Greenpeace dice que la cuenca del Segura está mal gestionada pero no es deficitaria
Vie, 16/03/2007
El responsable del área de agua de Greenpeace, Julio Barea, afirmó ayer en Murcia que la cuenca del Segura es el «paradigma» de la mala gestión y negó que sea deficitaria en la presentación del informe «El negocio del agua en la cuenca del Segura», elaborado después de un año de trabajos. En declaraciones a Efe, Barea dijo basarse en datos de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), la Comunidad y de la entidad murciana de Saneamiento y Depuración.
Una vez cubierta su demanda, cuantificó, el Segura podría disponer de 308 hectómetros cúbicos de agua al año para dotar a los ríos de los caudales de los que se ven actualmente privados y para recuperar los acuíferos sobreexplotados. Además destacó que el Segura es el río europeo con más presas, con un embalse cada 21 kilómetros, lo que, «además de ineficaz, es destructivo» para los ecosistemas fluviales, porque acaba por eliminar la capacidad de los ríos de aportar agua y de regenerarse».
También dijo que los principales problemas de la cuenca son la proliferación de regadíos ilegales y el sector turístico, con campos de golf, hoteles y urbanizaciones y la elevada cifra de robos de agua del río y de acuíferos, que provocó la desaparición de fuentes y manantiales. Barea denunció que los pozos ilegales extraen del subsuelo un 80 por ciento más de agua de que la que se recarga de forma natural, lo que provoca la salinización de los acuíferos, que calificó como «principal problema» de contaminación de toda la cuenca. Y agregó que la Administración «permite ese robo de agua y lo que denominó canje de caudales», y denunció un entramado ilegal de tuberías en Murcia con agua para regadíos, golf y urbanizaciones. El informe cita la «intensa» y las «habituales« recalificaciones de regadíos, «muchos de ellos ilegales», para crear urbanizaciones con campos de golf.
Greenpeace ha contabilizado 23 campos de golf en Murcia y Alicante, que consumen 16 hectómetros cúbicos de agua al año, lo que equivale al consumo anual de más de 250.000 personas. Además desmintió que esos campos se rieguen con agua reutilizada, porque la mayoría de las casas están deshabitadas, y dijo que en algunos casos se riega con agua del trasvase Tajo-Segura.
Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) lamentó que el informe hecho público por Greenpeace se haya realizado «con datos no actualizados que no tienen nada que ver con la situación actual de la cuenca». Según la CHS recuerda que las competencias sobre los regadíos pertenecen a las cuatro comunidades autónomas con territorio en la cuenca del Segura (Andalucía, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y Comunidad Valenciana), que asumieron dichas competencias hace más de 20 años. El organismo insistió en que la «gestión nefasta en la cuenca a la que se refiere Greenpeace se corresponde con la actuación en anteriores legislaturas, como ha corroborado hace escasas semanas el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia».
Una vez cubierta su demanda, cuantificó, el Segura podría disponer de 308 hectómetros cúbicos de agua al año para dotar a los ríos de los caudales de los que se ven actualmente privados y para recuperar los acuíferos sobreexplotados. Además destacó que el Segura es el río europeo con más presas, con un embalse cada 21 kilómetros, lo que, «además de ineficaz, es destructivo» para los ecosistemas fluviales, porque acaba por eliminar la capacidad de los ríos de aportar agua y de regenerarse».
También dijo que los principales problemas de la cuenca son la proliferación de regadíos ilegales y el sector turístico, con campos de golf, hoteles y urbanizaciones y la elevada cifra de robos de agua del río y de acuíferos, que provocó la desaparición de fuentes y manantiales. Barea denunció que los pozos ilegales extraen del subsuelo un 80 por ciento más de agua de que la que se recarga de forma natural, lo que provoca la salinización de los acuíferos, que calificó como «principal problema» de contaminación de toda la cuenca. Y agregó que la Administración «permite ese robo de agua y lo que denominó canje de caudales», y denunció un entramado ilegal de tuberías en Murcia con agua para regadíos, golf y urbanizaciones. El informe cita la «intensa» y las «habituales« recalificaciones de regadíos, «muchos de ellos ilegales», para crear urbanizaciones con campos de golf.
Greenpeace ha contabilizado 23 campos de golf en Murcia y Alicante, que consumen 16 hectómetros cúbicos de agua al año, lo que equivale al consumo anual de más de 250.000 personas. Además desmintió que esos campos se rieguen con agua reutilizada, porque la mayoría de las casas están deshabitadas, y dijo que en algunos casos se riega con agua del trasvase Tajo-Segura.
Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) lamentó que el informe hecho público por Greenpeace se haya realizado «con datos no actualizados que no tienen nada que ver con la situación actual de la cuenca». Según la CHS recuerda que las competencias sobre los regadíos pertenecen a las cuatro comunidades autónomas con territorio en la cuenca del Segura (Andalucía, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y Comunidad Valenciana), que asumieron dichas competencias hace más de 20 años. El organismo insistió en que la «gestión nefasta en la cuenca a la que se refiere Greenpeace se corresponde con la actuación en anteriores legislaturas, como ha corroborado hace escasas semanas el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia».