El agua y el vidrio como materia transparente
Jue, 24/07/2008
Una mujer en un mundo de hombres. Así podríamos definir a la artista tunecina, Sadika Keskes, reconocida internacionalmente por ser una de las pioneras en soplar vidrio. Un arte en el mundo árabe relegado sobre todo a hombres.
La artista ha participado con tres de sus obras en el pabellón de Túnez, ofreciendo al recinto una visión más cultural alejada de los mitos turísticos del país. El agua y el vidrio como materia transparente, símbolo de vida, pero también de muerte caracterizan su expresión. "Sol I y Sol II
muestra a través de los materiales orgánicos el ciclo vital que termina en la muerte".
Estos dos trabajos tratan sobre el agua y el desarrollo sostenible. El primero de ello es una instalación compuesta de cubos de vidrio soplado azul, que introducen los sueños, la esperanza, y también el Mediterráneo, instalados de manera moderna y geométrica. El arco de metal, puerta al mar, es una también una apertura al futuro, para las nuevas generaciones. El agua pasa a través de los cubos, y el hecho de que se introduzca sólo en algunos simboliza la distribución desigual del líquido elemento en las diferentes regiones. La otra escultura explica el desarrollo sostenible mediante una hilera de cubos de vidrio que rodean una piedra típica de Túnez. En el interior de algunos de ellos hay materia orgánica, que va muriendo en el resto de recipientes. Mientras que la tercera escultura El reparto de las aguas pone al vidrio en confrontación a los elementos naturales. Ilustrando a través de construcciones de cubos de vidrio soplado un conjunto que no da a leer más que la materia en toda su nobleza, sublimada por los únicos juegos de la luz y la transparencia. "Cuando hacía las fotos a la muestra me recordaba a una puesta de sol", confiesa.
Una de sus grandes influencias a la hora de crear es el vidrio cartaginés. "Durante la época púnica cartaginesa el vidrio era considerado un material casi tan importante como un diamente. No solo por su aspecto sino por su diversidad a la hora de crear", afirma.
De esta manera, consigue recrear el aspecto precioso de este material para construir un sinfín de piezas cada vez más cercanas al arte contemporáneo. "Considero que se debe evolucionar. Soy una persona a la que le encanta este arte pero siempre intento innovar". Trabajadora incansable cuenta que un día en su taller "es agotador. Estoy sumergida totalmente en mi trabajo. En muchas ocasiones, estoy durmiendo y me despierto sobresaltada porque me vienen varias ideas en la cabeza. Tengo alma de artista"
Unas piezas que cuentan con numerosos admiradores en todo el mundo entre los que destaca la Reina Doña Sofía de la que recibió, ayer por la mañana, una carta agradeciéndole un obsequio y a la que regaló una pieza en su visita hace algún tiempo a Túnez. "El ministro de Sanidad me propuso realizar un presente a la Reina Sofía y le regalé la pieza Círculo de la vida. Además, tuve una entrevista con ella y es encantadora. He recibido varias cartas suyas agredeciéndomelo" asegura.
La artista ha participado con tres de sus obras en el pabellón de Túnez, ofreciendo al recinto una visión más cultural alejada de los mitos turísticos del país. El agua y el vidrio como materia transparente, símbolo de vida, pero también de muerte caracterizan su expresión. "Sol I y Sol II
muestra a través de los materiales orgánicos el ciclo vital que termina en la muerte".
Estos dos trabajos tratan sobre el agua y el desarrollo sostenible. El primero de ello es una instalación compuesta de cubos de vidrio soplado azul, que introducen los sueños, la esperanza, y también el Mediterráneo, instalados de manera moderna y geométrica. El arco de metal, puerta al mar, es una también una apertura al futuro, para las nuevas generaciones. El agua pasa a través de los cubos, y el hecho de que se introduzca sólo en algunos simboliza la distribución desigual del líquido elemento en las diferentes regiones. La otra escultura explica el desarrollo sostenible mediante una hilera de cubos de vidrio que rodean una piedra típica de Túnez. En el interior de algunos de ellos hay materia orgánica, que va muriendo en el resto de recipientes. Mientras que la tercera escultura El reparto de las aguas pone al vidrio en confrontación a los elementos naturales. Ilustrando a través de construcciones de cubos de vidrio soplado un conjunto que no da a leer más que la materia en toda su nobleza, sublimada por los únicos juegos de la luz y la transparencia. "Cuando hacía las fotos a la muestra me recordaba a una puesta de sol", confiesa.
Una de sus grandes influencias a la hora de crear es el vidrio cartaginés. "Durante la época púnica cartaginesa el vidrio era considerado un material casi tan importante como un diamente. No solo por su aspecto sino por su diversidad a la hora de crear", afirma.
De esta manera, consigue recrear el aspecto precioso de este material para construir un sinfín de piezas cada vez más cercanas al arte contemporáneo. "Considero que se debe evolucionar. Soy una persona a la que le encanta este arte pero siempre intento innovar". Trabajadora incansable cuenta que un día en su taller "es agotador. Estoy sumergida totalmente en mi trabajo. En muchas ocasiones, estoy durmiendo y me despierto sobresaltada porque me vienen varias ideas en la cabeza. Tengo alma de artista"
Unas piezas que cuentan con numerosos admiradores en todo el mundo entre los que destaca la Reina Doña Sofía de la que recibió, ayer por la mañana, una carta agradeciéndole un obsequio y a la que regaló una pieza en su visita hace algún tiempo a Túnez. "El ministro de Sanidad me propuso realizar un presente a la Reina Sofía y le regalé la pieza Círculo de la vida. Además, tuve una entrevista con ella y es encantadora. He recibido varias cartas suyas agredeciéndomelo" asegura.