Los efectos del cambio climático "están a la vuelta de la esquina" e incrementarán la gravedad del problema del agua, dijo hoy el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano.
Así lo explicó en la conferencia "Programa AGUA y el futuro de las confederaciones hidrográficas", que pronunció en el seminario "La Directiva Marco del Agua y los medios de comunicación", que organiza la Confederación Hidrográfica del Ebro y la Asociación de la Prensa de Aragón (APA).
Serrano aseguró que hablar de agua supone ya hacerlo de un "problema social real" que se producirá con mayor incidencia en el futuro, por lo que es necesario concienciar a los ciudadanos de que el recurso hídrico es limitado y, por tanto, es preciso hacer un uso sostenible de él.
En este sentido, dijo, surge la Directiva Marco del Agua (DMA) de la Unión Europea, de obligado cumplimento en todos los países miembros, que establece un escenario comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas y cuyo objetivo es velar por la salud de los ciudadanos y por el mantenimiento de los ecosistemas mediante un proceso de planificación.
Esta directiva establece una serie de plazos, como que el día 31 de diciembre de 2009 esté aprobada su planificación o que ese mismo día, pero del año 2010, esté en marcha la política de incentivos para un uso eficiente del agua, así como la contribución económica adecuada de los distintos usos.
El objetivo de estos plazos, precisó Serrano, es que en el año 2015 se cumplan lo previsto en la DMA.
En España, añadió, el Ministerio de Medio Ambiente puso en marcha el programa AGUA ( Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua) con el objetivo de resolver las carencias en la gestión, disponibilidad y calidad de agua, superar los tópicos y desconocimiento que existen en torno a esta materia y generalizar las tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente.
Este programa, que recoge más de un centenar de actuaciones, pone de relieve el valor económico, ambiental y social del agua, la importancia de garantizar su disponibilidad y calidad así como la optimización de su uso y la restauración de los ecosistemas asociados.
España forma parte de la UE y por tanto debe cumplir las normas europeas, y es preciso pasar de intentar satisfacer la demanda a gestionar la oferta, así como prever y minimizar los riesgos asociados al agua como son las sequías y las inundaciones.
El agua, concluyó, es uno de los problemas más graves que España tiene en estos momentos y, a pesar de que la regulación superficial "está casi hecha", la obtención de nuevos recursos tiene que venir ligada a medidas de gestión y al nuevo frente que supone la puesta en marcha de la desalinización donde sea posible.