Sudáfrica declara «zona catastrófica» la frontera con Zimbabwe a causa del cólera
Vie, 12/12/2008
El presidente zimbabuo aseguró haber recibido informes de doctores en los que no figuran nuevos casos de la enfermedad. Dijo estar «contento porque nos están ayudando y hemos podido detener el cólera».
Las autoridades sudafricanas declararon ayer «zona catastrófica» la frontera con Zimbabwe. El portavoz del gobierno provincial de Limpopo, Mogale Nchabeleng, remarcó la necesidad de «tomar medidas extraordinarias para afrontar la situación».
En declaraciones a la cadena qatarí Al Jazeera, Farid Abul Kadir, encargado de gestionar la crisis junto a Cruz Roja Internacional, explicó que tales medidas incluyen «la intensificación de la movilización social, programas de educación preventiva, la potabilización del agua así como el refuerzo de la seguridad personal, de los equipos y suministros médicos».
El objetivo, añadió, es que «todo aquel que esté en Sudáfrica disponga de información».
Según la Oficina para Asuntos Humanitarios de la ONU, 783 personas han muerto por el brote de cólera y 16.403 están infectadas. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que la cifra de afectados podría llegar a los 60.000 si no se toman acciones drásticas.
Al igual que en Sudáfrica, las autoridades sanitarias del distrito de Mossurize, en la provincia central mozambiqueña de Manica, decretaron el estado de alerta máxima.
Hasta el momento, cuatro personas han perdido la vida en la comunidad de Macuo, en la comarca fronteriza de Mossurize. Además, otros veinte casos han sido detectados. El diario «Noticias» daba cuenta de la gravedad del brote bajo el titular de portada «Alerta Roja».
Previamente, el ex presidente del país, Joaquín Chissano, calificó de «muy mala» la situación en Zimbabwe. En noviembre, el cólera mató a medio centenar de personas en Manica, a escasos kilómetros de la frontera.
Cientos de ciudadanos la atraviesan cada día y se adentran en Mozambique para conseguir en los mercados los alimentos que no pueden encontrar en su país o llenar sus vehículos de combustible, por lo que Mozzurize ha puesto en marcha una comisión de emergencia, además de habilitar tres centros de atención hospitalaria provisionales en los puestos fronterizos de Machipanda y Chipungaberra, y en la población de Barué.
Peter Muturedzanwa, trabajador de Oxfam en Harare, vaticinó malos tiempos para la población de Zimbabwe, sumido en una profunda crisis política, económica y social.
«Con la actual crisis alimentaria, el cólera causará sin duda mucho sufrimiento. La lluvia no llega y no parece que lo haga a corto plazo. La enfermedad se va extendiendo y no hay alimentos en las tiendas. La situación es patética», lamentó.
Marcus Bachmann, coordinador en Harare de Médicos sin Fronteras, apuntó al deterioro paulatino del suministro de agua y del sistema sanitario como causas principales de la propagación de la epidemia. «No hay suficiente agua potable. De hecho, en las áreas más pobladas de Harare llevan varios meses sin agua. Por ejemplo, en Mabvuku y Tafara, al este de la capital, el suministro empezó a fallar hace un año. Pero, en abril lo cortaron totalmente y así siguen. En el centro, lo cortaron el domingo durante 24 horas», relató a la británica BBC.
Reacción de Mugabe
El presidente zimbabuo, Robert Mugabe, aseguró ayer que el cólera está bajo control. En un discurso televisado desde Harare, acusó al primer ministro británico, Gordon Brown, al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y al presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, de querer propiciar una intervención militar a cuenta del cólera.
Hace una semana, el mandatario británico emplazó a la comunidad internacional a decir «basta» a Mugabe. Alegó que la crisis en esa nación africana «es internacional porque las enfermedades cruzan fronteras».
«Ahora que ya no hay cólera, ya no hay razones para comenzar una guerra, aunque quizá deberíamos considerar si la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido se merece un conflicto», le respondió Mugabe en tono irónico. «Señor Brown, sus ideas deberían ser analizadas por personal médico», añadió. «Lo que EEUU y Gran Bretaña quieren hacer es encontrar excusas para volver a conquistarnos», reiteró.
También arremetió contra el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, a quien acusó de estar aliado con los países occidentales. «Nosotros nunca venderemos nuestro país, tenemos nuestras propias leyes y cortes», remarcó.
Tras meses de conflicto y acusaciones mutuas, en setiembre, Mugabe y Tsvangirai firmaron un acuerdo para compartir el poder, pero las conversaciones para establecer un Gobierno de unidad están estancadas porque ambas partes quieren el mayor número de ministerios.
Las autoridades sudafricanas declararon ayer «zona catastrófica» la frontera con Zimbabwe. El portavoz del gobierno provincial de Limpopo, Mogale Nchabeleng, remarcó la necesidad de «tomar medidas extraordinarias para afrontar la situación».
En declaraciones a la cadena qatarí Al Jazeera, Farid Abul Kadir, encargado de gestionar la crisis junto a Cruz Roja Internacional, explicó que tales medidas incluyen «la intensificación de la movilización social, programas de educación preventiva, la potabilización del agua así como el refuerzo de la seguridad personal, de los equipos y suministros médicos».
El objetivo, añadió, es que «todo aquel que esté en Sudáfrica disponga de información».
Según la Oficina para Asuntos Humanitarios de la ONU, 783 personas han muerto por el brote de cólera y 16.403 están infectadas. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó de que la cifra de afectados podría llegar a los 60.000 si no se toman acciones drásticas.
Al igual que en Sudáfrica, las autoridades sanitarias del distrito de Mossurize, en la provincia central mozambiqueña de Manica, decretaron el estado de alerta máxima.
Hasta el momento, cuatro personas han perdido la vida en la comunidad de Macuo, en la comarca fronteriza de Mossurize. Además, otros veinte casos han sido detectados. El diario «Noticias» daba cuenta de la gravedad del brote bajo el titular de portada «Alerta Roja».
Previamente, el ex presidente del país, Joaquín Chissano, calificó de «muy mala» la situación en Zimbabwe. En noviembre, el cólera mató a medio centenar de personas en Manica, a escasos kilómetros de la frontera.
Cientos de ciudadanos la atraviesan cada día y se adentran en Mozambique para conseguir en los mercados los alimentos que no pueden encontrar en su país o llenar sus vehículos de combustible, por lo que Mozzurize ha puesto en marcha una comisión de emergencia, además de habilitar tres centros de atención hospitalaria provisionales en los puestos fronterizos de Machipanda y Chipungaberra, y en la población de Barué.
Peter Muturedzanwa, trabajador de Oxfam en Harare, vaticinó malos tiempos para la población de Zimbabwe, sumido en una profunda crisis política, económica y social.
«Con la actual crisis alimentaria, el cólera causará sin duda mucho sufrimiento. La lluvia no llega y no parece que lo haga a corto plazo. La enfermedad se va extendiendo y no hay alimentos en las tiendas. La situación es patética», lamentó.
Marcus Bachmann, coordinador en Harare de Médicos sin Fronteras, apuntó al deterioro paulatino del suministro de agua y del sistema sanitario como causas principales de la propagación de la epidemia. «No hay suficiente agua potable. De hecho, en las áreas más pobladas de Harare llevan varios meses sin agua. Por ejemplo, en Mabvuku y Tafara, al este de la capital, el suministro empezó a fallar hace un año. Pero, en abril lo cortaron totalmente y así siguen. En el centro, lo cortaron el domingo durante 24 horas», relató a la británica BBC.
Reacción de Mugabe
El presidente zimbabuo, Robert Mugabe, aseguró ayer que el cólera está bajo control. En un discurso televisado desde Harare, acusó al primer ministro británico, Gordon Brown, al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y al presidente saliente de Estados Unidos, George W. Bush, de querer propiciar una intervención militar a cuenta del cólera.
Hace una semana, el mandatario británico emplazó a la comunidad internacional a decir «basta» a Mugabe. Alegó que la crisis en esa nación africana «es internacional porque las enfermedades cruzan fronteras».
«Ahora que ya no hay cólera, ya no hay razones para comenzar una guerra, aunque quizá deberíamos considerar si la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido se merece un conflicto», le respondió Mugabe en tono irónico. «Señor Brown, sus ideas deberían ser analizadas por personal médico», añadió. «Lo que EEUU y Gran Bretaña quieren hacer es encontrar excusas para volver a conquistarnos», reiteró.
También arremetió contra el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, a quien acusó de estar aliado con los países occidentales. «Nosotros nunca venderemos nuestro país, tenemos nuestras propias leyes y cortes», remarcó.
Tras meses de conflicto y acusaciones mutuas, en setiembre, Mugabe y Tsvangirai firmaron un acuerdo para compartir el poder, pero las conversaciones para establecer un Gobierno de unidad están estancadas porque ambas partes quieren el mayor número de ministerios.