El anteproyecto del embalse de Biscarrués no estará terminado antes de 2008
Dom, 15/07/2007
El anteproyecto del embalse de Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos, pieza esencial para la nueva regulación del Gállego, no estará acabado, como mínimo, hasta principios de 2008. Aunque la Confederación Hidrográfica del Ebro anunció en marzo que esperaba tener listo el documento para junio de este año, fuentes del organismo de cuenca explicaron esta semana que "todavía queda" y que no se prevé que haya novedades a corto plazo.
Además, el pasado 18 de junio el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó un anunció de la CHE para contratar una asistencia técnica externa que se encargue "del estudio y la redacción del anteproyecto de embalse de Biscarrués". La Confederación aclaró entonces que los trabajos ya habían empezado y que esa licitación servirá para la realización de sondeos geológicos y otras tareas complementarias, pero en cualquier caso el plazo de ejecución previsto en el anuncio del BOE finalizaba el 31 de diciembre. Eso significa que, aunque la empresa adjudicataria adelante esa fecha, el anteproyecto no podrá estar terminado antes de 2008.
El compromiso del organismo de cuenca y del Ministerio de Medio Ambiente es tramitar el pantano cuanto antes. Por eso, después de que se conociera que no se podía aprovechar el anteproyecto inicial de 192 hectómetros y que había que hacer uno nuevo, la CHE asumió la redacción del documento a través de sus técnicos para agilizarla al máximo.
Los responsables de Confederación tienen sobre sí la presión de los regantes de Monegros y del Gobierno de Aragón, que apostaban por partir del anteproyecto elaborado para el Biscarrués grande modificándolo para adaptarlo a las nuevas necesidades. Sin embargo, esa no fue la opción defendida por Medio Ambiente.
En septiembre del año pasado, Cristina Narbona confirmó en Zaragoza, durante la Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua, que su Ministerio construirá un embalse de Biscarrués más pequeño -de unos 35 hectómetros- que no inundará el núcleo de Erés, servirá para laminar avenidas y se complementará con cuatro balsas laterales que almacenarán otros 300. No obstante, la ministra anunció además que era necesario redactar un proyecto nuevo para la presa.
Los plazos de Narbona
Dos días después, Narbona explicó en una entrevista concedida a HERALDO que el embalse de Biscarrués no tiene un proyecto adjudicado, sino un anteproyecto que antes de recibir el visto bueno definitivo por parte del Ministerio tiene que pasar por una fase "de perfeccionamiento" y otra de exposición pública. "Se tardaría un mínimo de ocho meses antes de poder adjudicar el contrato, y a partir de ahí habría que modificarlo", insistió. La ministra incluso dio plazos sobre lo que se tardaría en comenzar las obras: 31 meses si se aprovechaba el anteproyecto existente y 28 si se partía de uno nuevo.
A pesar de esas palabras, la presión ejercida por el Gobierno de Aragón hizo que Medio Ambiente accediera a aprovechar el anteproyecto del Biscarrués de 192 hectómetros. No obstante, en el acuerdo suscrito por el consejero Alfredo Boné y el presidente de la CHE, José Luis Alonso, ambas instituciones se comprometieron a garantizar "la consistencia administrativa y jurídica" de las actuaciones que se lleven a cabo, y esa coletilla sirvió para que el Ministerio tomase finalmente la decisión de redactar un nuevo anteproyecto.
Medio Ambiente argumentó la existencia de un informe jurídico de la Abogacía del Estado que desaconsejaba la opción defendida por el Gobierno de Aragón y por los regantes. Ese documento se conoció a finales de marzo, y fue entonces cuando la Confederación anunció que sus técnicos trabajaban ya en la elaboración del anteproyecto y que se esperaba que estuviera acabado antes del verano.
Las balsas laterales
La tramitación del embalse de Biscarrués es especialmente importante por la polémica que ha rodeado esta obra durante los últimos años y por la insistencia de Riegos del Alto Aragón en que donde primero quieren ver las máquinas trabajando es en ese pantano. Sin embargo, los acuerdos para la regulación del Gállego incluyen la construcción de cuatro balsas laterales que, aunque estarán ubicadas dentro del sistema de riegos de Monegros y reciben ese nombre, serán verdaderos pantanos con más capacidad que el de Biscarrués.
En estos momentos, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y la CHE trabajan en la elaboración del estudio de viabilidad y del proyecto básico de esos cuatro embalses internos: el de Almudévar, que con 163 hectómetros será casi tan grande como el que los regantes querían hacer en Biscarrués; el de Valdecabrera, de 55 hectómetros; el del Alcanadre -44-; y el de Agua Baja -36-. La balsa de Valdeparadas se descartó porque afectaba a una zona de especial protección para las aves.
La DGA y la Confederación firmaron a comienzos de abril el convenio para la redacción de esos proyectos, un acuerdo que además contempla sus conexiones con la red de canales de Riegos del Alto Aragón y las infraestructuras eléctricas y de aprovechamiento energético.
Además, el pasado 18 de junio el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó un anunció de la CHE para contratar una asistencia técnica externa que se encargue "del estudio y la redacción del anteproyecto de embalse de Biscarrués". La Confederación aclaró entonces que los trabajos ya habían empezado y que esa licitación servirá para la realización de sondeos geológicos y otras tareas complementarias, pero en cualquier caso el plazo de ejecución previsto en el anuncio del BOE finalizaba el 31 de diciembre. Eso significa que, aunque la empresa adjudicataria adelante esa fecha, el anteproyecto no podrá estar terminado antes de 2008.
El compromiso del organismo de cuenca y del Ministerio de Medio Ambiente es tramitar el pantano cuanto antes. Por eso, después de que se conociera que no se podía aprovechar el anteproyecto inicial de 192 hectómetros y que había que hacer uno nuevo, la CHE asumió la redacción del documento a través de sus técnicos para agilizarla al máximo.
Los responsables de Confederación tienen sobre sí la presión de los regantes de Monegros y del Gobierno de Aragón, que apostaban por partir del anteproyecto elaborado para el Biscarrués grande modificándolo para adaptarlo a las nuevas necesidades. Sin embargo, esa no fue la opción defendida por Medio Ambiente.
En septiembre del año pasado, Cristina Narbona confirmó en Zaragoza, durante la Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua, que su Ministerio construirá un embalse de Biscarrués más pequeño -de unos 35 hectómetros- que no inundará el núcleo de Erés, servirá para laminar avenidas y se complementará con cuatro balsas laterales que almacenarán otros 300. No obstante, la ministra anunció además que era necesario redactar un proyecto nuevo para la presa.
Los plazos de Narbona
Dos días después, Narbona explicó en una entrevista concedida a HERALDO que el embalse de Biscarrués no tiene un proyecto adjudicado, sino un anteproyecto que antes de recibir el visto bueno definitivo por parte del Ministerio tiene que pasar por una fase "de perfeccionamiento" y otra de exposición pública. "Se tardaría un mínimo de ocho meses antes de poder adjudicar el contrato, y a partir de ahí habría que modificarlo", insistió. La ministra incluso dio plazos sobre lo que se tardaría en comenzar las obras: 31 meses si se aprovechaba el anteproyecto existente y 28 si se partía de uno nuevo.
A pesar de esas palabras, la presión ejercida por el Gobierno de Aragón hizo que Medio Ambiente accediera a aprovechar el anteproyecto del Biscarrués de 192 hectómetros. No obstante, en el acuerdo suscrito por el consejero Alfredo Boné y el presidente de la CHE, José Luis Alonso, ambas instituciones se comprometieron a garantizar "la consistencia administrativa y jurídica" de las actuaciones que se lleven a cabo, y esa coletilla sirvió para que el Ministerio tomase finalmente la decisión de redactar un nuevo anteproyecto.
Medio Ambiente argumentó la existencia de un informe jurídico de la Abogacía del Estado que desaconsejaba la opción defendida por el Gobierno de Aragón y por los regantes. Ese documento se conoció a finales de marzo, y fue entonces cuando la Confederación anunció que sus técnicos trabajaban ya en la elaboración del anteproyecto y que se esperaba que estuviera acabado antes del verano.
Las balsas laterales
La tramitación del embalse de Biscarrués es especialmente importante por la polémica que ha rodeado esta obra durante los últimos años y por la insistencia de Riegos del Alto Aragón en que donde primero quieren ver las máquinas trabajando es en ese pantano. Sin embargo, los acuerdos para la regulación del Gállego incluyen la construcción de cuatro balsas laterales que, aunque estarán ubicadas dentro del sistema de riegos de Monegros y reciben ese nombre, serán verdaderos pantanos con más capacidad que el de Biscarrués.
En estos momentos, el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y la CHE trabajan en la elaboración del estudio de viabilidad y del proyecto básico de esos cuatro embalses internos: el de Almudévar, que con 163 hectómetros será casi tan grande como el que los regantes querían hacer en Biscarrués; el de Valdecabrera, de 55 hectómetros; el del Alcanadre -44-; y el de Agua Baja -36-. La balsa de Valdeparadas se descartó porque afectaba a una zona de especial protección para las aves.
La DGA y la Confederación firmaron a comienzos de abril el convenio para la redacción de esos proyectos, un acuerdo que además contempla sus conexiones con la red de canales de Riegos del Alto Aragón y las infraestructuras eléctricas y de aprovechamiento energético.