Objetivo: el mejillón cebra. La Confederación Hidrográfica analiza siete ríos y embalses de la región en busca del temido molusco
Lun, 22/10/2007
La Confederación Hidrográfica está llevando a cabo una intensa campaña en busca del mejillón cebra. En total se realizarán sondeos en 61 puntos repartidos por el territorio de la cuenca para intentar averiguar si el molusco ha colonizado la zona.
El peligroso bivalvo se detectó por primera vez en España en el 2001, en el embalse de Riba-Roja en el Ebro, y desde entonces ha tenido una progresión extraordinaria. Hasta la fecha está confirmada su presencia en zonas del delta del Ebro, el embalse de Mequinenza, el meandro Ranillas (Zaragoza), el embalse de Sobrón (Burgos), el salto hidroeléctrico de Puentelarrá (Álava) y, marginalmente, en diversos puntos de La Rioja, Navarra y Castellón. Los expertos temen que, por su rápida progresión, pueda infectar las aguas de buena parte del país y por ello la Confederación Hidrográfica del Norte está analizando sus cauces. En Asturias la Confederación ha analizado siete puntos diferentes, el río Sella a su paso por Arriondas, los embalses de Rioseco, Trasona, La Barca, Arbón y Salime, así como el río Eo en la zona de Pontenova. A la espera de los resultados, la campaña prosigue ahora con los análisis de los ríos vascos.
El mejillón cebra es un molusco bivalvo de agua dulce no comestible, resistente también en aguas salobres, que se caracteriza por su rápida propagación y su gran facilidad para reproducirse. Natural de los mares Negro y Caspio, la navegación fluvial y el transporte marítimo de mercancías ha posibilitado su expansión a numerosas zonas acuáticas de América del Norte y Europa, provocando graves efectos ecológicos y económicos. El agua de los estuarios del mar Negro llenaba las bodegas de los barcos soviéticos que iban a cargar trigo a los grandes lagos de América del Norte y así se trasladó la especie de un continente a otro. A España llegó adherido a los barcos recreativos procedentes del centro del continente. Ahora los expertos aseguran que el avance del mejillón cebra es imparable no sólo en la cuenca del Ebro, que será colonizada por completo en un par de años, sino en toda España, y estiman que en apenas cinco o seis podría tener buena parte de sus ríos infestados por esta plaga.
Los últimos sondeos, realizados en fechas muy recientes, les han dado la razón: el mejillón cebra está presente en casi todos los tramos analizados del río Ebro y, además, en buena parte de sus afluentes. El mejillón cebra ha pasado de largo, por el momento, de los ríos y embalses asturianos. Los sondeos que realiza ahora la Confederación Hidrográfica determinarán si los cauces de la cuenta continúan libres.
El peligroso bivalvo se detectó por primera vez en España en el 2001, en el embalse de Riba-Roja en el Ebro, y desde entonces ha tenido una progresión extraordinaria. Hasta la fecha está confirmada su presencia en zonas del delta del Ebro, el embalse de Mequinenza, el meandro Ranillas (Zaragoza), el embalse de Sobrón (Burgos), el salto hidroeléctrico de Puentelarrá (Álava) y, marginalmente, en diversos puntos de La Rioja, Navarra y Castellón. Los expertos temen que, por su rápida progresión, pueda infectar las aguas de buena parte del país y por ello la Confederación Hidrográfica del Norte está analizando sus cauces. En Asturias la Confederación ha analizado siete puntos diferentes, el río Sella a su paso por Arriondas, los embalses de Rioseco, Trasona, La Barca, Arbón y Salime, así como el río Eo en la zona de Pontenova. A la espera de los resultados, la campaña prosigue ahora con los análisis de los ríos vascos.
El mejillón cebra es un molusco bivalvo de agua dulce no comestible, resistente también en aguas salobres, que se caracteriza por su rápida propagación y su gran facilidad para reproducirse. Natural de los mares Negro y Caspio, la navegación fluvial y el transporte marítimo de mercancías ha posibilitado su expansión a numerosas zonas acuáticas de América del Norte y Europa, provocando graves efectos ecológicos y económicos. El agua de los estuarios del mar Negro llenaba las bodegas de los barcos soviéticos que iban a cargar trigo a los grandes lagos de América del Norte y así se trasladó la especie de un continente a otro. A España llegó adherido a los barcos recreativos procedentes del centro del continente. Ahora los expertos aseguran que el avance del mejillón cebra es imparable no sólo en la cuenca del Ebro, que será colonizada por completo en un par de años, sino en toda España, y estiman que en apenas cinco o seis podría tener buena parte de sus ríos infestados por esta plaga.
Los últimos sondeos, realizados en fechas muy recientes, les han dado la razón: el mejillón cebra está presente en casi todos los tramos analizados del río Ebro y, además, en buena parte de sus afluentes. El mejillón cebra ha pasado de largo, por el momento, de los ríos y embalses asturianos. Los sondeos que realiza ahora la Confederación Hidrográfica determinarán si los cauces de la cuenta continúan libres.