«Agricultores y ganaderos sí existimos». A cinco semanas de las elecciones generales y autonómicas la organización agraria Asaja-Andalucía repartió estopa a los grupos políticos por su «llamativo y negativo poco interés» por los asuntos que mantienen en vilo al campo andaluz. El presidente de esta organización, Ricardo Serra, exigió a la clase política «que se tome más en serio» un sector que «gestiona el 80% del territorio». Serra puntuó con un «suspenso de media» a todos los grupos pero resaltó la especial responsabilidad «del que gobierna» ante cuestiones sin resolver como el déficit de agua o políticas medioambientales «punitivas», que amenazan la actividad agraria y ganadera. Asaja-Andalucía, que celebró ayer en el Club Antares de Sevilla su asamblea anual, ha remitido a los grupos políticos que concurren a las autonómicas un documento con 15 medidas para dar un nuevo impulso a la actividad agraria y al medio rural. Asimismo, la organización agraria ha pedido entrevistas con los principales líderes políticos. Junto a los secretarios provinciales de Asaja-Andalucía, Serra denunció que uno de los errores de esta legislatura ha sido «no afrontar el problema del agua» y exigió «soluciones de verdad a medio y corto plazo» ante el déficit hídrico en la Cuenca del Guadalquivir y Almería. En el cuarto año de sequía, los agricultores advirtieron ayer que están en «situación límite». «El agua es a la agricultura lo que la energía a la industria», y las soluciones para Asaja pasan por recuperar el Plan Hidrológico Nacional, aumentar la capacidad de embalse, trasvases y modernización de los regadíos. Asaja-Andalucía también reclama medidas para hacer frente a la «mayor crisis ganadera de la historia». Serra advirtió que «en dos años la ganadería desaparecerá» en muchas zonas de continuar la actual situación. La escalada alcista de los precios en destino es otro de los «caballos de batalla» del sector. En este sentido, la organización agraria volvió a reclamar ayer medidas que limiten «los márgenes comerciales abusivos» que aplican las grandes superficies. Asimismo, junto a una nueva fiscalidad, Asaja-Andalucía pidió un cambio en la legislación laboral ante la «cantidad ingente de inmigrantes» en los pueblos, procedentes sobre todo de Rumanía, que no pueden trabajar al carecer de permisos pese a que falta mano de obra en el campo. Otras de las demandas a los partidos son una simplificación de la Política Agraria Común; el desacoplamiento total de las ayudas: más investigación agraria con una apuesta por desarrollo de los transgénicos y un marco adecuado para el desarrollo de las energías limpias a costes razonables. La organización agraria también urgió medidas de seguridad por la proliferación de robos en las explotaciones.