Un estudio español indica que el cambio climático amenaza los ecosistemas montañosos de todo el mundo
Mié, 07/02/2007
(EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por David Nogués-Bravo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC), muestra que la tasa de calentamiento de los sistemas montañosos del mundo será dos a tres veces mayor en el siglo XXI de lo que fue en el pasado siglo. Esto supondrá la extinción de especies alpinas y afectará a los recursos hidrológicos. Los resultados de la investigación, que prevé la extinción de especies alpinas y alteraciones en los ríos y la presencia de nieve de las montañas, se publica en la revista 'Journal of Global Environmental Change'.
Los investigadores españoles han evaluado los cambios que se esperan en las temperaturas de la superficie de las áreas montañosas del mundo durante el siglo XXI y clasificaron la vulnerabilidad de los diferentes sistemas montañosos ante el calentamiento del clima. El equipo de Nogués-Bravo ha resumido las consecuencias que se esperan como consecuencia del cambio climático sobre los ecosistemas montañosos y socioeconómicos.
Una comparación global previa de las temperaturas montañosas indicaban una media de calentamiento de entre 0,13 grados centígrados por década en la segunda mitad del siglo XX, un total de 0,65 grados centígrados en los pasados 50 años. En contraste, el calentamiento medio proyectado para los sistemas montañosos hasta el 2055 se sitúa en un ascenso de entre 3,2 grados centígrados (0,4 grados por década) a los 2,1 grados centígrados (0,26 grados por década) bajo los escenarios de mayor y menor intensidad en el uso de los recursos fósiles respectivamente. Además, las diferencias entre el calentamiento registrado y el previsto son superiores en los sistemas montañosos polar y boreal que en los tropicales.
Los investigadores señalan que a pesar de todo ello, el ascenso de las temperaturas derivadas del cambio climático no es el único factor a tener en cuenta. "El cambio climático en los ecosistemas montañosos es probable que afecte en mayor medida a los países más pobres como los localizados en los trópicos debido a que éstos poseen una capacidad de adaptación más lenta", explica Nogués-Bravo.
Los datos sobre las futuras consecuencias del cambio climático en estos ecosistemas incluyen el riesgo de extinción de las especies alpinas. Según explica Miguel Araujo, director del Laboratorio sobre Biodiversidad y Cambio Climático del CSIC, "algunas especies alpinas que viven en las áreas más elevadas no podrán encontrar las condiciones ecológicas adecuadas para su supervivencia".
El impacto hidrológico incluye la desaparición o reducción de los glaciares y las reservas de nieve, lo que repercutirá en una mayor variabilidad de los caudales de los ríos y posibles modificaciones en la gestión del agua y su explotación hidroeléctrica. Nogués Bravo señala como ejemplo que una reducción en la nieve podría tener consecuencias económicas en las instalaciones de esquí.
"La imagen de la nieve en los picos montañosos podría convertirse en un recuerdo en el caso de las montañas de altura media", han declarado Juan Pablo Martínez Rica y Paz Errea, investigadores del equipo que ha desarrollado el trabajo.
Según Nogués-Bravo, serán necesarios programas específicos en los ecosistemas montañosos para evaluar el impacto, la adaptación y desarrollar estrategias mitigadoras que puedan preservar al menos una parte de los valores únicos que representan las montañas.
Un estudio dirigido por David Nogués-Bravo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC), muestra que la tasa de calentamiento de los sistemas montañosos del mundo será dos a tres veces mayor en el siglo XXI de lo que fue en el pasado siglo. Esto supondrá la extinción de especies alpinas y afectará a los recursos hidrológicos. Los resultados de la investigación, que prevé la extinción de especies alpinas y alteraciones en los ríos y la presencia de nieve de las montañas, se publica en la revista 'Journal of Global Environmental Change'.
Los investigadores españoles han evaluado los cambios que se esperan en las temperaturas de la superficie de las áreas montañosas del mundo durante el siglo XXI y clasificaron la vulnerabilidad de los diferentes sistemas montañosos ante el calentamiento del clima. El equipo de Nogués-Bravo ha resumido las consecuencias que se esperan como consecuencia del cambio climático sobre los ecosistemas montañosos y socioeconómicos.
Una comparación global previa de las temperaturas montañosas indicaban una media de calentamiento de entre 0,13 grados centígrados por década en la segunda mitad del siglo XX, un total de 0,65 grados centígrados en los pasados 50 años. En contraste, el calentamiento medio proyectado para los sistemas montañosos hasta el 2055 se sitúa en un ascenso de entre 3,2 grados centígrados (0,4 grados por década) a los 2,1 grados centígrados (0,26 grados por década) bajo los escenarios de mayor y menor intensidad en el uso de los recursos fósiles respectivamente. Además, las diferencias entre el calentamiento registrado y el previsto son superiores en los sistemas montañosos polar y boreal que en los tropicales.
Los investigadores señalan que a pesar de todo ello, el ascenso de las temperaturas derivadas del cambio climático no es el único factor a tener en cuenta. "El cambio climático en los ecosistemas montañosos es probable que afecte en mayor medida a los países más pobres como los localizados en los trópicos debido a que éstos poseen una capacidad de adaptación más lenta", explica Nogués-Bravo.
Los datos sobre las futuras consecuencias del cambio climático en estos ecosistemas incluyen el riesgo de extinción de las especies alpinas. Según explica Miguel Araujo, director del Laboratorio sobre Biodiversidad y Cambio Climático del CSIC, "algunas especies alpinas que viven en las áreas más elevadas no podrán encontrar las condiciones ecológicas adecuadas para su supervivencia".
El impacto hidrológico incluye la desaparición o reducción de los glaciares y las reservas de nieve, lo que repercutirá en una mayor variabilidad de los caudales de los ríos y posibles modificaciones en la gestión del agua y su explotación hidroeléctrica. Nogués Bravo señala como ejemplo que una reducción en la nieve podría tener consecuencias económicas en las instalaciones de esquí.
"La imagen de la nieve en los picos montañosos podría convertirse en un recuerdo en el caso de las montañas de altura media", han declarado Juan Pablo Martínez Rica y Paz Errea, investigadores del equipo que ha desarrollado el trabajo.
Según Nogués-Bravo, serán necesarios programas específicos en los ecosistemas montañosos para evaluar el impacto, la adaptación y desarrollar estrategias mitigadoras que puedan preservar al menos una parte de los valores únicos que representan las montañas.