El cambio climático inundará pueblos costeros en 2100
Lun, 02/02/2009
Un informe publicado por expertos en Cambio Climático de la Universidad de Cantabria en 2006 alertaba que para mediados de este siglo el mar se habrá comido hasta 15 metros de playa del litoral cantábrico.Un alarmante dato que puso en alerta a un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV y animó a estos profesionales estudiar el impacto real que podría suponer el incremento del nivel marino sobre las poblaciones próximas a la costa.
El grupo de investigadores, liderado por el doctor Alejandro Cearreta, publicó los resultados del estudio recientemente. El informe concluía que los estuarios de la costa vizcaína y guipuzcoana serían los primeros en recibir el impacto del ascenso del nivel marino. El informe establece que antes del año 2100 parajes como Muskiz, Plentzia, Urdaibai en Bizkaia y Orio, Zarauz o Txingudi en Gipuzkoa, podrían ser zonas «potencialmente inundables» de continuar el mismo ritmo de aumento del nivel del mar. «A pesar de estar rodeados por numerosos acantilados, la población residente en la costa vive cerca de estuarios que están a una altura más baja que en el interior y por ello, son susceptibles de ser inundados con el ascenso del nivel del mar», explica Cearreta.
Las consecuencias sobre estos paisajes naturales, sin embargo, no serían tan drásticas, en un principio, puesto que son espacios naturales que poseen «ecosistemas naturales» que funcionarían a modo de «barreras naturales» ante el avance del mar sobre la costa. Así, tal y como explica el experto, la existencia de marismas y dunas en estuarios como el de Urdaibai, hacen de «parapeto» ante el avance del nivel marino. «La ventaja de estos ecosistemas frente a los diques es que forman una frontera natural que impide el avance del nivel del mar sobre la costa», subraya.
Marismas de Urdaibai
A pesar de que estas zonas costeras serían las primeras en recibir el impacto del ascenso marino, núcleos urbanos como el Gran Bilbao en Bizkaia o Donostialdea y Pasajes, en Gipuzkoa, se convertirían en las zonas con mayor riesgo de inundabilidad. Situadas alrededor de los cauces de los ríos, carecen, a juicio de los expertos, de las «barreras naturales» que podrían paliar el efecto «devastador» de las crecidas del nivel marino. «El problema de estas zonas como se ha visto en las inundaciones de esta semana, es que no están debidamente canalizadas y al estar rodeadas por espigones o diques cuando sube el nivel del agua, se desbordan y anegan las viviendas, bajos o garajes más próximos», argumenta el experto.
Para llegar a estas conclusiones el grupo de científicos elaboró un exhaustivo control sobre el ascenso del nivel marino en el litoral vasco durante el último siglo. A partir de los datos obtenidos de mareógrafos instalados en los puertos de la costa vasca y de la información geológica almacenada en las marismas de Urdaibai han concretado el ascenso marino se ha situado en una media de 1,9 milímetros al año durante los últimos cien años.«Los datos obtenidos en las marismas nos han proporcionado una base muy real, porque están situadas al mismo nivel de la marea, con lo cual si esta modifica, aumenta o decrece, las marismas evolucionan de la misma manera que el oleaje», explica Cearreta.
La importancia del crecimiento marítimo en el litoral vasco no reside tanto en su aumento exponencial, sino en la «velocidad» en la que ha aumentado durante los últimos 5.000 años. Según las investigaciones de los expertos, hace 8.500 años la costa vasca experimentó un crecimiento del nivel marino superior a 22 milímetros, diez veces superior al registrado durante este siglo. «Lo relevante no es tanto que hay crecido esta altura, sino que la velocidad a la que ha subido es la más alta durante los últimos 5.000 años», añade.
A la hora de explicar los factores que han podido contribuir a la creación de este fenómeno climático, el experto reconoce que puede verse debido a un «proceso natural» de variación meteorológica del oleaje y viento costero, que se ha podido ver acelerado del calentamiento global. No obstante, también apunta al grado de responsabilidad de la acción humana en la emisión de gases «nocivos».«El quid de la cuestión esta en saber cómo hemos contribuido a la generación del fenómeno los humanos. El comienzo del capitalismo industrial coincide con el crecimiento del nivel del mar, pero también ha factores como le emisión de gases CO2 o de metano que aceleran el efecto invernadero», detalla.
Para este científico existen en la actualidad «demasiados» sectores políticos y sociales «interesados» en no debatir los «efectos dramáticos» que puede acarrear el cambio climático sobre la sociedad.«Hay grupos muy influyentes que se resisten a aceptar su existencia porque hacerlo las supondría tener que aceptar un cambio productivo y económico que no les beneficia», lamenta.
Los investigadores encargados del estudio sugieren la necesidad de poner «urgentemente» medidas de adaptación en nuestras costas ante el «imparable» avance del nivel del mar. Un impacto que podría revestir grandes «perdidas económicas» para las poblaciones residentes en estos municipios. Una de las alternativas que proponen es la «regeneración» de las dunas y marismas de los estuarios costeros frente a la construcción de diques y rompeolas que pueblan la mayoría de muelles y puertos de los municipios del litoral.
«La ventaja que ofrecen es que se adaptan al aumento real del nivel del mar y protegen su entorno tanto si sube o baja la marea, mientras estructuras más rígidas se ven desbordadas porque no tienen esa capacidad de adaptación», defienden.
El grupo de investigadores, liderado por el doctor Alejandro Cearreta, publicó los resultados del estudio recientemente. El informe concluía que los estuarios de la costa vizcaína y guipuzcoana serían los primeros en recibir el impacto del ascenso del nivel marino. El informe establece que antes del año 2100 parajes como Muskiz, Plentzia, Urdaibai en Bizkaia y Orio, Zarauz o Txingudi en Gipuzkoa, podrían ser zonas «potencialmente inundables» de continuar el mismo ritmo de aumento del nivel del mar. «A pesar de estar rodeados por numerosos acantilados, la población residente en la costa vive cerca de estuarios que están a una altura más baja que en el interior y por ello, son susceptibles de ser inundados con el ascenso del nivel del mar», explica Cearreta.
Las consecuencias sobre estos paisajes naturales, sin embargo, no serían tan drásticas, en un principio, puesto que son espacios naturales que poseen «ecosistemas naturales» que funcionarían a modo de «barreras naturales» ante el avance del mar sobre la costa. Así, tal y como explica el experto, la existencia de marismas y dunas en estuarios como el de Urdaibai, hacen de «parapeto» ante el avance del nivel marino. «La ventaja de estos ecosistemas frente a los diques es que forman una frontera natural que impide el avance del nivel del mar sobre la costa», subraya.
Marismas de Urdaibai
A pesar de que estas zonas costeras serían las primeras en recibir el impacto del ascenso marino, núcleos urbanos como el Gran Bilbao en Bizkaia o Donostialdea y Pasajes, en Gipuzkoa, se convertirían en las zonas con mayor riesgo de inundabilidad. Situadas alrededor de los cauces de los ríos, carecen, a juicio de los expertos, de las «barreras naturales» que podrían paliar el efecto «devastador» de las crecidas del nivel marino. «El problema de estas zonas como se ha visto en las inundaciones de esta semana, es que no están debidamente canalizadas y al estar rodeadas por espigones o diques cuando sube el nivel del agua, se desbordan y anegan las viviendas, bajos o garajes más próximos», argumenta el experto.
Para llegar a estas conclusiones el grupo de científicos elaboró un exhaustivo control sobre el ascenso del nivel marino en el litoral vasco durante el último siglo. A partir de los datos obtenidos de mareógrafos instalados en los puertos de la costa vasca y de la información geológica almacenada en las marismas de Urdaibai han concretado el ascenso marino se ha situado en una media de 1,9 milímetros al año durante los últimos cien años.«Los datos obtenidos en las marismas nos han proporcionado una base muy real, porque están situadas al mismo nivel de la marea, con lo cual si esta modifica, aumenta o decrece, las marismas evolucionan de la misma manera que el oleaje», explica Cearreta.
La importancia del crecimiento marítimo en el litoral vasco no reside tanto en su aumento exponencial, sino en la «velocidad» en la que ha aumentado durante los últimos 5.000 años. Según las investigaciones de los expertos, hace 8.500 años la costa vasca experimentó un crecimiento del nivel marino superior a 22 milímetros, diez veces superior al registrado durante este siglo. «Lo relevante no es tanto que hay crecido esta altura, sino que la velocidad a la que ha subido es la más alta durante los últimos 5.000 años», añade.
A la hora de explicar los factores que han podido contribuir a la creación de este fenómeno climático, el experto reconoce que puede verse debido a un «proceso natural» de variación meteorológica del oleaje y viento costero, que se ha podido ver acelerado del calentamiento global. No obstante, también apunta al grado de responsabilidad de la acción humana en la emisión de gases «nocivos».«El quid de la cuestión esta en saber cómo hemos contribuido a la generación del fenómeno los humanos. El comienzo del capitalismo industrial coincide con el crecimiento del nivel del mar, pero también ha factores como le emisión de gases CO2 o de metano que aceleran el efecto invernadero», detalla.
Para este científico existen en la actualidad «demasiados» sectores políticos y sociales «interesados» en no debatir los «efectos dramáticos» que puede acarrear el cambio climático sobre la sociedad.«Hay grupos muy influyentes que se resisten a aceptar su existencia porque hacerlo las supondría tener que aceptar un cambio productivo y económico que no les beneficia», lamenta.
Los investigadores encargados del estudio sugieren la necesidad de poner «urgentemente» medidas de adaptación en nuestras costas ante el «imparable» avance del nivel del mar. Un impacto que podría revestir grandes «perdidas económicas» para las poblaciones residentes en estos municipios. Una de las alternativas que proponen es la «regeneración» de las dunas y marismas de los estuarios costeros frente a la construcción de diques y rompeolas que pueblan la mayoría de muelles y puertos de los municipios del litoral.
«La ventaja que ofrecen es que se adaptan al aumento real del nivel del mar y protegen su entorno tanto si sube o baja la marea, mientras estructuras más rígidas se ven desbordadas porque no tienen esa capacidad de adaptación», defienden.