la margen izquierda de la cuenca hidrográfica del Ebro».