140 millones de personas en el mundo consumen agua con altos niveles de arsénico
Jue, 30/08/2007
Cerca de 140 millones de personas, principalmente de los países en vías de desarrollo, están siendo envenenadas lentamente con arsénico diluido en el agua que beben. Así lo manifestó el grupo de científicos que participa en la conferencia anual de la Sociedad Geográfica Real (RGS - siglas en inglés), en Gran Bretaña.
En el sur y el este de Asia se registran más de la mitad de los envenenamientos conocidos en el mundo. El consumo de arsénico aumenta las probabilidades de sufrir determinados tipos de cáncer, incluidos los tumores pulmonares, en la vejiga y la piel, además de problemas respiratorios. Algunos de estos efectos aparecen mucho tiempo después de la primera exposición a la sustancia química.
Los primeros indicios de que el agua contaminada con arsénico podía representar un peligro para la salud se tuvieron en la década de 1980, con la documentación de comunidades envenenadas en Bangladesh y el estado indio de Bengala Oeste.
Para evitar la ingestión de aguas superficiales, que muchas veces están contaminadas con bacterias que provocan diarrea y otras enfermedades, algunas agencias de asistencia humanitaria han promovido que se caven pozos, sin sospechar que el agua de pozo puede fluir con altos niveles de arsénico.
En el sur y el este de Asia se registran más de la mitad de los envenenamientos conocidos en el mundo. El consumo de arsénico aumenta las probabilidades de sufrir determinados tipos de cáncer, incluidos los tumores pulmonares, en la vejiga y la piel, además de problemas respiratorios. Algunos de estos efectos aparecen mucho tiempo después de la primera exposición a la sustancia química.
Los primeros indicios de que el agua contaminada con arsénico podía representar un peligro para la salud se tuvieron en la década de 1980, con la documentación de comunidades envenenadas en Bangladesh y el estado indio de Bengala Oeste.
Para evitar la ingestión de aguas superficiales, que muchas veces están contaminadas con bacterias que provocan diarrea y otras enfermedades, algunas agencias de asistencia humanitaria han promovido que se caven pozos, sin sospechar que el agua de pozo puede fluir con altos niveles de arsénico.