Investigadores del CSIC patentan una novedosa vitamina que aporta protección ante la salinidad de los suelos
Mié, 22/07/2009
Un grupo de investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), con sede en La Laguna (Tenerife), ha patentado con el apoyo financiero de CajaCanarias, una novedosa vitamina que permite la supervivencia de los cultivos afectados por la concentración de sales solubles en el suelo.
La salinidad es una amenaza que reduce el potencial productivo de muchos cultivos e inhibe la germinación y el crecimiento de las plantas, según explicó la entidad de ahorro en un comunicado. Por ello, en los últimos 25 años estos investigadores han profundizado en el efecto que los reguladores del crecimiento de las plantas podrían producir en el reforzamiento de los mecanismos naturales de defensa y, por tanto, de resistencia a patógenos y plagas en las plantas tratadas y otros efectos positivos.
En este sentido, los investigadores han observado cómo derivados hidrosolubles de la menadiona --o vitamina K3-- eran capaces de estimular los mecanismos naturales de defensa de las plantas tratadas. El descubrimiento de nuevas propiedades para el uso agrícola de los citados derivados vitamínicos ha sido objeto de varias patentes de invención.
En la actualidad, la transferencia de esta nueva tecnología al sector privado ha permitido la salida al mercado internacional de varios formulados comerciales, por lo que estos resultados han sido protegidos por una nueva patente de invención en la que comparten titularidad el CSIC y la Universidad de La Laguna.
Ante la carencia de moléculas osmoprotectoras en el mercado internacional, el interés por esta nueva patente por parte de importantes multinacionales del sector agrícola no se ha hecho esperar y, en estos momentos, la empresa que tiene los derechos de explotación de las patentes del CSIC negocia con una de estas multinacionales, un acuerdo para la comercialización internacional de nuevos formulados.
EFECTOS NOCIVOS
La salinidad de los suelos afecta cada vez más a las zonas de cultivo en el mundo, especialmente las áridas y semiáridas de producción, donde el riego ha ido aumentado lentamente la concentración de sales solubles en el suelo. Este hecho reduce el potencial productivo de muchos cultivos, además de inhibir la germinación y el crecimiento de las plantas, disminuyendo el rendimiento o la calidad de la cosecha.
La actividad humana ha incrementado la extensión de áreas salinizadas al ampliarse las zonas de regadío con el desarrollo de grandes proyectos hidrológicos que han provocado cambios en el balance del agua y sales de los sistemas hidrogeológicos. La proporción de suelos afectados por salinidad se cifra en un 10 por cien del total mundial y se estima que entre el 25 y 50 por cien de las zonas de regadío presentan problemas de salinidad.
En las zonas perjudicadas la principal solución ha sido la sustitución de cultivos sensibles por otros más tolerantes como remolacha azucarera, cebada o algodón, que reemplazan a las siembras tradicionales. Sin embargo, esta opción puede no tener interés por problemas de mercado, particularidades climáticas o necesidades nutricionales de la población, por lo que es mejor disponer de variedades tolerantes.
La salinidad afecta al crecimiento y producción de los cultivos al reducir el potencial hídrico de la solución del suelo, disminuyendo así la disponibilidad de agua, creando un desequilibrio nutritivo, dada la elevada concentración de elementos (Na+, Cl-) que pueden interferir con la nutrición mineral y el metabolismo celular.
VENTAJAS
Recientemente, este grupo de investigadores del CSIC, en estrecha colaboración con investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna, inició estudios para averiguar si estos derivados de la menadiona eran también capaces de inducir una mayor tolerancia a las plantas frente a factores de estrés ambiental, como el que supone la salinidad.
Como resultado de sus investigaciones, observaron que las plantas tratadas con estas composiciones presentan una mayor tolerancia frente al estrés salino u osmótico, especialmente en lo que se refiere a condiciones de alta salinidad.
Los efectos nocivos sobre los cultivos provocados por la concertación de sales son contrarrestados, al menos en parte, por el tratamiento osmoprotector con uno de estos derivados hidrosolubles, el MSB (siglas inglesas de la menadiona sodio bisulfito), lo que se traduce en una mejora de la calidad de la cosecha e incremento del rendimiento de la misma. Por otra parte, los compuestos descritos son sistémicos, biodegradables, no pesticidas, no tóxicos, inocuos desde el punto de vista medioambiental y no son peligrosos para los seres vivos.
Otro aspecto importante de esta nueva tecnología es que se puede aplicar al suelo u otro sustrato de cultivo, mediante spray foliar, al agua de riego o por inmersión del sistema radicular de las plantas y semillas. De esta manera, al emplear las composiciones que contienen menadiona o alguno de sus derivados hidrosolubles junto con aditivos, ya sea para aportar nutrientes o para tratar determinadas infecciones o plagas, se consigue evitar el aumento de los costes de los tratamientos al hacerlo de forma coordinada.
La salinidad es una amenaza que reduce el potencial productivo de muchos cultivos e inhibe la germinación y el crecimiento de las plantas, según explicó la entidad de ahorro en un comunicado. Por ello, en los últimos 25 años estos investigadores han profundizado en el efecto que los reguladores del crecimiento de las plantas podrían producir en el reforzamiento de los mecanismos naturales de defensa y, por tanto, de resistencia a patógenos y plagas en las plantas tratadas y otros efectos positivos.
En este sentido, los investigadores han observado cómo derivados hidrosolubles de la menadiona --o vitamina K3-- eran capaces de estimular los mecanismos naturales de defensa de las plantas tratadas. El descubrimiento de nuevas propiedades para el uso agrícola de los citados derivados vitamínicos ha sido objeto de varias patentes de invención.
En la actualidad, la transferencia de esta nueva tecnología al sector privado ha permitido la salida al mercado internacional de varios formulados comerciales, por lo que estos resultados han sido protegidos por una nueva patente de invención en la que comparten titularidad el CSIC y la Universidad de La Laguna.
Ante la carencia de moléculas osmoprotectoras en el mercado internacional, el interés por esta nueva patente por parte de importantes multinacionales del sector agrícola no se ha hecho esperar y, en estos momentos, la empresa que tiene los derechos de explotación de las patentes del CSIC negocia con una de estas multinacionales, un acuerdo para la comercialización internacional de nuevos formulados.
EFECTOS NOCIVOS
La salinidad de los suelos afecta cada vez más a las zonas de cultivo en el mundo, especialmente las áridas y semiáridas de producción, donde el riego ha ido aumentado lentamente la concentración de sales solubles en el suelo. Este hecho reduce el potencial productivo de muchos cultivos, además de inhibir la germinación y el crecimiento de las plantas, disminuyendo el rendimiento o la calidad de la cosecha.
La actividad humana ha incrementado la extensión de áreas salinizadas al ampliarse las zonas de regadío con el desarrollo de grandes proyectos hidrológicos que han provocado cambios en el balance del agua y sales de los sistemas hidrogeológicos. La proporción de suelos afectados por salinidad se cifra en un 10 por cien del total mundial y se estima que entre el 25 y 50 por cien de las zonas de regadío presentan problemas de salinidad.
En las zonas perjudicadas la principal solución ha sido la sustitución de cultivos sensibles por otros más tolerantes como remolacha azucarera, cebada o algodón, que reemplazan a las siembras tradicionales. Sin embargo, esta opción puede no tener interés por problemas de mercado, particularidades climáticas o necesidades nutricionales de la población, por lo que es mejor disponer de variedades tolerantes.
La salinidad afecta al crecimiento y producción de los cultivos al reducir el potencial hídrico de la solución del suelo, disminuyendo así la disponibilidad de agua, creando un desequilibrio nutritivo, dada la elevada concentración de elementos (Na+, Cl-) que pueden interferir con la nutrición mineral y el metabolismo celular.
VENTAJAS
Recientemente, este grupo de investigadores del CSIC, en estrecha colaboración con investigadores del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna, inició estudios para averiguar si estos derivados de la menadiona eran también capaces de inducir una mayor tolerancia a las plantas frente a factores de estrés ambiental, como el que supone la salinidad.
Como resultado de sus investigaciones, observaron que las plantas tratadas con estas composiciones presentan una mayor tolerancia frente al estrés salino u osmótico, especialmente en lo que se refiere a condiciones de alta salinidad.
Los efectos nocivos sobre los cultivos provocados por la concertación de sales son contrarrestados, al menos en parte, por el tratamiento osmoprotector con uno de estos derivados hidrosolubles, el MSB (siglas inglesas de la menadiona sodio bisulfito), lo que se traduce en una mejora de la calidad de la cosecha e incremento del rendimiento de la misma. Por otra parte, los compuestos descritos son sistémicos, biodegradables, no pesticidas, no tóxicos, inocuos desde el punto de vista medioambiental y no son peligrosos para los seres vivos.
Otro aspecto importante de esta nueva tecnología es que se puede aplicar al suelo u otro sustrato de cultivo, mediante spray foliar, al agua de riego o por inmersión del sistema radicular de las plantas y semillas. De esta manera, al emplear las composiciones que contienen menadiona o alguno de sus derivados hidrosolubles junto con aditivos, ya sea para aportar nutrientes o para tratar determinadas infecciones o plagas, se consigue evitar el aumento de los costes de los tratamientos al hacerlo de forma coordinada.