Dieciocho premios Nobel piden que el agua sea Patrimonio de la Humanidad

Mar, 03/06/2008

ABC

La escasez de recursos hídricos ha pasado de ser una cuestión capital dentro de la política valenciana y española a situarse como tema central del manifiesto de este año de los jurados de los Premios Rey Jaime I. Un total de 18 premios Nobel, integrantes del jurado de los galardones valencianos, rubricaron ayer un documento en el que se solicita que el agua dulce sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Los prestigiosos científicos se han involucrado en esta edición de los premios Jaime I, la vigésima, que hoy se entregan, en un debate intenso a escala nacional, el de la gestión de los recursos hídricos, y en un escenario simbólico como es la Comunidad, deficitaria de este bien y defensora de la solidaridad interterritorial en la materia. El manifiesto, leído por el astronauta Miguel López-Alegría, asegura que el agua dulce es un recurso «crecientemente escaso y mal distribuido, sometido a la presión del crecimiento demográfico y que condiciona el futuro de la humanidad». En relación con esta cuestión, el Premio Nobel de Química de 1995, el mexicano Mario Molina, consideró que, a causa del cambio climático, se están produciendo desajustes que están incrementando la escasez de agua. Entre ellos, destacó que hoy se están derritiendo «prácticamente todos los glaciares del planeta» y que las distorsiones que se están experimentando en los ciclos hidrológicos están causando episodios de fuertes trombas de agua combinados con extensos periodos de sequía. El físico atmosférico remarcó que estos acontecimientos se han combinado con los problemas de millones de humanos por acceder al agua potable. Por esta razón, defendió la puesta en marcha de todas las medidas posibles para paliar la escasez hídrica. Política de trasvases En este sentido, inquirido sobre la conveniencia de utilizar los trasvases para remediar este problema, Molina aseveró que estas infraestructuras son una opción válida —«Creo que sí», respondió—, aunque no se pronunció sobre su necesidad a escalas «locales», ya que no está «familiarizado» con todos los casos de necesidad de agua. El presidente de los Premios Jaime I, Santiago Grisolía, aseguró que una medida necesaria para concienciar a la población de la carestía hídrica sería el incremento de las tarifas del agua; una recomendación que el Nobel mexicano respaldó al asegurar que los «subsidios» a este bien propician el derroche. Mario Molina reclamó un acuerdo entre todas las naciones para lograr un acuerdo contra el cambio climático que supere el Compromiso de Kioto, ya que, según insistió, es «necesario» que la temperatura del planeta no suba más de 2 grados celsius para que no se den problemas de «disponibilidad».