La ONU pide duplicar las inversiones en infraestructuras hidráulicas en el Planeta
Jue, 09/10/2008
Según se ha puesto de manifiesto en la Conferencia de la Asociación Internacional del Agua, recientemente celebrada en Viena, más de 1.000 millones de personas carecen de acceso al agua potable y 2.600 millones no tienen un saneamiento adecuado, lo que se traduce en una grave amenaza para su salud. Cada día mueren en el mundo 25.000 personas por las enfermedades que producen estas carencias; entre 1,5 y 2 millones de niños pierden la vida al año, principalmente por diarreas, y otros 15 millones fallecen por enfermedades infecciosas. La posibilidad las manos con agua y jabón permitiría disminuir en un 45% los casos de diarrea. En este sentido, la ONU ha alertado que si no se duplican las inversiones en infraestructuras hidráulicas en todo el planeta, miles de millones de personas sufrirán las consecuencias. Los recientes huracanes que han asolado los países caribeños son sólo un avance de los previsibles daños que se anuncian en forma de lluvias torrenciales, inundaciones y sequías prolongadas que afectarán a la humanidad en las próximas décadas, antes incluso de que el cambio climático incremente estas catástrofes. Según los expertos del Banco Mundial, las inversiones en embalses, canalizaciones, alcantarillado y depuración, que en la actualidad son de unos 60.000 millones de euros al año, deberían superar los 130.000 millones,mantenidos durante los próximos 25 años. Las conclusiones alcanzadas en la conferencia de Viena indican que amplias zonas de Asia, América, Europa y principalmente África se encuentran en situación de riesgo. Aseguran que para de beber, canalizar el agua y regar los cultivos necesariosen el continente africanosería necesario multiplicar por dos las actuales inversiones al menos durante los próximos cincuenta años. En el caso de Europa habría que triplicar las inversiones para poner medios contra inundaciones y sequías. A título de ejemplo, un reciente estudio elaborado por la ón Civil de Ingenieros concluye que a pesar de las importantes inversiones realizadas en Reino Unido tras la privatización del agua en 1989 muchas de las infraestructuras hidráulicas están obsoletas y se pierde gran cantidad de agua.