La sequia primaveral arrasa un tercio de la cosecha de cereales
Lun, 25/05/2009
La cosecha de cereales de invierno (trigo, cebada, avena y centeno, sin incluir el maíz) se reducirá esta campaña más del 30% en relación con la anterior, según los datos manejados por las organizaciones agrarias Asaja y UPA. Al recorte de la superficie de cereales de entre el 8% y el 10%, por la subida de los precios de los fertilizantes, se han sumado las malas condiciones climatológicas de esta primavera. Aunque las reservas de agua para los regadíos son elevadas por las lluvias de invierno, la falta de precipitaciones se ha traducido en el hundimiento de los cultivos de secano.
El comportamiento de la producción va a ser muy irregular. Hay buenas cosechas en el sur de Andalucía, así como en zonas de Cataluña y el valle del Ebro, desde La Rioja hasta Aragón. Por el contrario, se recortarán en la zona centro, Extremadura y el norte de Andalucía, así como en la parte más al sur de Castilla y León, la gran reserva en la producción de cebada.
La campaña pasada hubo 19,4 millones de toneladas de cereales de invierno: 5,6 correspondieron a trigo blando, 1,14 a trigo duro, 11,26 a cebada, 1,15 a avena y casi 300.000 toneladas de centeno.
Esta campaña, las previsiones apuntan solamente a una producción de unos 6,5 millones de toneladas de cebada, algo más de cuatro millones de trigo blando, un millón de trigo duro y poco más de un millón de avena y centeno. En total, una producción de entre 12,5 y algo más de 13 millones de toneladas, lo que supone un recorte superior al 30%. En algunas zonas, los Gobiernos regionales ya han dado luz verde para el pastoreo de las superficies de cultivo ante la imposibilidad de segarlas.
Esta caída de la producción en España coincide con recortes de las cosechas en algunos de los principales países productores del mundo como Canadá, Argentina, Australia o los países del Este. Las previsiones de Estados Unidos sobre las cosechas en el mundo señalan igualmente una caída media del 3%.
En este escenario, los precios han mostrado los primeros indicios de recuperación tras un año de cotizaciones ruinosas para los cerealistas, que llegaron a 115 euros por tonelada. En medios agrarios se contempla la posibilidad, y el riesgo para los ganaderos, de que los precios inicien una escalada, no por falta de oferta, sino por la retención de materia prima que han realizado los operadores en los últimos meses.
El comportamiento de la producción va a ser muy irregular. Hay buenas cosechas en el sur de Andalucía, así como en zonas de Cataluña y el valle del Ebro, desde La Rioja hasta Aragón. Por el contrario, se recortarán en la zona centro, Extremadura y el norte de Andalucía, así como en la parte más al sur de Castilla y León, la gran reserva en la producción de cebada.
La campaña pasada hubo 19,4 millones de toneladas de cereales de invierno: 5,6 correspondieron a trigo blando, 1,14 a trigo duro, 11,26 a cebada, 1,15 a avena y casi 300.000 toneladas de centeno.
Esta campaña, las previsiones apuntan solamente a una producción de unos 6,5 millones de toneladas de cebada, algo más de cuatro millones de trigo blando, un millón de trigo duro y poco más de un millón de avena y centeno. En total, una producción de entre 12,5 y algo más de 13 millones de toneladas, lo que supone un recorte superior al 30%. En algunas zonas, los Gobiernos regionales ya han dado luz verde para el pastoreo de las superficies de cultivo ante la imposibilidad de segarlas.
Esta caída de la producción en España coincide con recortes de las cosechas en algunos de los principales países productores del mundo como Canadá, Argentina, Australia o los países del Este. Las previsiones de Estados Unidos sobre las cosechas en el mundo señalan igualmente una caída media del 3%.
En este escenario, los precios han mostrado los primeros indicios de recuperación tras un año de cotizaciones ruinosas para los cerealistas, que llegaron a 115 euros por tonelada. En medios agrarios se contempla la posibilidad, y el riesgo para los ganaderos, de que los precios inicien una escalada, no por falta de oferta, sino por la retención de materia prima que han realizado los operadores en los últimos meses.