Expertos debaten en Pekín los beneficios y los riesgos del uso agrícola de aguas residuales
Sáb, 16/09/2006
- La utilización agrícola de aguas residuales, con una gran tradición en China, está aumentando en el mundo. Hoy, 20 millones de hectáreas de cultivo, el 70% de ellas en países en desarrollo, se irrigan con esas aguas en todo el mundo. En 1989, la OMS definió unas directivas en la materia que, básicamente, sólo veían riesgos y problemas en esa utilización, y proponían crear por doquier plantas de depuración y tratamiento de aguas. El resultado no fue muy brillante, según los expertos reunidos esta semana en Pekín en el congreso hidrológico mundial organizado por la Asociación Internacional del Agua.
Las instalaciones de depuración son caras y quedan fuera del alcance de los pobres. Además, no todo es negativo en el uso agrícola de aguas residuales: reducen el consumo de agua potable y son ricas en nutrientes. Por esa razón, en México, los campesinos que usan agua sucia pueden arrendar sus tierras al triple del precio de quienes usan agua limpia. Pero esas aguas contienen claro riesgo de enfermedades y contaminación. Los estudios demuestran que los niños mexicanos de menos de cuatro años que viven en zonas en las que se usan aguas residuales para producir alimentos tienen 16 veces más problemas intestinales que los de otras zonas.
Para el profesor Thor Axel Stenstroem, del Instituto Sueco de Control de Enfermedades Infecciosas, todo es una cuestión de medida. 'Las aguas residuales son, al mismo tiempo, un Doctor Jekill y un Mister Hide', dice. 'La OMS pretende neutralizar el primero y potenciar el segundo', explica.
Las nuevas directivas en la materia son menos rígidas. 'Han evolucionado hacia una aproximación más flexible y moderna', dice Susane Weber, de la OMS. El agua residual tiene un uso benéfico y de lo que se trata es de establecer una correcta utilización. Uno de los problemas es que los gobiernos ocultan la utilización de esas aguas, porque afecta a sus exportaciones alimentarias, un tema muy importante en China, primer país del mundo en uso de agua residual no tratada; México es el segundo. En China hay 50 ciudades que todavía desaguan sus residuos directamente a ríos sin ningún tratamiento y en otras 400 la escasez provoca cortes de agua crónicos. Entre 1990 y 1997, la descarga de aguas residuales se dobló y sólo se trata el 15%, explica la profesora Bo Ling, del Instituto de Medio Ambiente y Salud de Pekín.
Uno de los grandes problemas de China es el consumo de pescado criado en piscifactorías de aguas residuales. Ese tema es responsable de 15 millones de casos de enfermedades de hígado en el país, dice Peter Edwards, profesor del Asian Institute of Technology. En Cantón, las enfermedades hepáticas por consumo de pescado se han multiplicado por tres en diez años.
Las instalaciones de depuración son caras y quedan fuera del alcance de los pobres. Además, no todo es negativo en el uso agrícola de aguas residuales: reducen el consumo de agua potable y son ricas en nutrientes. Por esa razón, en México, los campesinos que usan agua sucia pueden arrendar sus tierras al triple del precio de quienes usan agua limpia. Pero esas aguas contienen claro riesgo de enfermedades y contaminación. Los estudios demuestran que los niños mexicanos de menos de cuatro años que viven en zonas en las que se usan aguas residuales para producir alimentos tienen 16 veces más problemas intestinales que los de otras zonas.
Para el profesor Thor Axel Stenstroem, del Instituto Sueco de Control de Enfermedades Infecciosas, todo es una cuestión de medida. 'Las aguas residuales son, al mismo tiempo, un Doctor Jekill y un Mister Hide', dice. 'La OMS pretende neutralizar el primero y potenciar el segundo', explica.
Las nuevas directivas en la materia son menos rígidas. 'Han evolucionado hacia una aproximación más flexible y moderna', dice Susane Weber, de la OMS. El agua residual tiene un uso benéfico y de lo que se trata es de establecer una correcta utilización. Uno de los problemas es que los gobiernos ocultan la utilización de esas aguas, porque afecta a sus exportaciones alimentarias, un tema muy importante en China, primer país del mundo en uso de agua residual no tratada; México es el segundo. En China hay 50 ciudades que todavía desaguan sus residuos directamente a ríos sin ningún tratamiento y en otras 400 la escasez provoca cortes de agua crónicos. Entre 1990 y 1997, la descarga de aguas residuales se dobló y sólo se trata el 15%, explica la profesora Bo Ling, del Instituto de Medio Ambiente y Salud de Pekín.
Uno de los grandes problemas de China es el consumo de pescado criado en piscifactorías de aguas residuales. Ese tema es responsable de 15 millones de casos de enfermedades de hígado en el país, dice Peter Edwards, profesor del Asian Institute of Technology. En Cantón, las enfermedades hepáticas por consumo de pescado se han multiplicado por tres en diez años.