La crisis en Barcelona no se debió a la sequía sino a una mala gestión, según un responsable de Agua de la ONU
Vie, 06/06/2008
La situación vivida recientemente en Barcelona, cuando la Generalitat de Cataluña temió un posible desabastecimiento de agua a 5 millones de personas a partir de otoño, no se debió a la sequía sino a una mala gestión, según explicó hoy a Europa Press el Coordinador de la Oficina de Naciones Unidas para el apoyo de la Década Internacional de Acción 'Agua para la Vida', Carlos Fernández Jáuregui.
"No es problema de sequía, es de que seguramente faltan infraestructuras que no se hicieron oportunamente y ahora que hay menor cantidad de agua hay mayor necesidad. El concepto de sequía no es luchar contra la sequía si no convivir con ella, lo que no se puede pretender en una zona seca es producir arroz, porque el arroz viene de zonas húmedas. Tenemos que seguir y observar el comportamiento natural de la naturaleza y no forzar en base a caprichos", aseguró tras participar en el III Foro Agua para el Desarrollo, organizado por la Fundación Canal.
Además, este experto aseguró, en relación a los trasvases entre cuencas, que no existe agua que sobre ellas. A su juicio, cada cuenca tiene el agua que tiene y una habilidad, denominada 'portante', para una actividad. "Si a una cuenca pequeña le pones una ciudad tan grande como la ciudad de México, estás obligado a traerla (el agua) de fuera porque la capacidad de esa cuenca ha sido superada. Esa cuenca no es sustentable. Además, la directiva marco europea dice que la gestión de los recursos hídricos tiene que hacerse siempre dentro de la cuenca", aseguró.
UNIDAD DE CUENCA EN LA GESTIÓN
En todo caso, apostó por una gestión de los recursos hídricos basada en la unidad de cuenca. En este sentido, subrayó que la división política es una división arbitraria y, por lo tanto no obedece a ninguna norma o ley vinculada con la geomorfología de la Tierra.
Igualmente, Fernández Jáurequi insistió en que el agua no es fuente de conflicto, aunque los medios de comunicación se empeñen en resaltar las disputadas hídricas en lugar de subrayar los acuerdos de cooperación internacional basado en la gestión compartida de este recurso.
"Sólo ha habido un conflicto del agua en el mundo, en Mesopotamia hace XIX siglos --aseguró--. No existe en el mundo ninguna guerra del agua. En algunos países, el problema del agua lo han convertido en un problema político, partidista. Entonces la guerra no es del agua, es de partidos políticos. El agua no tiene ningún problema, el problema es de los que lo gestionan. No existen conflictos con el agua, es una fuente de cooperación antes que de conflicto".
Así, insistió en que no es "aceptable" que el agua se politice y defendió la superación del concepto de ríos que dividían ciudades y territorios para hablar de cuencas que unen regiones. "Se deben compartir los recursos hídricos dentro de la cuenca. El II Informe Mundial de la ONU sobre evaluación de recursos hídricos se llama 'El agua: una responsabilidad compartida' porque no es un bien privado, sino que es un bien de dominio público, y por tanto, es compartido por todos".
"No es problema de sequía, es de que seguramente faltan infraestructuras que no se hicieron oportunamente y ahora que hay menor cantidad de agua hay mayor necesidad. El concepto de sequía no es luchar contra la sequía si no convivir con ella, lo que no se puede pretender en una zona seca es producir arroz, porque el arroz viene de zonas húmedas. Tenemos que seguir y observar el comportamiento natural de la naturaleza y no forzar en base a caprichos", aseguró tras participar en el III Foro Agua para el Desarrollo, organizado por la Fundación Canal.
Además, este experto aseguró, en relación a los trasvases entre cuencas, que no existe agua que sobre ellas. A su juicio, cada cuenca tiene el agua que tiene y una habilidad, denominada 'portante', para una actividad. "Si a una cuenca pequeña le pones una ciudad tan grande como la ciudad de México, estás obligado a traerla (el agua) de fuera porque la capacidad de esa cuenca ha sido superada. Esa cuenca no es sustentable. Además, la directiva marco europea dice que la gestión de los recursos hídricos tiene que hacerse siempre dentro de la cuenca", aseguró.
UNIDAD DE CUENCA EN LA GESTIÓN
En todo caso, apostó por una gestión de los recursos hídricos basada en la unidad de cuenca. En este sentido, subrayó que la división política es una división arbitraria y, por lo tanto no obedece a ninguna norma o ley vinculada con la geomorfología de la Tierra.
Igualmente, Fernández Jáurequi insistió en que el agua no es fuente de conflicto, aunque los medios de comunicación se empeñen en resaltar las disputadas hídricas en lugar de subrayar los acuerdos de cooperación internacional basado en la gestión compartida de este recurso.
"Sólo ha habido un conflicto del agua en el mundo, en Mesopotamia hace XIX siglos --aseguró--. No existe en el mundo ninguna guerra del agua. En algunos países, el problema del agua lo han convertido en un problema político, partidista. Entonces la guerra no es del agua, es de partidos políticos. El agua no tiene ningún problema, el problema es de los que lo gestionan. No existen conflictos con el agua, es una fuente de cooperación antes que de conflicto".
Así, insistió en que no es "aceptable" que el agua se politice y defendió la superación del concepto de ríos que dividían ciudades y territorios para hablar de cuencas que unen regiones. "Se deben compartir los recursos hídricos dentro de la cuenca. El II Informe Mundial de la ONU sobre evaluación de recursos hídricos se llama 'El agua: una responsabilidad compartida' porque no es un bien privado, sino que es un bien de dominio público, y por tanto, es compartido por todos".