Media cuenca del Ebro recibe el verano casi sin recursos hídricos Los grandes volúmenes embalsados no aseguran la campaña de riego
Mar, 05/06/2007
Casi media cuenca del Ebro está seca. Los datos de la Confederación Hidrográfica (CHE) señalan que los recursos de más de 42.000 kilómetros cuadrados de superficie --la mayoría de ellos localizados en Aragón-- se encuentran por debajo de la tercera parte de lo que sería normal en esta época del año. La mayor parte de la otra mitad --casi 40.000 kilómetros cuadrados-- está seca. En toda la comunidad, solo las subcuencas del Huerva y el Queiles ofrecen datos positivos.
Las zonas de mayor sequedad se concentran en la margen izquierda, en los ríos que descienden del Pirineo. Las cuencas del Aragón y el Ésera están muy secas y las del Cinca, el Gállego y el Noguera Ribagorzana. El Alcanadre, que baja de Guara, tiene menos de la sexta parte de los recursos que serían normales. La situación del resto de los sistemas fluviales aragoneses está catalogada como "normal", lo que quiere decir que disponen de entre uno y dos tercios de las reservas naturales que deberían tener, aunque con cuatro excepciones: el Huerva, húmedo, y el Matarraña, el Martín y el Jiloca, secos. De hecho, las aportaciones de los ríos aragoneses de la margen izquierda son muy bajas en la mayoría de los casos.
En principio, esas aportaciones apenas crecerán hasta el otoño, ya que las reservas de nieve han desaparecido prácticamente por completo de las cumbres pirenaicas. Según los datos que maneja la CHE, las cabeceras del Gállego conservan mantos capaces de transformarse en apenas 30 hectómetros cúbicos de nieve, es decir, el consumo de Riegos del Alto Aragón en diez días en plena campaña. Los recursos nivales son ínfimos tanto en el Ésera como en el Aragón.
Las abundantes lluvias primaverales han hecho que los recursos almacenados en los embalses de la cuenca superen los de la primavera del 2004, la anterior a la sequía. Sin embargo, las reservas solo apuntan a una campaña sin sobresaltos en Riegos del Alto Aragón, cuyos pantanos retienen más de mil hectómetros. Barasona conserva medio centenar para el Canal de Aragón y Cataluña. Y los menos de 400 útiles de Yesa deben abastecer a 20.000 hectáreas más de las previstas cuando se construyó el pantano.
Las zonas de mayor sequedad se concentran en la margen izquierda, en los ríos que descienden del Pirineo. Las cuencas del Aragón y el Ésera están muy secas y las del Cinca, el Gállego y el Noguera Ribagorzana. El Alcanadre, que baja de Guara, tiene menos de la sexta parte de los recursos que serían normales. La situación del resto de los sistemas fluviales aragoneses está catalogada como "normal", lo que quiere decir que disponen de entre uno y dos tercios de las reservas naturales que deberían tener, aunque con cuatro excepciones: el Huerva, húmedo, y el Matarraña, el Martín y el Jiloca, secos. De hecho, las aportaciones de los ríos aragoneses de la margen izquierda son muy bajas en la mayoría de los casos.
En principio, esas aportaciones apenas crecerán hasta el otoño, ya que las reservas de nieve han desaparecido prácticamente por completo de las cumbres pirenaicas. Según los datos que maneja la CHE, las cabeceras del Gállego conservan mantos capaces de transformarse en apenas 30 hectómetros cúbicos de nieve, es decir, el consumo de Riegos del Alto Aragón en diez días en plena campaña. Los recursos nivales son ínfimos tanto en el Ésera como en el Aragón.
Las abundantes lluvias primaverales han hecho que los recursos almacenados en los embalses de la cuenca superen los de la primavera del 2004, la anterior a la sequía. Sin embargo, las reservas solo apuntan a una campaña sin sobresaltos en Riegos del Alto Aragón, cuyos pantanos retienen más de mil hectómetros. Barasona conserva medio centenar para el Canal de Aragón y Cataluña. Y los menos de 400 útiles de Yesa deben abastecer a 20.000 hectáreas más de las previstas cuando se construyó el pantano.