Las cuatro balsas frenaron su llegada al cauce > Restablecen el servicio de agua a Padrón y Pontecesures



Todo quedó en un gran susto, pese a que en un principio se temía lo peor. Los alrededor de 5.000 litros de acelerante de hormigón de tres depósitos de la planta de Campomarzo que se emplean para las obras del AVE y derramados al río Toxa, en un acto de presunto sabotaje producido el pasado viernes por la noche, fueron frenados por las cuatro balsas existentes en la zona y por unas barreras colocadas por la Xunta.
En un primer momento, y como medida preventiva, la Consellería de Medio Ambiente cortó el suministro de agua el pasado sábado a Merza (núcleo más próximo al vertido), Boqueixón, Padrón y Pontecesures, por tener su captación directamente del Ulla, uno de los ríos, junto con el Deza, que en un principio se pensaba que estaba afectado.
Tras los intensos controles llevados a cabo tanto el sábado como ayer, y comprobar que los ríos estaban limpios, se restableció el servicio en tres de las cuatro localidades (Padrón, donde se desconocía el incidente aún ayer, Pontecesures y Boqueixón). El abastecimiento de Merza sigue cerrado y la Xunta confirmaba ayer que el vertido «está controlado» y que no hubo mortandad de peces.