El mejillón cebra se ha extendido ya a las cuencas de la cornisa cantábrica
Sáb, 11/08/2007
Ya son cuatro demarcaciones y es cuestión de tiempo que el listado aumente. La Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) ha anunciado esta semana que sus técnicos han detectado larvas de mejillón cebra en un embalse guipuzcoano, por lo que la plaga que antes o después se extenderá por toda la Península también ha llegado a las cuencas de la cornisa cantábrica.
Hasta ahora se sabía que el molusco estaba presente en gran parte de la cuenca del Ebro, en la del Júcar y en la del Segura -además, existe la sospecha de que a esta última ha llegado desde el Tajo-. Sin embargo, los análisis larvarios que la CHN ha realizado en 35 puntos de su territorio han detectado crías de mejillón en el pantano de Lareo, una presa que abastece al municipio guipuzcoano de Ataun y que se encuentra en la subcuenca del río Agauntza, un afluente del Oria.
Según informó la Confederación del Norte en un comunicado, el muestreo se realizó durante la segunda quincena de julio y fue confirmado con un nuevo análisis que también dio resultado positivo. Aunque el organismo de cuenca destacó que la cantidad de larvas encontradas -dos por cada 50 litros de agua- hace "difícil" que pueda haber una colonia estable de mejillones adultos, la sucesión de malas noticias de los últimos meses permite dar por seguro que antes o después se encontrarán otros puntos con presencia de la plaga.
Restricciones inmediatas
Nada más conocer la noticia, los responsables de la CHN se pusieron en contacto con el Gobierno Vasco para pedirle que prohíba en la zona del hallazgo la realización de actividades que puedan ayudar a propagar la plaga. Un día después, la Diputación de Guipuzcoa prohibió la pesca, el baño y el uso de embarcaciones en todos los ríos y embalses de la provincia.
Además, la Consejería de Medio Ambiente ha acotado el embalse de Lareo y ha prohibido el acceso de bañistas y excursionistas. Además de abastecer al municipio de Ataun, el pantano sirve como apoyo para épocas de sequía al sistema de Arriarán, dentro del Consorcio de Aguas de Guipuzcoa.
La plaga de mejillón cebra fue descubierta en el verano de 2001 en el Bajo Ebro catalán. Durante cinco años, se fue comprobando cómo este dañino molusco iba remontando el río hasta llegar a la cola del embalse de Mequinenza, pero en agosto de 2006 se pensaba que no había pasado de ahí. Nada más lejos de la realidad, ya que en el último año las Administraciones implicadas han tenido que hacer frente a una larga lista de descubrimientos que les ha hecho toparse de bruces con el panorama actual: esta especie invasora deja cortas las previsiones más pesimistas sobre su avance y los poderes públicos están desbordados.
En septiembre de 2006 se supo que el bivalvo había logrado saltar hasta la cabecera de la cuenca del Ebro, por lo que todo el río está infestado de sus larvas. Desde ese momento, los sucesivos análisis realizados por la CHE han puesto de manifiesto que además del eje de la demarcación también están contaminados hasta diez afluentes, entre ellos algunos tan importantes como el Aragón, el Gállego o el Segre.
Además, en 2005 se vio que el molusco también había llegado a la cuenca del Júcar. Sin embargo, y a diferencia de lo sucedido con el Ebro, en esa zona la plaga apenas se ha expandido: a día de hoy, sólo se conoce que está presente en el río Mijares y en el embalse de Forata.
Por último, el pasado mes de enero la Confederación Hidrográfica del Segura encontró larvas de mejillón tanto en la zona de cabecera del río -adonde llegan los caudales trasvasados desde el Tajo- como en la parte media y baja del río Segura -a la altura de Murcia y de la Vega Baja alicantina-. Aunque todavía no ha habido confirmación oficial, muchos expertos dan por seguro que el bivalvo llegó a través del trasvase desde el Tajo, por lo que esa cuenca también estaría infestada.
Hasta ahora se sabía que el molusco estaba presente en gran parte de la cuenca del Ebro, en la del Júcar y en la del Segura -además, existe la sospecha de que a esta última ha llegado desde el Tajo-. Sin embargo, los análisis larvarios que la CHN ha realizado en 35 puntos de su territorio han detectado crías de mejillón en el pantano de Lareo, una presa que abastece al municipio guipuzcoano de Ataun y que se encuentra en la subcuenca del río Agauntza, un afluente del Oria.
Según informó la Confederación del Norte en un comunicado, el muestreo se realizó durante la segunda quincena de julio y fue confirmado con un nuevo análisis que también dio resultado positivo. Aunque el organismo de cuenca destacó que la cantidad de larvas encontradas -dos por cada 50 litros de agua- hace "difícil" que pueda haber una colonia estable de mejillones adultos, la sucesión de malas noticias de los últimos meses permite dar por seguro que antes o después se encontrarán otros puntos con presencia de la plaga.
Restricciones inmediatas
Nada más conocer la noticia, los responsables de la CHN se pusieron en contacto con el Gobierno Vasco para pedirle que prohíba en la zona del hallazgo la realización de actividades que puedan ayudar a propagar la plaga. Un día después, la Diputación de Guipuzcoa prohibió la pesca, el baño y el uso de embarcaciones en todos los ríos y embalses de la provincia.
Además, la Consejería de Medio Ambiente ha acotado el embalse de Lareo y ha prohibido el acceso de bañistas y excursionistas. Además de abastecer al municipio de Ataun, el pantano sirve como apoyo para épocas de sequía al sistema de Arriarán, dentro del Consorcio de Aguas de Guipuzcoa.
La plaga de mejillón cebra fue descubierta en el verano de 2001 en el Bajo Ebro catalán. Durante cinco años, se fue comprobando cómo este dañino molusco iba remontando el río hasta llegar a la cola del embalse de Mequinenza, pero en agosto de 2006 se pensaba que no había pasado de ahí. Nada más lejos de la realidad, ya que en el último año las Administraciones implicadas han tenido que hacer frente a una larga lista de descubrimientos que les ha hecho toparse de bruces con el panorama actual: esta especie invasora deja cortas las previsiones más pesimistas sobre su avance y los poderes públicos están desbordados.
En septiembre de 2006 se supo que el bivalvo había logrado saltar hasta la cabecera de la cuenca del Ebro, por lo que todo el río está infestado de sus larvas. Desde ese momento, los sucesivos análisis realizados por la CHE han puesto de manifiesto que además del eje de la demarcación también están contaminados hasta diez afluentes, entre ellos algunos tan importantes como el Aragón, el Gállego o el Segre.
Además, en 2005 se vio que el molusco también había llegado a la cuenca del Júcar. Sin embargo, y a diferencia de lo sucedido con el Ebro, en esa zona la plaga apenas se ha expandido: a día de hoy, sólo se conoce que está presente en el río Mijares y en el embalse de Forata.
Por último, el pasado mes de enero la Confederación Hidrográfica del Segura encontró larvas de mejillón tanto en la zona de cabecera del río -adonde llegan los caudales trasvasados desde el Tajo- como en la parte media y baja del río Segura -a la altura de Murcia y de la Vega Baja alicantina-. Aunque todavía no ha habido confirmación oficial, muchos expertos dan por seguro que el bivalvo llegó a través del trasvase desde el Tajo, por lo que esa cuenca también estaría infestada.