La entrada en servicio desalinizadora de El Prat no aumentará el recibo agua

Mar, 09/06/2009

EFE

La desalinizadora
de El Prat ha superado las primeras pruebas y entrará en servicio el
próximo 20 de julio, según ha anunciado hoy el conseller de Medio
Ambiente, Francesc Baltasar, que ha asegurado que su puesta en
marcha "no tendrá una afectación directa sobre el recibo del agua".


Baltasar, que hoy ha visitado las instalaciones de la
desalinizadora, donde ha probado un vaso de agua del mar desalada,
ha destacado que "estamos en tiempo por lo que se refiere a las
pruebas, y oficialmente la planta se abrirá el 20 de julio".


El Departamento de Medio Ambiente ha instalado una planta piloto
junto a la estación de bombeo de la playa de El Prat, que reproduce
el mismo sistema de tratamiento del agua del mar que tendrá la
desalinizadora y que ha servido "para ir analizando todas las
muestras y probando el proceso que se hará en la planta grande",
según Baltasar.


El conseller ha explicado que la desalinizadora pasará a formar
parte de "la cuenta de explotación de Aigües Ter-Llobregat, por lo
que no habrá una afectación directa en el recibo de los ciudadanos".


Según Baltasar, la empresa explotadora deberá determinar cuándo,
cómo y con qué margen de tiempo debe hacer o no la repercusión del
coste".


La desalinizadora captará el agua del mar a dos kilómetros de la
costa y a 30 metros de profundidad, una distancia que evitará
interferencias del puerto y del río y que permitirá extraer agua a
una temperatura regular. Desde este punto se enviará a una estación
de bombeo que la conducirá a la desalinizadora.


En esta instalación, el agua se somete a diferentes sistemas de
filtrado, el más importante de los cuales es el de ósmosis inversa,
que deja pasar el agua y aparta la sal y el resto de elementos.


Mediante este sistema, de cada 100 litros de agua del mar, 45 se
convertirán en agua potable y 55 se devolverán al mar.


Posteriormente, el agua potable será remineralizada para que sea
apta para el consumo humano.


La desalinizadora producirá 60 hectómetros cúbicos de agua al
año, el 24% del consumo del área metropolitana de Barcelona, y dará
servicio a 4,5 millones de habitantes.


Aigües Ter-Llobregat dispondrá de este nuevo recurso, que podrá
utilizar "en función de la demanda existente y del estado del
conjunto de las fuentes de abastecimiento y de sus necesidades en
cada momento, lo que hará que tengamos que tener una explotación en
una intensidad u otra", ha dicho el conseller.


La planta, que ha supuesto más de dos años de obras y una
inversión de 230 millones de euros, será la segunda instalación de
estas características que funcionará en Cataluña después de la de
Blanes (Girona).


La Generalitat tiene en proyecto la construcción de una
desalinizadora en Cunit y otra en la zona de la Tordera y la
ampliación de la de Blanes.


"Con estas infraestructuras y otros dispositivos, como el agua
regenerada, la explotación de acuíferos y la política de austeridad,
estaremos en condiciones muy favorables de que no se produzcan
problemas de abastecimiento en caso de sequías de rigor como la de
hace un año", ha manifestado Baltasar