'El mejillón cebra no es un tema zanjado, seguimos vigilantes'
Lun, 20/08/2007
A pesar de que los contraanálisis dieron negativo, la detección hace diez días de larvas de mejillón cebra en el embalse de Lareo (Ataun) ha despertado la alerta sobre las consecuencias de un hipotético asentamiento de este molusco en el territorio. Su caso, por el momento, ha pasado de largo, pero amenaza con instalarse de manera definitiva entre la lista de especies invasoras de la cornisa cantábrica. Una clasificación que aumenta día a día y pone en peligro la evolución de diversos animales autóctonos. Cangrejo rojo, cangrejo señal, trucha arcoiris, peces de colores (carpines), perca americana, perca sol, coipú, rata almizclera, visón americano, tortuga de Florida... Muchos son los visitantes no invitados que han decidido hacerse con una parcela propia en terreno guipuzcoano. 'Son especies que invaden los hábitats. No es que tengan una presencia, como ocurre con otras, sino que ocupan esos hábitats', asegura Iñigo Mendiola, responsable de la unidad de Fauna Silvestre del Departamento para el Desarrollo del Medio Rural de la Diputación. Según explica, su principal peligro reside en que 'desplazan a otras especies y varían el funcionamiento del ecosistema'. Cita, a modo de ejemplo, el caso de los cangrejos rojo y señal, presentes en varios ríos y que 'han causado la extinción en gran parte del cangrejo autóctono'. Además, agrega, algunas variedades como el coipú afectan también a la vegetación y a la recuperación de la misma en zonas de marismas, caso de la bahía del Txingudi, y pueden ocasionar daños a la agricultura. convivencia En el caso del mejillón cebra, precisa, su invasión sería la más nociva para las infraestructuras de abastecimiento y los embalses. De producirse, no obstante, quizás no habría otra opción que la de convivir con ella. 'Es que no queda más remedio. Hay muchas especies que no se pueden erradicar. Si entra el mejillón cebra, seguramente habrá que aprender a vivir con él'. Subraya, a este respecto, que aunque 'hay soluciones puntuales en determinados casos', lo normal es que, una vez que una especie de éstas ha entrado, se tenga que convivir con ella. Según afirma, el resultado negativo del contraanálisis no ha hecho que la Diputación dé por zanjado el tema. 'De eso nada. Al revés. Estábamos vigilantes con el tema, pero ahora lo estamos más', dice. Insiste, además, en que en el tema de las especies invasoras no puede haber lugar para el descuido. 'Hay que estar alerta y no descuidarse. Intentar que la situación sea lo más controlada posible y evitar en lo posible que sigan entrando y viniendo especies invasoras'. Recuerda, en ese sentido, que algunas especies acceden al ecosistema porque allí las depositan algunas personas, algo que debe evitarse por completo. 'No se puede soltar ninguna especie porque, al final, lo que generan son problemas', concluye.