Aragón consumirá la energía que genere en 10 años Zaragoza utiliza 104 litros al día por persona, cuando la media española es de 175
Mar, 01/07/2008
Diez años es el tiempo que el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, marcó ayer como límite para que la comunidad autónoma incremente sus sistemas de producción de energía limpia, de manera que el consumo de los habitantes sea el mismo que se genere mediante fuerza hidráulica, parques eólicos, placas solares y sistema de biomasa.
No fue este el único reto al que, según el presidente autonómico, se enfrenta Aragón. Hay dos más. El primero, la depuración del 90% del agua que se utiliza para que vuelva limpia a los ríos y, en segundo lugar, la modernización del 90% de los regadíos de la comunidad.
Estos dos objetivos fueron lanzados ayer por Marcelino Iglesias en el transcurso de la presentación del proyecto Zaragoza ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos , organizado por la Fundación Ecología y Desarrollo. Ante la presencia de decenas de empresas, instituciones y ciudadanos que han suscrito su apoyo a esta campaña de fomento de las buenas prácticas, el máximo mandatario aragonés lanzó un mensaje cargado de optimismo acerca de los retos a los que se enfrentan los aragoneses. "Aragón está en condiciones de decir que, en diez años, será una de las regiones de Europa que tiene tanta energía como consume", dijo Iglesias. Pero para ello, añadió, hace falta que la población se involucre en el ahorro de agua y energía.
Sus compañeros de mesa de presentación avalaron esta tesis aportando datos, cada uno de su materia. Por ejemplo, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, subrayó un dato capaz de alentar a la persona más incrédula acerca de las consecuencias de adoptar pequeñas buenas prácticas: la media de agua facturada en la capital es de 104 litros al día por habitante, cuando la media española es de 175 litros.
"Esto significa que consumimos menos agua que cuando Zaragoza tenía 200.000 habitantes menos que ahora", explicó el alcalde. De ahí que agradeciese públicamente el esfuerzo realizado por los zaragozanos y, sobre todo, por los 139.940 ciudadanos que se han vinculado activamente con el programa Zaragoza, ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos
(que ha consistido en declararse por escrito seguidores de estas buenas prácticas). A ellos estaba dedicado el acto que ayer tuvo lugar en el Palacio de Congresos del recinto Expo.
ESPERANZA Entre los mensajes que se lanzó al auditorio destacaron los del director de la fundación Ecología y Desarrollo, Víctor Viñuales, quien reseñó la importancia de que todos y los ciudadanos se involucren en la medida de sus posibilidades y también de que se reduzcan los problemas planetarios (como el cambio climático) a la escala personal de cada uno, para no angustiarse y tener la mente despejada para plantearse qué es lo que el ciudadano puede hacer para mejorar el panorama en su entorno más próximo. "No podemos decir que actúe Estados Unidos, o la Unión Europea, o China que contamina mucho, o el ayuntamiento. No. Somos desigualmente responsables, pero todos somos corresponsables", ejemplificó Viñuales.
Una última aportación mereció atención especial. Fue la de Rafael Romeo, en representación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, quien se mostró más optimista que ninguno. "En el mundo hay recursos de agua para todos, el problema es que está mal gestionada. Y el programa persigue reducir a la mitad la población que no dispone de agua potable ni saneamiento básico". Ahí está el reto.
No fue este el único reto al que, según el presidente autonómico, se enfrenta Aragón. Hay dos más. El primero, la depuración del 90% del agua que se utiliza para que vuelva limpia a los ríos y, en segundo lugar, la modernización del 90% de los regadíos de la comunidad.
Estos dos objetivos fueron lanzados ayer por Marcelino Iglesias en el transcurso de la presentación del proyecto Zaragoza ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos , organizado por la Fundación Ecología y Desarrollo. Ante la presencia de decenas de empresas, instituciones y ciudadanos que han suscrito su apoyo a esta campaña de fomento de las buenas prácticas, el máximo mandatario aragonés lanzó un mensaje cargado de optimismo acerca de los retos a los que se enfrentan los aragoneses. "Aragón está en condiciones de decir que, en diez años, será una de las regiones de Europa que tiene tanta energía como consume", dijo Iglesias. Pero para ello, añadió, hace falta que la población se involucre en el ahorro de agua y energía.
Sus compañeros de mesa de presentación avalaron esta tesis aportando datos, cada uno de su materia. Por ejemplo, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, subrayó un dato capaz de alentar a la persona más incrédula acerca de las consecuencias de adoptar pequeñas buenas prácticas: la media de agua facturada en la capital es de 104 litros al día por habitante, cuando la media española es de 175 litros.
"Esto significa que consumimos menos agua que cuando Zaragoza tenía 200.000 habitantes menos que ahora", explicó el alcalde. De ahí que agradeciese públicamente el esfuerzo realizado por los zaragozanos y, sobre todo, por los 139.940 ciudadanos que se han vinculado activamente con el programa Zaragoza, ciudad ahorradora de agua. 100.000 compromisos
(que ha consistido en declararse por escrito seguidores de estas buenas prácticas). A ellos estaba dedicado el acto que ayer tuvo lugar en el Palacio de Congresos del recinto Expo.
ESPERANZA Entre los mensajes que se lanzó al auditorio destacaron los del director de la fundación Ecología y Desarrollo, Víctor Viñuales, quien reseñó la importancia de que todos y los ciudadanos se involucren en la medida de sus posibilidades y también de que se reduzcan los problemas planetarios (como el cambio climático) a la escala personal de cada uno, para no angustiarse y tener la mente despejada para plantearse qué es lo que el ciudadano puede hacer para mejorar el panorama en su entorno más próximo. "No podemos decir que actúe Estados Unidos, o la Unión Europea, o China que contamina mucho, o el ayuntamiento. No. Somos desigualmente responsables, pero todos somos corresponsables", ejemplificó Viñuales.
Una última aportación mereció atención especial. Fue la de Rafael Romeo, en representación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, quien se mostró más optimista que ninguno. "En el mundo hay recursos de agua para todos, el problema es que está mal gestionada. Y el programa persigue reducir a la mitad la población que no dispone de agua potable ni saneamiento básico". Ahí está el reto.