El embalse de Biscarrués se terminará, como pronto, en 2014
Jue, 28/05/2009
El embalse de Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos no estará terminado, como mínimo, antes de cinco años. Según se recoge en el proyecto que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino acaba de sacar a información pública, la construcción del pantano que completará la regulación del río Gállego durará unos tres años y medio.
A esos 36 meses hay que sumarle el tiempo que pase hasta el comienzo de las obras. Teniendo en cuenta que todavía hay que dar bastantes pasos, es muy probable que el plazo que aparece en el plan de obra se alargue al menos otro año y medio más.
Tras la fase de alegaciones -que durará 30 días hábiles-, la Confederación deberá responder a todas las sugerencias recibidas y luego tendrá que esperar a que un informe de la Abogacía del Estado ratifique que la solidez jurídica de la exposición pública.
Posteriormente, el Ministerio deberá promulgar la correspondiente declaración de impacto ambiental, un trámite que según el cronograma que en su día presentó la ex ministra Cristina Narbona debería llegar a finales de 2009.
Si la declaración de impacto es positiva, Medio Ambiente podrá, por fin, sacar a concurso la redacción del proyecto -en realidad, lo que hay ahora es un anteproyecto muy detallado- y la construcción del embalse. Este paso también se demorará varios meses, ya que habrá un plazo para la presentación de ofertas y, una vez elegida la más ventajosa, los trabajos no empezarán inmediatamente -primero deberá aprobarse el proyecto definitivo-.
En este sentido, el plan de obra de Biscarrués prevé que las obras se inicien en septiembre, lo que debería obligar al Ministerio a exprimir los plazos para poder empezar en el verano de 2010. Si no, todo podría alargarse un año.
La utilidad del pantano
El proyecto de Biscarrués de 35 hectómetros explica que el fin principal de esta actuación es incrementar la garantía de suministro de Riegos del Alto Aragón. No obstante, el propio documento reconoce a continuación que el pantano no será realmente funcional hasta que no se hayan construido los embalses laterales previstos como complemento -el de Almudévar y otros-. En cualquier caso, la CHE destaca que los 35 hectómetros de la futura presa contribuirán a mejorar la situación de los regadíos de Monegros.
En cuanto al otro objetivo que se persigue con esta obra de regulación, el proyecto explica que, dado su reducido tamaño, Biscarrués permitirá laminar las avenidas ordinarias del Gállego -las que tienen un periodo de retorno de 10 años-, pero no las extraordinarias -las que ocurren cada 25 años o más-.
La Confederación ha hecho un estudio sobre el comportamiento del río en los últimos 14 años que detalla que en el periodo 1994-2008 el Gállego ha sufrido 15 crecidas con un caudal medio diario de entre 200 y 300 metros cúbicos por segundo. Siempre según ese informe, de haber estado construido, el embalse de Biscarrués habría laminado por completo 10 de esos 15 episodios. Los otros cinco habrían sido laminados en una parte muy importante.
La CHE adelanta que el futuro pantano se mantendrá todo el año en un nivel estable de 9,9 hectómetros. El resto del volumen del vaso servirá de resguardo para parar las riadas del Gállego, de forma que Biscarrués solo se llenará en episodios de crecida. En el caso de que la avenida supere la capacidad del embalse, la presa desaguará por los aliviaderos reteniendo 35 hectómetros para riego pero sin contribuir a laminar caudales.
A esos 36 meses hay que sumarle el tiempo que pase hasta el comienzo de las obras. Teniendo en cuenta que todavía hay que dar bastantes pasos, es muy probable que el plazo que aparece en el plan de obra se alargue al menos otro año y medio más.
Tras la fase de alegaciones -que durará 30 días hábiles-, la Confederación deberá responder a todas las sugerencias recibidas y luego tendrá que esperar a que un informe de la Abogacía del Estado ratifique que la solidez jurídica de la exposición pública.
Posteriormente, el Ministerio deberá promulgar la correspondiente declaración de impacto ambiental, un trámite que según el cronograma que en su día presentó la ex ministra Cristina Narbona debería llegar a finales de 2009.
Si la declaración de impacto es positiva, Medio Ambiente podrá, por fin, sacar a concurso la redacción del proyecto -en realidad, lo que hay ahora es un anteproyecto muy detallado- y la construcción del embalse. Este paso también se demorará varios meses, ya que habrá un plazo para la presentación de ofertas y, una vez elegida la más ventajosa, los trabajos no empezarán inmediatamente -primero deberá aprobarse el proyecto definitivo-.
En este sentido, el plan de obra de Biscarrués prevé que las obras se inicien en septiembre, lo que debería obligar al Ministerio a exprimir los plazos para poder empezar en el verano de 2010. Si no, todo podría alargarse un año.
La utilidad del pantano
El proyecto de Biscarrués de 35 hectómetros explica que el fin principal de esta actuación es incrementar la garantía de suministro de Riegos del Alto Aragón. No obstante, el propio documento reconoce a continuación que el pantano no será realmente funcional hasta que no se hayan construido los embalses laterales previstos como complemento -el de Almudévar y otros-. En cualquier caso, la CHE destaca que los 35 hectómetros de la futura presa contribuirán a mejorar la situación de los regadíos de Monegros.
En cuanto al otro objetivo que se persigue con esta obra de regulación, el proyecto explica que, dado su reducido tamaño, Biscarrués permitirá laminar las avenidas ordinarias del Gállego -las que tienen un periodo de retorno de 10 años-, pero no las extraordinarias -las que ocurren cada 25 años o más-.
La Confederación ha hecho un estudio sobre el comportamiento del río en los últimos 14 años que detalla que en el periodo 1994-2008 el Gállego ha sufrido 15 crecidas con un caudal medio diario de entre 200 y 300 metros cúbicos por segundo. Siempre según ese informe, de haber estado construido, el embalse de Biscarrués habría laminado por completo 10 de esos 15 episodios. Los otros cinco habrían sido laminados en una parte muy importante.
La CHE adelanta que el futuro pantano se mantendrá todo el año en un nivel estable de 9,9 hectómetros. El resto del volumen del vaso servirá de resguardo para parar las riadas del Gállego, de forma que Biscarrués solo se llenará en episodios de crecida. En el caso de que la avenida supere la capacidad del embalse, la presa desaguará por los aliviaderos reteniendo 35 hectómetros para riego pero sin contribuir a laminar caudales.