La CHS apunta que el acuífero de la Huerta de Murcia y la Vega Baja recupera los niveles de primavera de 2006
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) informó hoy de que el nivel freático del acuífero de la Huerta de Murcia y la Vega Baja ha recuperado los niveles máximos de primavera de 2006, según la medición realizada tras los episodios de lluvias registradas a lo largo de los últimos meses. Según la previsión hecha por los técnicos, esta cota irá subiendo hasta finales de mayo en medio metro más.
Por sectores, la profundidad a la que se encuentra el agua del acuífero profundo captado por los sondeos de la CHS va desde los 12 metros en la zona del Rincón de Beniscornia, diez metros en el entorno de Murcia y cuatro metros en Beniel, destacando especialmente la pedanía de Santa Cruz, donde el agua subterránea se encuentra a menos de dos metros de profundidad.
Este hecho demuestra que la explotación de los sondeos de sequía de la CHS durante la primavera-verano 2006 no ha afectado al total interanual del agua embalsada en el acuífero, que tiene más de 300 metros de espesor y unas reservas estimadas de más de 1.000 millones de metros cúbicos, según informó la CHS en una nota de prensa.
La recarga procedente de la infiltración del agua de lluvia y de los cauces al sistema hidrogeológico multicapa de la Vega de Murcia ha sido superior a las extracciones por bombeo realizadas para paliar los efectos de la sequía, lo que acredita la sostenibilidad medioambiental de la explotación de la batería de sondeos CHS.
La gestión sostenible del acuífero profundo de Murcia-Orihuela, descubierto en estos últimos años, constituye una potente herramienta de gestión de situaciones de escasez de agua para regadío, caudal ecológico, industria e incluso abastecimiento.
La CHS realiza un riguroso programa de seguimiento del comportamiento de los 35 sondeos en el acuífero de las Vegas Media y Baja del Segura, "para garantizar un caudal ecológico que permita un río vivo, y cuyo objetivo es controlar de forma continuada la evolución piezométrica del nivel profundo de la masa subterránea", según la citada fuente.
La Confederación recuerda que sus pozos (actualmente sin explotar) no inciden sobre el nivel superficial, sino que se realizan entre 40 y 300 metros de profundidad, para extraer agua del acuífero profundo y no del superficial, evitando así incidir sobre el nivel somero, cuyo descenso es el que puede provocar afecciones a las cimentaciones de los edificios.
Por sectores, la profundidad a la que se encuentra el agua del acuífero profundo captado por los sondeos de la CHS va desde los 12 metros en la zona del Rincón de Beniscornia, diez metros en el entorno de Murcia y cuatro metros en Beniel, destacando especialmente la pedanía de Santa Cruz, donde el agua subterránea se encuentra a menos de dos metros de profundidad.
Este hecho demuestra que la explotación de los sondeos de sequía de la CHS durante la primavera-verano 2006 no ha afectado al total interanual del agua embalsada en el acuífero, que tiene más de 300 metros de espesor y unas reservas estimadas de más de 1.000 millones de metros cúbicos, según informó la CHS en una nota de prensa.
La recarga procedente de la infiltración del agua de lluvia y de los cauces al sistema hidrogeológico multicapa de la Vega de Murcia ha sido superior a las extracciones por bombeo realizadas para paliar los efectos de la sequía, lo que acredita la sostenibilidad medioambiental de la explotación de la batería de sondeos CHS.
La gestión sostenible del acuífero profundo de Murcia-Orihuela, descubierto en estos últimos años, constituye una potente herramienta de gestión de situaciones de escasez de agua para regadío, caudal ecológico, industria e incluso abastecimiento.
La CHS realiza un riguroso programa de seguimiento del comportamiento de los 35 sondeos en el acuífero de las Vegas Media y Baja del Segura, "para garantizar un caudal ecológico que permita un río vivo, y cuyo objetivo es controlar de forma continuada la evolución piezométrica del nivel profundo de la masa subterránea", según la citada fuente.
La Confederación recuerda que sus pozos (actualmente sin explotar) no inciden sobre el nivel superficial, sino que se realizan entre 40 y 300 metros de profundidad, para extraer agua del acuífero profundo y no del superficial, evitando así incidir sobre el nivel somero, cuyo descenso es el que puede provocar afecciones a las cimentaciones de los edificios.