La durísima sequía amenaza otra vez con disparar los precios del aceite
Mar, 25/03/2008
La sequía amenaza con rebajar de forma considerable las cifras de la próxima cosecha y, como consecuencia de ello, el sistema reacciona con una subida de precios que propicia una fuga de consumidores hacia aceites más asequibles para el bolsillo. Esas son las expectativas del sector oleícola a medio plazo si, desde ya, no empieza caer todo lo que debería haber caído a estas alturas del año: exactamente 304,8 litros por metro cuadrado, o lo que es lo mismo la media de precipitaciones de los últimos quince años. Estamos en 192,4 litros (incluidos los 12,3 litros computados en Semana Santa), un 58,4 por ciento menos.
Comparemos la fotografía de hace tres años con la de la actualidad. Hace tres años se contabilizaban 125,20 litros; ahora, 192,4. Teóricamente estaríamos mejor. Hace tres años los pantanos se encontraban al 62,04 por ciento de su capacidad; ahora, al 21,13 por ciento. Estamos mucho peor. Éste es el quid de la cuestión. Sí, tenemos 67,2 litros más, pero venimos del quinto y el sexto ejercicio hidrológico con menos agua de los últimos quince. Mientras que en 2005 veníamos del quinto y el sexto más lluviosos. O sea, la posición de partida actual es muy baja (un 58 por ciento por debajo del promedio histórico), con el agravante de que arrastramos un déficit que ha dejado los campos completamente exhaustos.
Estado crítico
Como consecuencia de ello, el estado de los embalses es crítico. Con las existencias que hay en estos instantes el abastecimiento humano está garantizado para este verano. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha realizado obras de emergencia que aseguran el suministro a los municipios y, además, los acuíferos subterráneos presentan buen caudal. Las perspectivas de riego son, sin embargo, bastante malas. Y eso sí que es un problema para el monocultivo, que necesita una aportación extra en verano para mantener su potencial productivo. Las infraestructuras de regulación general, de donde se extraen los recursos para la agricultura, están mucho peor, por ejemplo, que hace un año.
A fecha de 23 de marzo se hallaban al 26,09 por ciento, cuando el 18 de marzo de 2007 estaban al 31,89 por ciento. Ya entonces se encendieron todas las alarmas, y la CHG tomó la decisión de reducir drásticamente el desembalse para los olivos a 200 hectómetros cúbicos a cambio, eso sí, de una indemnización de 90 euros por hectárea como compensación a los cosecheros que sí disponían de derechos de aprovechamiento estivales (Jaén sólo los tiene invernales). Sirva como referencia que en 2005 se evacuaron 30 hectómetros cúbicos, un 33 por ciento más.
¿Qué pasará en 2008? Los antecedentes nos sitúan ante un escenario más que preocupante. La Comisión de Desembalses de la CHG no tomará ninguna decisión hasta bien entrada la primavera. Confían en que las cosas puedan cambiar algo antes de que llegue el calor. Conviene recordar que marzo es el cuarto mes más lluvioso en Jaén (51,7 litros), abril el quinto (43,9 litros) y mayo el sexto (40 litros). Por ahora lo único que se puede aventurar es que si hay algo para los cultivos permanentes, el olivar de Jaén también 'pillará' algo. Poca cosa, en cualquier caso.
Conviene hacer memoria, por tanto, de todo lo que ocurrió en 2005 porque es bastante probable que en 2008 suceda lo mismo. En marzo ya empezaron a circular las primeras informaciones que auguraban una campaña 2006-2007 bastante baja. La escasez de agua y las duras heladas acaecidas durante el primer trimestre de 2005, con temperaturas inferiores a los 25 grados negativos en algunos municipios de la serranía jienense, activaron las alertas. El bulo fue creciendo conforme transcurrían las semanas y finalmente tomó cuerpo de noticia. En diciembre comienza el vareo y se confirma que habrá menos aceite. ¿Riesgo de desabastecimiento en los mercados? Los oleicultores cobran el género en las almazaras a más de 4 euros el kilo (ahora mismo estamos en 2,57) y los envasadores responden tarifando el producto por encima de los 5 euros. El jugo de oliva se convierte en la referencia de la cesta de la compra que más se encarece en tasa interanual, nada más y nada menos que un 44 por ciento. Consecuencia, uno de cada tres usuarios habituales dan la espalda al 'oro verde' y buscan otras grasas vegetales más baratitas. Las ventas de girasol se disparan. Productores y comercializadores se cruzan acusaciones de especulación y la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, debe intervenir para pedir prudencia. Hay mucho en juego. Está en juego la gallina de los huevos de oro, la niña bonita de la industria agroalimentaria española.
Calma chicha
A día de hoy, no se registran todavía grandes tensiones. Anierac, la patronal de los envasadores, guarda un silencio prudente a la espera de acontecimientos. No quieren hacer vaticinios que puedan desestabilizar los mercados. El virgen extra se cotiza en origen a 2,63 euros el kilo; el virgen, a 2,55; los lampantes, a 2,51; y los de calidad inferior, a 2,05. Todo normal. Pero algo se mueve ahí abajo. El Mercado de Futuros del Aceite de Oliva está registrando contratos con fecha de vencimiento de marzo de 2009 a 2,67 euros, un 5 por ciento más que en mayo de 2008 (2,54).
Comparemos la fotografía de hace tres años con la de la actualidad. Hace tres años se contabilizaban 125,20 litros; ahora, 192,4. Teóricamente estaríamos mejor. Hace tres años los pantanos se encontraban al 62,04 por ciento de su capacidad; ahora, al 21,13 por ciento. Estamos mucho peor. Éste es el quid de la cuestión. Sí, tenemos 67,2 litros más, pero venimos del quinto y el sexto ejercicio hidrológico con menos agua de los últimos quince. Mientras que en 2005 veníamos del quinto y el sexto más lluviosos. O sea, la posición de partida actual es muy baja (un 58 por ciento por debajo del promedio histórico), con el agravante de que arrastramos un déficit que ha dejado los campos completamente exhaustos.
Estado crítico
Como consecuencia de ello, el estado de los embalses es crítico. Con las existencias que hay en estos instantes el abastecimiento humano está garantizado para este verano. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha realizado obras de emergencia que aseguran el suministro a los municipios y, además, los acuíferos subterráneos presentan buen caudal. Las perspectivas de riego son, sin embargo, bastante malas. Y eso sí que es un problema para el monocultivo, que necesita una aportación extra en verano para mantener su potencial productivo. Las infraestructuras de regulación general, de donde se extraen los recursos para la agricultura, están mucho peor, por ejemplo, que hace un año.
A fecha de 23 de marzo se hallaban al 26,09 por ciento, cuando el 18 de marzo de 2007 estaban al 31,89 por ciento. Ya entonces se encendieron todas las alarmas, y la CHG tomó la decisión de reducir drásticamente el desembalse para los olivos a 200 hectómetros cúbicos a cambio, eso sí, de una indemnización de 90 euros por hectárea como compensación a los cosecheros que sí disponían de derechos de aprovechamiento estivales (Jaén sólo los tiene invernales). Sirva como referencia que en 2005 se evacuaron 30 hectómetros cúbicos, un 33 por ciento más.
¿Qué pasará en 2008? Los antecedentes nos sitúan ante un escenario más que preocupante. La Comisión de Desembalses de la CHG no tomará ninguna decisión hasta bien entrada la primavera. Confían en que las cosas puedan cambiar algo antes de que llegue el calor. Conviene recordar que marzo es el cuarto mes más lluvioso en Jaén (51,7 litros), abril el quinto (43,9 litros) y mayo el sexto (40 litros). Por ahora lo único que se puede aventurar es que si hay algo para los cultivos permanentes, el olivar de Jaén también 'pillará' algo. Poca cosa, en cualquier caso.
Conviene hacer memoria, por tanto, de todo lo que ocurrió en 2005 porque es bastante probable que en 2008 suceda lo mismo. En marzo ya empezaron a circular las primeras informaciones que auguraban una campaña 2006-2007 bastante baja. La escasez de agua y las duras heladas acaecidas durante el primer trimestre de 2005, con temperaturas inferiores a los 25 grados negativos en algunos municipios de la serranía jienense, activaron las alertas. El bulo fue creciendo conforme transcurrían las semanas y finalmente tomó cuerpo de noticia. En diciembre comienza el vareo y se confirma que habrá menos aceite. ¿Riesgo de desabastecimiento en los mercados? Los oleicultores cobran el género en las almazaras a más de 4 euros el kilo (ahora mismo estamos en 2,57) y los envasadores responden tarifando el producto por encima de los 5 euros. El jugo de oliva se convierte en la referencia de la cesta de la compra que más se encarece en tasa interanual, nada más y nada menos que un 44 por ciento. Consecuencia, uno de cada tres usuarios habituales dan la espalda al 'oro verde' y buscan otras grasas vegetales más baratitas. Las ventas de girasol se disparan. Productores y comercializadores se cruzan acusaciones de especulación y la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, debe intervenir para pedir prudencia. Hay mucho en juego. Está en juego la gallina de los huevos de oro, la niña bonita de la industria agroalimentaria española.
Calma chicha
A día de hoy, no se registran todavía grandes tensiones. Anierac, la patronal de los envasadores, guarda un silencio prudente a la espera de acontecimientos. No quieren hacer vaticinios que puedan desestabilizar los mercados. El virgen extra se cotiza en origen a 2,63 euros el kilo; el virgen, a 2,55; los lampantes, a 2,51; y los de calidad inferior, a 2,05. Todo normal. Pero algo se mueve ahí abajo. El Mercado de Futuros del Aceite de Oliva está registrando contratos con fecha de vencimiento de marzo de 2009 a 2,67 euros, un 5 por ciento más que en mayo de 2008 (2,54).