Un caudal mínimo inviable en el Júcar
Jue, 28/09/2006
Medio Ambiente no puede aportar el nivel fijado para garantizar la vida de las especies y aun así pretende redactar una norma que incremente esta cantidad
Han pasado casi diez años desde que se aprobó el último plan de cuenca del Júcar. El Ministerio de Medio Ambiente prepara el nuevo borrador, que elevará el caudal mínimo en caso de sequía, pese a que actualmente no se llega al que se fijó en 1997. El documento también recogerá medidas para proteger el río de los vertidos tóxicos.
Técnicos de la Confederación del Júcar limpian, a bordo de un barco, la capa verde aparecida en el río a principio de septiembre
“Tengo la constancia de que el Ministerio de Medio Ambiente está trabajando ya en la redacción de un nuevo Plan de Cuenca para el Júcar”, aseguró ayer el secretario de Medio Ambiente del PSPV, Francesc Signes. Por el momento, es sólo “un borrador que más adelante se tendrá que debatir con todos los agentes implicados”. Este documento incrementará el caudal mínimo establecido pese a que actualmente no se puede cumplir el que se fijó en 1997.
Tanto la plataforma Xúquer Viu como los alcaldes de la Ribera llevan años reclamando la redacción de un nuevo Plan de Cuenca que sustituya al que, en 1997, firmaron el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y el de Castilla la Mancha, José Bono.
Este acuerdo, en opinión de Signes, “presenta múltiples deficiencias”. Por ejemplo, “la autorización del trasvase del Júcar al Vinalopó desde Cortés de Pallás”, que, por la presión popular, se sustituyó por la toma desde el azud de la Marquesa, “menos perjudicial para el Júcar ”.
Para el secretario de Medio Ambiente, “es necesario y urgente redactar un nuevo Plan de Cuenca”. El año 2007 “es un buen año para volver a evaluar la situación del río y buscar fórmulas que garanticen su supervivencia”.
Por el momento, el plan es sólo una propuesta del Ministerio que, más adelante, se tendrá que debatir con todos los agentes implicados”, señaló Signes. Será en una mesa de negociación para la que todavía no se ha marcado ninguna fecha en el calendario.
Según apuntaron desde la agrupación ecologista, para garantizar un caudal ecológico superior al que hay fijado actualmente, habría que tomar decisiones drásticas. “Sería necesario terminar con la sobreexplotación de los acuíferos en la Mancha Oriental”.
Pero Signes va más allá y recuerda que no sólo hay pozos ilegales en la Mancha Oriental. “En la Comunitat también existen y la Confederación del Júcar tiene que luchar contra estas extracciones”.
Plan de cuenca
Esas son sólo algunas de las tareas pendientes que se deberán tener en cuenta con un nuevo plan de cuenca. Otra será el establecimiento de mecanismos que protejan al río de los vertidos tóxicos que han sido responsables de la muerte de cientos de peces en Alzira.
Signes, recordó la contaminación es un delito ambiental. “Si se demuestra que un vertido es el responsable de una mortandad se juzga por vía penal”. Mientras, los técnicos de la Confederación del Júcar siguen limpiando la lenteja de agua, ya casi erradicada, otra de las posibles causas de la muerte de peces por ser consumidora de oxígeno.
Han pasado casi diez años desde que se aprobó el último plan de cuenca del Júcar. El Ministerio de Medio Ambiente prepara el nuevo borrador, que elevará el caudal mínimo en caso de sequía, pese a que actualmente no se llega al que se fijó en 1997. El documento también recogerá medidas para proteger el río de los vertidos tóxicos.
Técnicos de la Confederación del Júcar limpian, a bordo de un barco, la capa verde aparecida en el río a principio de septiembre
“Tengo la constancia de que el Ministerio de Medio Ambiente está trabajando ya en la redacción de un nuevo Plan de Cuenca para el Júcar”, aseguró ayer el secretario de Medio Ambiente del PSPV, Francesc Signes. Por el momento, es sólo “un borrador que más adelante se tendrá que debatir con todos los agentes implicados”. Este documento incrementará el caudal mínimo establecido pese a que actualmente no se puede cumplir el que se fijó en 1997.
Tanto la plataforma Xúquer Viu como los alcaldes de la Ribera llevan años reclamando la redacción de un nuevo Plan de Cuenca que sustituya al que, en 1997, firmaron el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y el de Castilla la Mancha, José Bono.
Este acuerdo, en opinión de Signes, “presenta múltiples deficiencias”. Por ejemplo, “la autorización del trasvase del Júcar al Vinalopó desde Cortés de Pallás”, que, por la presión popular, se sustituyó por la toma desde el azud de la Marquesa, “menos perjudicial para el Júcar ”.
Para el secretario de Medio Ambiente, “es necesario y urgente redactar un nuevo Plan de Cuenca”. El año 2007 “es un buen año para volver a evaluar la situación del río y buscar fórmulas que garanticen su supervivencia”.
Por el momento, el plan es sólo una propuesta del Ministerio que, más adelante, se tendrá que debatir con todos los agentes implicados”, señaló Signes. Será en una mesa de negociación para la que todavía no se ha marcado ninguna fecha en el calendario.
Según apuntaron desde la agrupación ecologista, para garantizar un caudal ecológico superior al que hay fijado actualmente, habría que tomar decisiones drásticas. “Sería necesario terminar con la sobreexplotación de los acuíferos en la Mancha Oriental”.
Pero Signes va más allá y recuerda que no sólo hay pozos ilegales en la Mancha Oriental. “En la Comunitat también existen y la Confederación del Júcar tiene que luchar contra estas extracciones”.
Plan de cuenca
Esas son sólo algunas de las tareas pendientes que se deberán tener en cuenta con un nuevo plan de cuenca. Otra será el establecimiento de mecanismos que protejan al río de los vertidos tóxicos que han sido responsables de la muerte de cientos de peces en Alzira.
Signes, recordó la contaminación es un delito ambiental. “Si se demuestra que un vertido es el responsable de una mortandad se juzga por vía penal”. Mientras, los técnicos de la Confederación del Júcar siguen limpiando la lenteja de agua, ya casi erradicada, otra de las posibles causas de la muerte de peces por ser consumidora de oxígeno.