España será diferente... también en el clima. Un nuevo clima para el cambio 2060, una odisea en el planeta Tierra.

Mar, 07/11/2006

Expansión

Informes como el de Nicholas Stern o documentales como el de Al Gore añaden un toque de urgencia mundial a la solución del cambio climático. En los últimos días, aprovechando la Cumbre de Nairobi, surgen nuevas predicciones sobre la catástrofe global y económica.


Quizá Al Gore y Nicholas Stern hayan hecho más por las cumbres sobre el cambio climático que ningún otro en los últimos años.
El ex vicepresidente de Estados Unidos con su último documental (Una verdad incómoda) y el economista del Banco Mundial y jefe del Servicio de Estudios Económicos del Gobierno británico, con su reciente informe, han echado más leña al fuego del calentamiento global, sumando a las negras predicciones una urgencia mundial por lograr soluciones definitivas.
Las revelaciones alarmistas que se desprenden de las últimas obras de Stern y Gore aseguran que si no se logra cortar de manera sustancial las emisiones que causan el efecto invernadero, éste 'sumirá al ser humano en un territorio desconocido y transformará la geografía física del planeta'. Sin contar con el coste económico: entre un 5% y un 20% del PIB mundial.
Nuevos estudios
Pero a las predicciones climáticas de Gore y Stern les siguen estos días algunos otros estudios que aprovechan la cita de Nairobi.
Así, el Institute for Public Policy Research, un think-tank del gobierno británico, coincide básicamente en el gigantesco esfuerzo que se debe realizar para tener una mínima oportunidad frente a los riesgos del cambio climático.
Otro nuevo informe de Naciones Unidas añade que, después de la reducción de misiones en la década de 1990, los países ricos han incrementado las emisiones con el comienzo del nuevo milenio.
Algunos creen que esta batería de informes y documentales podría incrementar de una vez la presión sobre los delegados que negocian en la capital africana, un continente que, por cierto, se lleva la peor parte en las predicciones de la ONU, que pronostica que, en 2080, 70 millones de personas pueden sufrir las consecuencias de las graves inundaciones por efecto del mar; de la desparición de más de un 40% de los hábitats salvajes; y de que las cosechas de cereales desciendan en un 5%.
Según el Center for American Progress Action Fund, lapasividad ante el efecto de las emisiones que causan el efecto invernadero daría lugar a un coste económico anual cifrado en 20 billones de dólares para 2100.
Y si la protección efectiva frente al cambio climático no comienza hasta 2025, será prácticamente imposible evitar un aumento global de las temperaturas de 2 grados centígrados, con lo que las soluciones posteriores serán aún más caras.

Agua y aire: valor estratégico
Strategic Forecasting añade nuevos argumentos sobre el valor estratégico del aire y del agua. La importancia creciente de ésta última como factor económico queda patente en dos ejemplos: por un lado, la actividad de determinadas industrias químicas, papeleras y fabricantes de componentes electrónicos, que requieren de ingentes cantidades de agua de extraordinaria calidad para sus plantas de Asia, Europa o América del Norte.
Por otro lado, el negocio internacional de los refrescos y cómo las empresas multinacionales se implican progresivamente en problemas que antes les eran ajenos.
Strategic Forecasting recuerda en un estudio el caso de la India, y la reacción de algunos activistas ante la alta tasa de residuos presentes en el agua de consumo.
Esto llevó a la prohibición de los refrescos de las multinacionales en varios estados, por la mala calidad del líquido con el que se elaboran. Curiosamente, los refrescos de marcas locales no fueron prohibidos, aunque el agua con que se fabrican contiene las mismas impurezas. Coca Cola y Pepsi comercializan el 80% de los refrescos en esos mercados, y los activistas indios pensaron que, con sus grandes recursos, las multinacionales podrían convencer a las autoridades de que aumentaran las inversiones para asegurar la calidad del agua que consume la población.
La base de datos climáticos se remonta sólo a siglo y medio, pero los expertos explican que ha sido en los últimos 50 años cuando la Tierra ha comenzado a sufrir los rigores del cambio climático.
Los científicos advierten de que es necesario diseñar un escenario climático global, pero con soluciones locales. En el caso de España, por cada grado que sube la temperatura en una ciudad es como si la trasladáramos 200 kilómetros hacia el Sur.
Eso supone que en el escenario peninsular, dentro de cien años, Teruel tendrá el mismo clima que Valencia; una tarde de calor en Sevilla será muy parecida a cualquier jornada de desierto en el Sahara; y Oviedo alcanzará medias que hoy son típicas de Madrid. El clima de la Península, si todo sigue como hasta ahora, experimentará un aumento de temperaturas entre 2 y 7 grados centígrados a finales del siglo XXI, y la media anual de precipitaciones podría descender entre un 10% y un 30% durante el último tercio de siglo.
Además, el nivel del mar aumentaría entre 10 y 80 centímetros.
2060, una odisea en el planeta Tierra
El diario británico 'The Independent' le ha dado un toque de novela al escenario futuro del cambio climático y sus consecuencias.
Basándose en los datos científicos, ha construido una historia de catástrofes hasta la década de 2060:
2030. Muere el último oso polar.
Los equipos de televisión de CNN, BBC, Al-Jazeera y la cadena estatal china han grabado las últimas horas del último oso polar en estado salvaje. Es la primera extinción de un animal de la que son testigos en directo cientos de millones de personas.
El deshielo y el calentamiento han sido más acusados en el Artico que en cualquier otra parte del planeta.
2040. La selva amazónica, reducida a cenizas.
Los bosques tropicales del Amazonas han muerto. Los últimos incendios masivos han acabado con los restos de lo que un día fue el mayor bosque tropical del planeta. Ahora se ha extinguido, y con él, la estabilidad climática que proporcionaba a la Tierra. Los científicos ya preveían a principios de siglo que la deforestación disminuiría la cantidad de lluvia, lo que retroalimentaría la pérdida de masa forestal y dispararía los incendios.
2050. Hambrunas por la escasez de lluvias
La desaparición, por segundo año consecutivo, de las lluvias monzónicas, ha llevado a la India a una situación insostenible.
El país asiático ya lleva varias décadas enfrentándose al incremento de temperaturas, que con regularidad sobrepasan los 50 grados, pero la escasez de agua para cultivos ha puesto a 2.000 millones de indios en riesgo de hambruna. Se baraja que detrás de la desaparición de los monzones está la pérdida de fuerza de la corriente del Golfo.
2060. Tsunami en Reino Unido
Un tsunami ha golpeado la costa Este de Reino Unido, sumergiendo la mayor parte de la costa escocesa y provocando inundaciones en el mismo Londres. Decenas de miles de personas han desaparecido.
El calentamiento global ha fundido millones de toneladas de metano, antes helado y sumergido bajo la corteza oceánica.
Al pasar a forma gaseosa, el metano se expande, lo que crea roturas en el suelo del mar, como el que ha creado este tsunami. Es probable que este tipo de catástrofes se repitan.