Cuando hoy se reúna en El Acebuche la Comisión de Biodiversidad del Espacio Natural de Doñana se encontrará sobre la mesa un informe demoledor sobre el futuro de la Reserva de la Biosfera solo comparable a los índices bursátiles, despeñados y exhaustos, o la cola del paro.

El documento elaborado en el seno de la Estación Biológica y rubricado por Carmen Díaz Paniagua concluye que en veinte años se ha consolidado en la Reserva 'un alarmante descenso del nivel de la capa freática producido por la extracción de aguas subterráneas para el abastecimiento de la urbanización de Matalascañas'.

El trabajo, aliñado con todo tipo de detalles, mediciones, extracciones de aguas históricas, pluviometrías varias, mapas y fotografías en sepia como las que demuestran el resquebrajamiento de los hielos árticos y antárticos, advierte que 'a pesar de que el Parque Nacional está sometido a un seguimiento internacional y que su categoría de protección está condicionada al mantenimiento de los ecosistemas, no se han tomado las medidas oportunas y recomendadas para evitar estos impactos en la zona de las lagunas peridunares'.

Los augures no pueden ser peores: En este análisis de campo 'se evidencia que lo que todos estos informes y estudios predecían que iba a ocurrir está ocurriendo ya'. El desierto avanza inexorable por el corazón del Parque.

Basta con mirar espacialmente la zona a través de 'Google-Maps' para observar la imparable y continua desecación de las marismas, verdadero corazón y sabia principal que mantiene la biodiversidad marismeña.

El trabajo, que ha alarmado a la comunidad científica internacional y que conocen ya asociaciones ecologistas de protección de la naturaleza como Ecologistas en Acción, SEO y WWF, subraya que 'la desecación de la laguna del Charco del Toro es un hecho, al que probablemente siga la del Zahillo si no se comienza a controlar y regular las extracciones de aguas subterráneas que realiza la urbanización de Matalascañas'. Una verdadera 'megalópolis estival' que alberga a casi cien mil personas en verano y que necesita ingentes cantidades de agua para satisfacer las necesidades lúdicas y normales de sus moradores.

La creciente demanda de aporte hídrico se multiplica con los nuevos proyectos urbanísticos y agrícolas. Al margen de las miles de hectáreas legalmente reconocidas, los cooperativistas del Plan Almonte Marismas han denunciado la 'presencia' de otras 2.000 hectáreas de regadíos que presionan el asediado acuífero 27. Una especie de 'sin papeles agrícolas' que pinchan directamente la vena principal que nutre Doñana y que ahora para colmo refuerza su perniciosa tarea con la aparición de plantaciones de eucaliptos en la corona de Doñana al calor de las subvenciones autonómicas para biomasa forestal.

El cóctel no puede ser más perjudicial teniendo en cuenta que el agua procede del subsuelo y no se avista en lontananza un complemento superficial como el trasvase de agua desde el complejo transfronterizo del Chanza al Condado proyectado desde hace 20 años, cuando empezó la 'cuenta atrás' de Doñana.

El informe de la unidad adscrita al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) añade que 'la conservación de las lagunas peridunares de Doñana requiere un plan de manejo específico que contemple la posibilidad de controlar las extracciones '.

Y aborda una serie de consejos para evitar la catástrofe que ya ha comenzado: la desertización de Doñana.

Entre estas posibles actuaciones propone el CSIC 'la eliminación de los pozos situados en las proximidades de las lagunas, controlar el nivel de extracciones y la obligación de la empresa de abastecimiento (de agua) a no superar en ningún momento las cantidades que se establezcan con influencias negativas para el sistema'.

El dossier científico de Díaz Paniagua insiste en que el plan de desarrollo sostenible debería incluir no solamente la concienciación sino también la 'obligación de los habitantes habituales u ocasionales (turistas, veraneantes y visitantes) así como de los gestores de la urbanización (Ayuntamiento de Almonte y Junta de Andalucía) para reducir el consumo de agua, especialmente la que se dedica a riegos de jardines públicos y privados'.

Para el CSIC el mantenimiento del acuífero es 'la pieza clave de la conservación de Doñana. Pero desde hace varias décadas se llevan a cabo extracciones de aguas subterráneas de alarmante magnitud que han producido un importante deterioro de los ecosistemas de Doñana'.

Este es el principal problema que afecta a la conservación y que ha ocasionado su inclusión en el temido 'registro de Montreaux', donde se incluyen humedales en los que se han producido o se están produciendo cambios negativos en sus características ecológicas y requieren atención prioritaria para su conservación.

La Estación Biológica recuerda que desde 1989 las distintas comisiones que han evaluado el 'status quo' de Doñana 'han recomendado encarecidamente la reducción del nivel de extracciones de agua del acuífero, hecho que aún no se ha llevado a cabo. Esta es una asignatura pendiente en la conservación de Doñana que comienza a mostrar sus consecuencias con la desecación de sus humedales'.

El objetivo confeso del informe es que sus conclusiones sirvan de aldabonazo para reclamar la necesidad de afrontar el problema y que se tomen medidas urgentes.