El 90% de los campos de golf carece de sistemas de gestión ambiental
Vie, 13/10/2006
Un campo de golf que disponga de un sistema de gestión homologado debe cumplir una serie de exigentes requisitos y disponer de un plan definido de actuación para reducir el impacto de esta actividad sobre el entorno y garantizar unos niveles mínimos de calidad. Para ello, es necesaria una importante inversión en la mejora y acondicionamiento de los recintos. En Andalucía, sólo el 10 por ciento de las instalaciones han llevado a cabo actuaciones en este sentido que afectan a cuestiones como el uso de los recursos hídricos o de fertilizantes y productos fitosanitarios.
Los sistemas de gestión ambiental son la gran asignatura pendiente de los campos de golf, según señala la propia federación andaluza de este deporte en un extenso informe publicado en mayo de 2006 que, aunque tiene como objetivo aportar una visión favorable a este tipo de actividad, apunta algunas de sus carencias: sólo el 42 por ciento de los campos usan exclusivamente agua reciclada o procedentes de desaladoras y la cifra media empleada de fertilizantes y fitosanitarios supera las cantidades recomendadas.
El informe, elaborado por los biólogos Rafael Priego, Manuel Gómez-Lama y José Manuel Recio, destaca la importante reducción del agua consumida por los campos de golf andaluces debido a la adaptación de los sistemas a las nuevas tecnologías: ha disminuido un 35 por ciento en 16 años, de un gasto medio de 500.000 metros cúbicos al año por instalación en 1993 se ha pasado a 310.000 (aunque en la zona de la Costa del Sol Oriental la media es de 459.000).
De ésta cantidad, además, una parte importante ya es agua reciclada: más de un 50 por ciento en 2006 –aunque no de forma exclusiva, sino mezclada– frente al 20 registrado en 1993. Es evidente que se ha producido un avance significativo, pero el esfuerzo ha sido asimétrico y mientras algunos campos y comarcas se están aproximando a las necesidades mínimas, otros distan mucho de ello y les corresponde ahora realizar un esfuerzo . El estudio sitúa como las menos ahorradoras las instalaciones de la Costa Atlántica, que comprende parte de Cádiz y Huelva y las de la Costa del Sol Oriental –uno de los campos, el de Mijas, llega al millón de metros cúbicos anuales–.
Un segundo aspecto destacado del informe de la federación andaluza es el uso de fertilizantes y fitosanitarios. En ambos casos, se ha producido una evolución a lo largo de los últimos años, pero los registros se mantienen por encima de las medias adecuadas.
Los sistemas de gestión ambiental son la gran asignatura pendiente de los campos de golf, según señala la propia federación andaluza de este deporte en un extenso informe publicado en mayo de 2006 que, aunque tiene como objetivo aportar una visión favorable a este tipo de actividad, apunta algunas de sus carencias: sólo el 42 por ciento de los campos usan exclusivamente agua reciclada o procedentes de desaladoras y la cifra media empleada de fertilizantes y fitosanitarios supera las cantidades recomendadas.
El informe, elaborado por los biólogos Rafael Priego, Manuel Gómez-Lama y José Manuel Recio, destaca la importante reducción del agua consumida por los campos de golf andaluces debido a la adaptación de los sistemas a las nuevas tecnologías: ha disminuido un 35 por ciento en 16 años, de un gasto medio de 500.000 metros cúbicos al año por instalación en 1993 se ha pasado a 310.000 (aunque en la zona de la Costa del Sol Oriental la media es de 459.000).
De ésta cantidad, además, una parte importante ya es agua reciclada: más de un 50 por ciento en 2006 –aunque no de forma exclusiva, sino mezclada– frente al 20 registrado en 1993. Es evidente que se ha producido un avance significativo, pero el esfuerzo ha sido asimétrico y mientras algunos campos y comarcas se están aproximando a las necesidades mínimas, otros distan mucho de ello y les corresponde ahora realizar un esfuerzo . El estudio sitúa como las menos ahorradoras las instalaciones de la Costa Atlántica, que comprende parte de Cádiz y Huelva y las de la Costa del Sol Oriental –uno de los campos, el de Mijas, llega al millón de metros cúbicos anuales–.
Un segundo aspecto destacado del informe de la federación andaluza es el uso de fertilizantes y fitosanitarios. En ambos casos, se ha producido una evolución a lo largo de los últimos años, pero los registros se mantienen por encima de las medias adecuadas.