Adena ve en la sobreexplotación de acuíferos la principal amenaza de Doñana
Mié, 02/07/2008
La sobreexplotación de los acuíferos subterráneos con la apertura de pozos ilegales, y unido a ello la transformación de terrenos forestales para convertirlos en cultivos son, a juicio del grupo conservacionista Adena, las principales amenazas que penden sobre el espacio natural de Doñana. Para esta organización, la Junta, responsable de su gestión, carece de un compromiso firme para abordar la solución de los problemas que padece el Parque Nacional y su entorno. Los representantes de Adena eligieron ayer la capital onubense para presentar el estudio «Los problemas ambientales de la comarca de Doñana. Evaluación 2009: Riesgos y oportunidades», en el que se hace un pormenorizado repaso de todos los impactos negativos que afectan al territorio, un total de 35, de los que sólo han mejorado tres en los últimos años: la construcción de campos de golf, los vertidos de residuos de granjas y la circulación de vehículos a motor fuera de las carreteras. Según manifestó a ABC el portavoz de Adena, Juan José Carmona, el actual modelo de desarrollo en la zona no se orienta a la sostenibilidad ni a la conservación del medio. Adena cree imprescindible un plan de emergencia para el lince en Doñana o una evaluación conjunta de los planes urbanísticos de la comarca que ajuste los mismos a las necesidades de la población y no a intereses especulativos. En el citado estudio, Adena ha identificado una serie de proyectos que, en caso de llevarse a cabo, sostiene, amenazarían el futuro de los espacios naturales de Doñana. Cabe citar el dragado del Guadalquivir, el desdoble de la A-483 (Almonte-Matalascañas) y de la N-442 (Huelva-Mazagón), la presa de Alcolea o los parques eólicos en el frente litoral. Sin embargo, este grupo asegura también que se están dando pasos positivos. Como ejemplo menciona el proyecto Doñana 2005 de restauración de las marismas y la unión terrestre Cádiz-Huelva a través de la SE-40. Según Carmona, coordinador de la oficina de Doñana de Adena, «las conclusiones son claras. Es necesario actuar de forma contundente contra los abusos y las ilegalidades». Y concluye: «Para asegurar la conservación del capital natural de Doñana, es necesaria otra cultura de la sostenibilidad. Y ésta no pasa por dragados, oleoductos, autopistas, presas, vertidos o modelos urbanísticos insostenibles».