Crónica África .- La deforestación juega un papel fundamental en el incremento de sequías e inundaciones, según expertos
Dom, 12/11/2006
MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
La creciente deforestación en África tiene buena parte de la culpa de las frecuentes sequías y las inundaciones en el este del continente, que sufre cada año los efectos del cambio climático y la amenaza que se cierne sobre las especies animales y vegetales en peligro de extinción que se encuentran en la zona, según informa la agencia de noticias de Naciones Unidas, IRIN.
"Los árboles, en realidad, cumplen con dos funciones. Sus raíces excavan la tierra en busca de agua, e inyectan agua en depósitos subterráneos, que terminan llegando a los afluentes en época de sequía", según comenta el portavoz del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Nick Nuttal.
"Pero también mantienen el terreno agarrado", prosigue Nuttal. "Donde no hay árboles, la tierra es arrastrada hacia los ríos. El alto contendido en minerales de los ríos en época de inundaciones provoca la muerte del coral, en el momento en que esas aguas desembocan en el océano" señaló el portavoz durante los recesos de la conferencia de Cambio Climático auspiciada por Naciones Unidas, y que tiene lugar en Nairobi (Kenia) desde el 6 al 17 de noviembre. "La relación entre la deforestación y la sequía es muy significativa", apunta Nuttal.
Así, el proceso de deforestación provoca que la tierra se desprenda con enorme rapidez durante las épocas de fuertes lluvias, lo que al final termina provocando la erosión del terreno, la incapacidad de éste para ser cultivado y, en palabras del profesor de Geografía de la universidad de Moi, en el oeste de Kenia, Beneah Odhiambo, "el comienzo de la desertificación".
PRECIPITACIONES
En contra del conocimiento popular, cerca de un 62 por ciento de las precipitaciones tienen lugar a través del proceso de evapotranspiración, por el cual las grandes masas de agua o de vegetación producen gran cantidad de humedad, que sube a gran altura, se condensa y termina por volver a bajar al suelo, en forma de lluvia. Sólo un 38 por ciento de las precipitaciones se generan a través de la acción de los mares y océanos.
El continente negro siempre se ha caracterizado por su condición climática, que abarca desde las regiones desérticas a los parajes húmedos. El cambio climático, sin embargo, ha radicalizado las diferencias entre ambas zonas, lo que ha provocado un aumento de las sequías y de las inundaciones, según los metereólogos.
"Se necesitan bosques para construir barreras en el ecosistema natural, y sirven de contención contra las extremas inundaciones y sequías", afirmó Nuttal, que añadió que el cambio climático es perfectamente apreciable en el aumento de la sequía y en los cientos de vidas humanas que se pierden cada año por los corrimientos de tierra y las fuertes lluvias.
Los árboles no sólo moderan el clima; también actúan como embalses de agua, fuente de medicina, y hábitats para la vida salvaje, que han proporcionado al Gobierno keniata millones de dólares a través del turismo. Un país que, precisamente, es uno de los más afectados por la deforestación en el este de África, y que ha sido asolado por algunas de las sequías más graves en todo el continente.
KENIA
El experto en medio ambiente y premio Nobel Wangari Maathai, estima que el país necesita conservar al menos el 10 por ciento de la "cubierta" que le proporcionan sus bosques.
Pero es muy posible que el paso del tiempo impida cumplir esta condición. Los últimos estudios desarrollados por el UNEP, después de las sequías de 1999 y 2000 estiman que entre 2000 y 2003, las principales reservas de agua, en los bosques del Monte Kenya, el bosque de Mau, el del monte Elgon y la selva de Cherangani tenían un índice de deforestación de entre el 0,2 y el 2 por ciento anual.
Nuttal destaca el progresivo deterioro de la zona boscosa de Mau. Según el portavoz, la quema de carbón y las actividades ganaderas han sido la principal causa de la destrucción que ha afectado a cerca de 11.000 kilómetros cuadrados de bosque.
"Es crucial que Kenia invierta en vegetación, como una forma de almacenar y devolver la humedad al aire, para incrementar así las posibilidades de tener una precipitaciones, digamos regulares, a lo largo del año", según Nuttal.
DEFORESTACIÓN MUNDIAL
Y es que globalmente, sólo el 20 por ciento de las selvas del mundo permanecen intactas. Cada año se pierden seis millones de hectáreas de bosque primario debido a la deforestación y a las modificaciones en el terreno a través de la intervención humana. Se entiende al bosque primario como aquellas zonas en las que no existe indicación visible de actividad humana, y donde los procesos ecológicos no sufren perturbaciones significativas, según PNUMA.
El Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF, por sus siglas en inglés), advierte de que la actividad humana en las zonas montañosas amenaza la existencia de las especies animales y vegetales en peligro de extinción. El macizo de Rwenzori, patrimonio de la UNESCO, es el hogar del antílope Rwenzori Duiker. Tanto este animal como el 75 por ciento de las plantas en peligro de desaparición se encuentran amenazadas por el cambio climático.
El área de los glaciares de la zona ha disminuido en casi 550 hectáreas en cien años, según WWF, que ha estimado que el macizo se quedará sin glaciares, de proseguir este ritmo, para el año 2025. El parque de Rwenzori, compartido por Uganda y la República Democrática de Congo es, además, una reserva de agua esencial para cerca de un millón de personas de ambos países.
Las emisiones de carbono también han provocado la disminución de la capa de hielo que corona el monte Kenia, otra de las reservas de agua más importantes en el este del continente. El director ejecutivo del PNUMA, afirmó que la reducción del proceso de deforestación tiene una gran ventaja económica: es el proceso más barato para reducir las emisiones de gases contaminantes.
Tanto Steiner como el Maathai han anunciado esta semana el lanzamiento de una campaña global para plantar mil millones de árboles en 2007. "Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y de la esperanza para las generaciones futuras", afirmó Maatai el pasado miércoles.
La creciente deforestación en África tiene buena parte de la culpa de las frecuentes sequías y las inundaciones en el este del continente, que sufre cada año los efectos del cambio climático y la amenaza que se cierne sobre las especies animales y vegetales en peligro de extinción que se encuentran en la zona, según informa la agencia de noticias de Naciones Unidas, IRIN.
"Los árboles, en realidad, cumplen con dos funciones. Sus raíces excavan la tierra en busca de agua, e inyectan agua en depósitos subterráneos, que terminan llegando a los afluentes en época de sequía", según comenta el portavoz del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Nick Nuttal.
"Pero también mantienen el terreno agarrado", prosigue Nuttal. "Donde no hay árboles, la tierra es arrastrada hacia los ríos. El alto contendido en minerales de los ríos en época de inundaciones provoca la muerte del coral, en el momento en que esas aguas desembocan en el océano" señaló el portavoz durante los recesos de la conferencia de Cambio Climático auspiciada por Naciones Unidas, y que tiene lugar en Nairobi (Kenia) desde el 6 al 17 de noviembre. "La relación entre la deforestación y la sequía es muy significativa", apunta Nuttal.
Así, el proceso de deforestación provoca que la tierra se desprenda con enorme rapidez durante las épocas de fuertes lluvias, lo que al final termina provocando la erosión del terreno, la incapacidad de éste para ser cultivado y, en palabras del profesor de Geografía de la universidad de Moi, en el oeste de Kenia, Beneah Odhiambo, "el comienzo de la desertificación".
PRECIPITACIONES
En contra del conocimiento popular, cerca de un 62 por ciento de las precipitaciones tienen lugar a través del proceso de evapotranspiración, por el cual las grandes masas de agua o de vegetación producen gran cantidad de humedad, que sube a gran altura, se condensa y termina por volver a bajar al suelo, en forma de lluvia. Sólo un 38 por ciento de las precipitaciones se generan a través de la acción de los mares y océanos.
El continente negro siempre se ha caracterizado por su condición climática, que abarca desde las regiones desérticas a los parajes húmedos. El cambio climático, sin embargo, ha radicalizado las diferencias entre ambas zonas, lo que ha provocado un aumento de las sequías y de las inundaciones, según los metereólogos.
"Se necesitan bosques para construir barreras en el ecosistema natural, y sirven de contención contra las extremas inundaciones y sequías", afirmó Nuttal, que añadió que el cambio climático es perfectamente apreciable en el aumento de la sequía y en los cientos de vidas humanas que se pierden cada año por los corrimientos de tierra y las fuertes lluvias.
Los árboles no sólo moderan el clima; también actúan como embalses de agua, fuente de medicina, y hábitats para la vida salvaje, que han proporcionado al Gobierno keniata millones de dólares a través del turismo. Un país que, precisamente, es uno de los más afectados por la deforestación en el este de África, y que ha sido asolado por algunas de las sequías más graves en todo el continente.
KENIA
El experto en medio ambiente y premio Nobel Wangari Maathai, estima que el país necesita conservar al menos el 10 por ciento de la "cubierta" que le proporcionan sus bosques.
Pero es muy posible que el paso del tiempo impida cumplir esta condición. Los últimos estudios desarrollados por el UNEP, después de las sequías de 1999 y 2000 estiman que entre 2000 y 2003, las principales reservas de agua, en los bosques del Monte Kenya, el bosque de Mau, el del monte Elgon y la selva de Cherangani tenían un índice de deforestación de entre el 0,2 y el 2 por ciento anual.
Nuttal destaca el progresivo deterioro de la zona boscosa de Mau. Según el portavoz, la quema de carbón y las actividades ganaderas han sido la principal causa de la destrucción que ha afectado a cerca de 11.000 kilómetros cuadrados de bosque.
"Es crucial que Kenia invierta en vegetación, como una forma de almacenar y devolver la humedad al aire, para incrementar así las posibilidades de tener una precipitaciones, digamos regulares, a lo largo del año", según Nuttal.
DEFORESTACIÓN MUNDIAL
Y es que globalmente, sólo el 20 por ciento de las selvas del mundo permanecen intactas. Cada año se pierden seis millones de hectáreas de bosque primario debido a la deforestación y a las modificaciones en el terreno a través de la intervención humana. Se entiende al bosque primario como aquellas zonas en las que no existe indicación visible de actividad humana, y donde los procesos ecológicos no sufren perturbaciones significativas, según PNUMA.
El Fondo Mundial para la Vida Salvaje (WWF, por sus siglas en inglés), advierte de que la actividad humana en las zonas montañosas amenaza la existencia de las especies animales y vegetales en peligro de extinción. El macizo de Rwenzori, patrimonio de la UNESCO, es el hogar del antílope Rwenzori Duiker. Tanto este animal como el 75 por ciento de las plantas en peligro de desaparición se encuentran amenazadas por el cambio climático.
El área de los glaciares de la zona ha disminuido en casi 550 hectáreas en cien años, según WWF, que ha estimado que el macizo se quedará sin glaciares, de proseguir este ritmo, para el año 2025. El parque de Rwenzori, compartido por Uganda y la República Democrática de Congo es, además, una reserva de agua esencial para cerca de un millón de personas de ambos países.
Las emisiones de carbono también han provocado la disminución de la capa de hielo que corona el monte Kenia, otra de las reservas de agua más importantes en el este del continente. El director ejecutivo del PNUMA, afirmó que la reducción del proceso de deforestación tiene una gran ventaja económica: es el proceso más barato para reducir las emisiones de gases contaminantes.
Tanto Steiner como el Maathai han anunciado esta semana el lanzamiento de una campaña global para plantar mil millones de árboles en 2007. "Cuando plantamos árboles, plantamos las semillas de la paz y de la esperanza para las generaciones futuras", afirmó Maatai el pasado miércoles.