El cambio climático comienza a sentirse en la producción agraria
Mar, 13/02/2007
Galicia ya no tiene un solo mínimo anual de precipitaciones. Desde hace unos años, al de agosto se ha sumado otro en pleno febrero, justo cuando mayor es la demanda de agua para los cultivos. El dato, que coincide con el de un estudio en el norte de Portugal, apunta directamente al cambio climático, que amenaza con reducir la fertilidad del suelo en ciertas zonas. La situación preocupa al sector que, eso sí, no espera de brazos cruzados a que todo esto suceda.
La Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga) ha iniciado un proyecto, con ayuda del catedrático Francisco Díaz Fierros, que trata de analizar con detalle la situación del campo gallego ante el cambio climático para luego diseñar una estrategia de adaptación al nuevo escenario, además de fomentar las buenas prácticas para que la actividad agropecuaria disminuya sus emisiones de gases que alimentan el efecto invernadero.
A la espera de los resultados del trabajo, el director técnico de Asefoga, Miguel Acuña, avanza algunos de los cambios esperables y posibles soluciones. «Ante a escaseza de choivas xusto cando hai máis demanda de agua, habería que buscar, por exemplo, especies de forraxe de maior enraizamento, que aturan mellor a sequía, ou aumentar a eficiencia do rego, que en Galicia é moi baixa», explica.
En las próximas décadas también habrá más suelo por debajo del 4% de materia orgánica, un límite que se roza en zonas de Ourense y que es el mínimo requerido para que un suelo sea considerado productivo. En estos casos, apunta Acuña, habrá que buscar fertilizantes orgánicos eficaces.
¿Pero será esto una amenaza para los cultivos tradicionales? Por fortuna, la diversidad genética parece ser una buena protección. «O noso proxecto quere tamén conservar as especies locais de cultivos como o millo, que foron seleccionadas polos agricultores a través de moitos anos e que están afeitas a soportar moitas condicións climáticas adversas. A súa variabilidade xenética permite a súa adaptación, ao contrario do que acontece coas especies máis uniformes, que son as que se empregan agora máis na agricultura».
El vino gana, las hayas podrían desaparecer
cara y cruz > El calentamiento hará mejores los tintos de Galicia, incluso en zonas del norte como Betanzos > Los robles se trasladarán a zonas más altas y los hayedos dejarán Galicia
El escenario que avanzan los científicos para las próximas décadas como consecuencia de un cambio climático ya inevitable aunque el ser humano pusiese el freno a las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero, obligará a tomar medidas como las que busca el proyecto de Asefoga para mantener determinados cultivos, pero la tragedia colectiva del calentamiento global abre paradójicamente posibilidades de expansión a otros productos. Es el caso de la vid, que en Galicia ganará extensión y también calidad para la producción de caldos.
Según explica el director técnico de Asefoga, Miguel Acuña, las previsiones de los científicos apuntan a que la comunidad ganará terreno idóneo para el cultivo de uvas y que el tinto afianzará su calidad, sobre todo en la zona de O Ribeiro. La mejora de los caldos llegará incluso más al norte, en pequeñas áreas de producción como la de Betanzos.
En cuanto a la vendimia, ésta podría adelantarse unos 15 días. De hecho, en Francia ya lo ha hecho entre 16 y 23 días; y en Italia, entre 8 a 21.
La productividad forestal también aumentará, aunque sólo durante un tiempo. «Ao haber máis CO2 na atmosfera, hai máis fertilización. Por iso nos primeiros 50 anos vai aumentar a produción forestal, pero logo a sequía que se vai ir acumulando fará que diminúa», resume Acuña.
El riesgo de incendios es otra preocupación que crece, y por eso Asefoga ha dedicado un apartado de su proyecto a su prevención, que se hará cada vez más necesaria ante las previsiones de incremento de las olas de calor. California ofrece un ejemplo preocupante de lo que podría suceder aquí: el aumento de la temperatura media en un grado ha multiplicado por tres las posibilidades de fuegos forestales en este estado norteamericano.
Pero este no es el único efecto del cambio climático en los bosques. Las temperaturas en aumento amenazan con hacer desaparecer en el futuro las pocas hayas que hay en las zonas más altas de Galicia. Mientras, los robles y otras especies poco adaptadas al calor se irán desplazando también en búsqueda de altura y climas más fríos.
Un futuro muy similar al norte de Portugal
Hacia el 2050-2070, Galicia tendrá un clima similar al que hoy tiene la Beira Alta portuguesa, al norte del país vecino. La temperatura media en esta zona es en torno a unos dos grados mayor que la comunidad gallega, mientras que en las máximas la diferencia sube en las previsiones hasta casi tres e incluso llega a cuatro grados más, según qué localidades se comparen.
España será una de las zonas de Europa más castigadas por el cambio climático según los últimos estudios, un cambio ya en marcha e imparable, con un incremento de las temperaturas en Galicia de 1,46 grados centígrados en los últimos 30 años. Sus efectos en este extremo de la península se traducirán en más olas de calor, mientras que las precipitaciones tenderán a concentrarse en menos tiempo, en forma de lluvias torrenciales
Apoyo del Ministerio de Medio Ambiente
> El proyecto de la Asociación Sectorial Forestal Galega sobre el cambio climático en el sector agroforestal está cofinanciado por la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, y el Fondo Social Europeo.
Cursos de ganadería sostenible
> Entre las acciones del proyecto figura un curso de formación. Las zonas de montaña, más sensibles al cambio climático, son una de sus prioridades. En ellas propone una ganadería sostenible, con razas autóctonas más adaptables a los cambios
La Asociación Sectorial Forestal Galega (Asefoga) ha iniciado un proyecto, con ayuda del catedrático Francisco Díaz Fierros, que trata de analizar con detalle la situación del campo gallego ante el cambio climático para luego diseñar una estrategia de adaptación al nuevo escenario, además de fomentar las buenas prácticas para que la actividad agropecuaria disminuya sus emisiones de gases que alimentan el efecto invernadero.
A la espera de los resultados del trabajo, el director técnico de Asefoga, Miguel Acuña, avanza algunos de los cambios esperables y posibles soluciones. «Ante a escaseza de choivas xusto cando hai máis demanda de agua, habería que buscar, por exemplo, especies de forraxe de maior enraizamento, que aturan mellor a sequía, ou aumentar a eficiencia do rego, que en Galicia é moi baixa», explica.
En las próximas décadas también habrá más suelo por debajo del 4% de materia orgánica, un límite que se roza en zonas de Ourense y que es el mínimo requerido para que un suelo sea considerado productivo. En estos casos, apunta Acuña, habrá que buscar fertilizantes orgánicos eficaces.
¿Pero será esto una amenaza para los cultivos tradicionales? Por fortuna, la diversidad genética parece ser una buena protección. «O noso proxecto quere tamén conservar as especies locais de cultivos como o millo, que foron seleccionadas polos agricultores a través de moitos anos e que están afeitas a soportar moitas condicións climáticas adversas. A súa variabilidade xenética permite a súa adaptación, ao contrario do que acontece coas especies máis uniformes, que son as que se empregan agora máis na agricultura».
El vino gana, las hayas podrían desaparecer
cara y cruz > El calentamiento hará mejores los tintos de Galicia, incluso en zonas del norte como Betanzos > Los robles se trasladarán a zonas más altas y los hayedos dejarán Galicia
El escenario que avanzan los científicos para las próximas décadas como consecuencia de un cambio climático ya inevitable aunque el ser humano pusiese el freno a las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero, obligará a tomar medidas como las que busca el proyecto de Asefoga para mantener determinados cultivos, pero la tragedia colectiva del calentamiento global abre paradójicamente posibilidades de expansión a otros productos. Es el caso de la vid, que en Galicia ganará extensión y también calidad para la producción de caldos.
Según explica el director técnico de Asefoga, Miguel Acuña, las previsiones de los científicos apuntan a que la comunidad ganará terreno idóneo para el cultivo de uvas y que el tinto afianzará su calidad, sobre todo en la zona de O Ribeiro. La mejora de los caldos llegará incluso más al norte, en pequeñas áreas de producción como la de Betanzos.
En cuanto a la vendimia, ésta podría adelantarse unos 15 días. De hecho, en Francia ya lo ha hecho entre 16 y 23 días; y en Italia, entre 8 a 21.
La productividad forestal también aumentará, aunque sólo durante un tiempo. «Ao haber máis CO2 na atmosfera, hai máis fertilización. Por iso nos primeiros 50 anos vai aumentar a produción forestal, pero logo a sequía que se vai ir acumulando fará que diminúa», resume Acuña.
El riesgo de incendios es otra preocupación que crece, y por eso Asefoga ha dedicado un apartado de su proyecto a su prevención, que se hará cada vez más necesaria ante las previsiones de incremento de las olas de calor. California ofrece un ejemplo preocupante de lo que podría suceder aquí: el aumento de la temperatura media en un grado ha multiplicado por tres las posibilidades de fuegos forestales en este estado norteamericano.
Pero este no es el único efecto del cambio climático en los bosques. Las temperaturas en aumento amenazan con hacer desaparecer en el futuro las pocas hayas que hay en las zonas más altas de Galicia. Mientras, los robles y otras especies poco adaptadas al calor se irán desplazando también en búsqueda de altura y climas más fríos.
Un futuro muy similar al norte de Portugal
Hacia el 2050-2070, Galicia tendrá un clima similar al que hoy tiene la Beira Alta portuguesa, al norte del país vecino. La temperatura media en esta zona es en torno a unos dos grados mayor que la comunidad gallega, mientras que en las máximas la diferencia sube en las previsiones hasta casi tres e incluso llega a cuatro grados más, según qué localidades se comparen.
España será una de las zonas de Europa más castigadas por el cambio climático según los últimos estudios, un cambio ya en marcha e imparable, con un incremento de las temperaturas en Galicia de 1,46 grados centígrados en los últimos 30 años. Sus efectos en este extremo de la península se traducirán en más olas de calor, mientras que las precipitaciones tenderán a concentrarse en menos tiempo, en forma de lluvias torrenciales
Apoyo del Ministerio de Medio Ambiente
> El proyecto de la Asociación Sectorial Forestal Galega sobre el cambio climático en el sector agroforestal está cofinanciado por la Fundación Biodiversidad, del Ministerio de Medio Ambiente, y el Fondo Social Europeo.
Cursos de ganadería sostenible
> Entre las acciones del proyecto figura un curso de formación. Las zonas de montaña, más sensibles al cambio climático, son una de sus prioridades. En ellas propone una ganadería sostenible, con razas autóctonas más adaptables a los cambios