Las reservas del eje del Ebro, el río Noguera Ribagorzana y el embalse de Vadiello --que abastece a la ciudad de Huesca-- se encuentran en niveles inferiores a los que marca el protocolo de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para levantar el nivel de alerta por sequía. Sin embargo, el Gobierno decidió hace mes y medio derogar los decretos en los que regulaba las medidas a adoptar para afrontar la escasez hídrica que ha atravesado la cuenca en los últimos dos años.
En el caso del eje del Ebro, el pantano de Reinosa se encuentra a tres hectómetros de alcanzar el nivel de prealerta señalado para el cierre del mes de diciembre --en enero debería recuperar otros 34--. A Vadiello le falta por recoger apenas 300 millones de litros para abandonar esa situación a final de mes.
La situación es más crítica en el Noguera Ribagorzana, sistema que ayer rebasaba en apenas nueve hectómetros el nivel de emergencia. Sus tres principales embalses --Escales, Canelles y Santa Ana-- tendrían que ganar otros 65 en lo que resta de enero para que el río pasara a encontrarse en prealerta. Superar ese nivel requiere el almacenamiento de 78,5 más de los que acumulan ahora.
Las reservas de otros cinco sistemas equivalen al nivel de prealerta: Jalón, Aguas Vivas, Guadalope, Ésera y Bajo Ebro. En este último, a Mequinenza le faltan 27,5 para recobrar la normalidad.