La Consejería de Cultura participa con una muestra de piezas arqueológicas relacionadas con el agua
Vie, 13/06/2008
Los Museos de Albacete, Cuenca y el de Santa Cruz, en Toledo, han aportado piezas para la exposición universal EXPO-Zaragoza 2008, que están fechadas entre los siglos XIV a.C. y el siglo XVI d.C.
La muestra también incluye una reproducción del aljibe de Valfermoso de Tajuña (Guadalajara), un reconocimiento a la figura del azacán toledano, así como a la Motilla del Azuer (Ciudad Real), uno de los mejores exponentes del poblamiento de la Edad de Bronce vinculado al control del agua, y donde se encuentra el pozo más antiguo que se conoce en la Península Ibérica, informó la Junta en un comunicado.
La Consejería de Cultura participará en la Exposición Universal de Zaragoza, con la muestra 'Castilla-La Mancha: El agua a través del ingenio', donde se exhibirán diversas piezas arqueológicas que están relacionadas con el agua, elemento al que está dedicada la Expo.
Compuesta por ocho piezas, éstas se podrán ver a partir del próximo sábado en el Pabellón de Castilla-La Mancha, y su exhibición se prolongará hasta el 14 de septiembre, fecha en que se clausura la Exposición Universal, que este año lleva por título 'Agua y desarrollo sostenible'.
Dividida en cinco apartados, la exposición refleja aspectos como la extracción, el transporte y almacenaje del agua, así como el asentamiento y la producción vinculados a este preciado líquido. El Pabellón de Castilla-La Mancha se encuentra en el recinto dedicado a los ríos, donde compartirá espacio con la representación de la Unión Europea, la ONU y el resto de Comunidades Autónomas.
Además de las diferentes piezas arqueológicas, la exposición también está compuesta por distintos paneles en los que se invita al espectador a conocer y a reflexionar cómo ha sido a lo largo de la historia el desarrollo de las estructuras arquitectónicas vinculadas con el agua.
Las piezas que se exhibirán proceden de los museos de Albacete, Cuenca y de Santa Cruz, en Toledo, y éstas se mostrarán junto a cinco cántaros de titularidad privada procedentes de Alcázar de San Juan.
Por parte del Museo de Albacete, dos piezas se integran en la exposición. Una de ellas es un Jarrito pintado, elaborado en cerámica común. Éste data del siglo IX d.C., es de época Emiral y su hallazgo se produjo en el yacimiento del Tolmo de Minateda, en Hellín. La otra pieza es una botella de cerámica decorada con incisiones, de elaboración manual, que está datada cronológicamente entre los siglos XVI-XV a. C., en el Bronce Medio, y que fue localizada en el yacimiento de El Cuchillo, en Almansa.
PIEZAS PROCEDENTES DE CUENCA.
Respecto al Museo de Cuenca, la aportación que desde esta entidad se realiza a la Exposición Universal, consiste en cuatro piezas: una botella, una cantimplora y dos jarras.
La primera de ellas es una botella del siglo VII d.C., también denominada Olpe de cuerpo piriforme con un asa, y que fue localizada en la necrópolis de Olmedilla de Alarcón. En la muestra también se podrá observar una Cantimplora con dos asas verticales, que data entre los siglos V-VI d.C., y que fue hallada en la necrópolis conquense de Villaescusa de Haro. Así mismo, al igual que la anterior pieza, ambas están elaboradas en cerámica a torno.
También comparte esta misma técnica una de las dos jarras procedentes del Museo de Cuenca. Se trata de una jarra piriforme de boca trilobulada y asa de cinta con decoración pintada. Esta pieza fue localizada en la localidad de Alconchel de la Estrella, en la necrópolis celtibérica del Cerro de la Virgen de la Cuesta, siendo datada en el siglo IV a.C.
Realizada en plata cincelada, la otra jarra de la exposición es globular, de pie anular y con pico vertedor. Localizada en la antigua Segóbriga, la pieza está datada en el siglo I d.C.
BROCAL DE ALJIBE EN MÁRMOL TALLADO.
Por su parte, el Museo de Santa Cruz colabora en esta exposición con dos piezas de un mayor volumen que las anteriores. Una de ellas es un brocal de aljibe, que está elaborado en mármol tallado y presenta decoración cúfica, basada en la escritura árabe que tuvo su origen en la ciudad de Kufa, en Iraq, a partir del siglo VIII. En concreto, esta pieza data del siglo XI, y su hallazgo se produjo en la Mezquita Aljama de Toledo.
La segunda pieza procedente del Museo de Santa Cruz es una tinaja mudéjar elaborada en cerámica a torno y que presenta decoración tallada. Cronológicamente está datada en el siglo XVI y su procedencia es desconocida.
Acompañando a la exposición, en la muestra también se ha incluido la reproducción de diversos elementos patrimoniales de Castilla-La Mancha, relativos al empleo del agua.
En este sentido, destaca la recreación de los campos de norias, realizada a partir de la maqueta de la noria procedente del Museo Comarcal de Daimiel (Ciudad Real).
También es relevante el panel dedicado a la Motilla del Azuer, en esta misma provincia, y que constituye uno de los mejores exponentes del poblamiento de la Edad de Bronce en La Mancha, vinculado al control del agua y donde se encuentra el pozo más antiguo que se conoce en la Península Ibérica.
El Canal de Riegos de Hellín y la presa romana de Consuegra también están reflejados en esta exposición, así como el Aljibe de Valfermoso de Tajuña, del que se ha creado una reproducción que muestra uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura hidráulica de cronología medieval de la provincia de Guadalajara.
En la exposición también se rinde un homenaje a la figura del azacán toledano, que era la persona que subía en cántaros el agua desde la orilla del río Tajo hasta la parte alta de la ciudad, donde procedía a su venta; puesto que hasta el siglo XIX, Toledo no disponía de agua corriente en su centro histórico.
La muestra también incluye una reproducción del aljibe de Valfermoso de Tajuña (Guadalajara), un reconocimiento a la figura del azacán toledano, así como a la Motilla del Azuer (Ciudad Real), uno de los mejores exponentes del poblamiento de la Edad de Bronce vinculado al control del agua, y donde se encuentra el pozo más antiguo que se conoce en la Península Ibérica, informó la Junta en un comunicado.
La Consejería de Cultura participará en la Exposición Universal de Zaragoza, con la muestra 'Castilla-La Mancha: El agua a través del ingenio', donde se exhibirán diversas piezas arqueológicas que están relacionadas con el agua, elemento al que está dedicada la Expo.
Compuesta por ocho piezas, éstas se podrán ver a partir del próximo sábado en el Pabellón de Castilla-La Mancha, y su exhibición se prolongará hasta el 14 de septiembre, fecha en que se clausura la Exposición Universal, que este año lleva por título 'Agua y desarrollo sostenible'.
Dividida en cinco apartados, la exposición refleja aspectos como la extracción, el transporte y almacenaje del agua, así como el asentamiento y la producción vinculados a este preciado líquido. El Pabellón de Castilla-La Mancha se encuentra en el recinto dedicado a los ríos, donde compartirá espacio con la representación de la Unión Europea, la ONU y el resto de Comunidades Autónomas.
Además de las diferentes piezas arqueológicas, la exposición también está compuesta por distintos paneles en los que se invita al espectador a conocer y a reflexionar cómo ha sido a lo largo de la historia el desarrollo de las estructuras arquitectónicas vinculadas con el agua.
Las piezas que se exhibirán proceden de los museos de Albacete, Cuenca y de Santa Cruz, en Toledo, y éstas se mostrarán junto a cinco cántaros de titularidad privada procedentes de Alcázar de San Juan.
Por parte del Museo de Albacete, dos piezas se integran en la exposición. Una de ellas es un Jarrito pintado, elaborado en cerámica común. Éste data del siglo IX d.C., es de época Emiral y su hallazgo se produjo en el yacimiento del Tolmo de Minateda, en Hellín. La otra pieza es una botella de cerámica decorada con incisiones, de elaboración manual, que está datada cronológicamente entre los siglos XVI-XV a. C., en el Bronce Medio, y que fue localizada en el yacimiento de El Cuchillo, en Almansa.
PIEZAS PROCEDENTES DE CUENCA.
Respecto al Museo de Cuenca, la aportación que desde esta entidad se realiza a la Exposición Universal, consiste en cuatro piezas: una botella, una cantimplora y dos jarras.
La primera de ellas es una botella del siglo VII d.C., también denominada Olpe de cuerpo piriforme con un asa, y que fue localizada en la necrópolis de Olmedilla de Alarcón. En la muestra también se podrá observar una Cantimplora con dos asas verticales, que data entre los siglos V-VI d.C., y que fue hallada en la necrópolis conquense de Villaescusa de Haro. Así mismo, al igual que la anterior pieza, ambas están elaboradas en cerámica a torno.
También comparte esta misma técnica una de las dos jarras procedentes del Museo de Cuenca. Se trata de una jarra piriforme de boca trilobulada y asa de cinta con decoración pintada. Esta pieza fue localizada en la localidad de Alconchel de la Estrella, en la necrópolis celtibérica del Cerro de la Virgen de la Cuesta, siendo datada en el siglo IV a.C.
Realizada en plata cincelada, la otra jarra de la exposición es globular, de pie anular y con pico vertedor. Localizada en la antigua Segóbriga, la pieza está datada en el siglo I d.C.
BROCAL DE ALJIBE EN MÁRMOL TALLADO.
Por su parte, el Museo de Santa Cruz colabora en esta exposición con dos piezas de un mayor volumen que las anteriores. Una de ellas es un brocal de aljibe, que está elaborado en mármol tallado y presenta decoración cúfica, basada en la escritura árabe que tuvo su origen en la ciudad de Kufa, en Iraq, a partir del siglo VIII. En concreto, esta pieza data del siglo XI, y su hallazgo se produjo en la Mezquita Aljama de Toledo.
La segunda pieza procedente del Museo de Santa Cruz es una tinaja mudéjar elaborada en cerámica a torno y que presenta decoración tallada. Cronológicamente está datada en el siglo XVI y su procedencia es desconocida.
Acompañando a la exposición, en la muestra también se ha incluido la reproducción de diversos elementos patrimoniales de Castilla-La Mancha, relativos al empleo del agua.
En este sentido, destaca la recreación de los campos de norias, realizada a partir de la maqueta de la noria procedente del Museo Comarcal de Daimiel (Ciudad Real).
También es relevante el panel dedicado a la Motilla del Azuer, en esta misma provincia, y que constituye uno de los mejores exponentes del poblamiento de la Edad de Bronce en La Mancha, vinculado al control del agua y donde se encuentra el pozo más antiguo que se conoce en la Península Ibérica.
El Canal de Riegos de Hellín y la presa romana de Consuegra también están reflejados en esta exposición, así como el Aljibe de Valfermoso de Tajuña, del que se ha creado una reproducción que muestra uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura hidráulica de cronología medieval de la provincia de Guadalajara.
En la exposición también se rinde un homenaje a la figura del azacán toledano, que era la persona que subía en cántaros el agua desde la orilla del río Tajo hasta la parte alta de la ciudad, donde procedía a su venta; puesto que hasta el siglo XIX, Toledo no disponía de agua corriente en su centro histórico.