Los mayores expertos mundiales avalan un trasvase desde el Ebro
Lun, 16/02/2009
Un hecho contundente que esgrimen las comunidades de Levante a favor de los trasvases es que cuentan con el aval de las figuras más relevantes del mundo en cuanto a la gestión del agua, como, por ejemplo, el premio Estocolmo 2002, considerado como el Nobel del agua, Ignacio Rodríguez Iturbe, que se muestra partidario del trasvase del Ebro para solucionar el problema del sureste español. Sostiene que, tanto los aspectos económicos, como ecológicos o hidrológicos permitían que se pudiera haber hecho esa obra. Y considera «un gravísimo error» que en España los partidos políticos susciten la polémica entre trasvases o desaladoras, porque ambas soluciones podrían ser válidas según cada caso. «No tiene sentido —afirmaba en unas declaraciones a La Verdad— equiparar una posición política con una posición que se debe basar en el razonamiento lógico, la buen ciencia y conceptos de solidaridad». En esas mismas declaraciones afirmaba con tono irónico que en España para salir de la actual situación «había que meter a todo el mundo en una casa de locos». Iturbe está en contra de la desalación a gran escala para el riego de cultivos porque su coste económico es alto a pesar de los grandes avances a los que se ha llegado en este campo, al margen de que la vida útil de las plantas desalinizadoras no supera los veinte años y el coste ecológico es importante, entre otras cosas, porque necesitan mucha energía para su funcionamiento». No obstante, aclara que la desalación puede ser una buena solución, por ejemplo, para los campos de golf, «porque hay gente que paga por ello» y porque las plantas para este tipo de infraestructuras turísticas son de tamaño reducido. Infraestructura sostenible Coincide con las tesis del Nobel del agua, el presidente de la Asociación Internacional del Agua (IWA), David Garman. En unas recientes conferencias celebradas en Valencia, afirmaba que el trasvase del Ebro cumplía con los «elementos clave» de los trasvases que son la «sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general». Garman aseguró que en Australia se habría ejecutado el trasvase del Ebro «por una cuestión de sentido común», ya que en esta isla los trasvases intercuencas «sostienen el regadío, así como el abastecimiento de las ciudades y las industrias, mientras que la desalación es más costosa tanto a nivel económico como energético». En su opinión, «las propuestas del trasvase del Ebro están en consonancia con las prioridades regionales y nacionales» y la optimización de los usos del agua a nivel regional «es coherente con las tendencias del uso del agua que se desarrollan en todo el mundo». Garman preside la IWA desde 2007. Esta asociación representa la red más grande de profesionales en materia hídrica y cuenta con más de 10.000 expertos asociados, También dirige, en Sydney, el Centro de Investigación Cooperativa en Biotecnología Medioambiental, dedicado a la detección rápida de patógenos mediante la bioenergía y la nanotecnología, el control del biofilm en el suministro de agua y sistemas de fabricación industrial, y bioprocesos para la gestión de los nutrientes y carbono, además de contar con una amplia experiencia en la enseñanza universitaria, el control de la contaminación, gestión de presas, trasvases y asignación de aguas para regadíos. Está considerado uno de los mayores expertos mundiales en agua.