Documentos TV recuerda la catástrofe de Ribadelago
Mar, 04/08/2009
"Catástrofe en Ribadelago" es el documental que emite 'Documentos TV' en La 2 a las 23.05 horas.
La madrugada del 9 de enero de 1959, ocho millones de metros cúbicos reventaban la presa de Vega de Tera, a escasos kilómetros del lago de Sanabria, en Zamora, y abrían una brecha de 140 metros.
La compañía Hidroeléctrica de Moncabril la había construido tan sólo tres años antes.
En catorce minutos, Ribadelago fue arrasado por la tremenda avalancha de agua, rocas y troncos de árboles, y el pueblo fue sepultado por olas de hasta nueve metros de altura.
Una tercera parte de los 550 habitantes murió ahogado pero sólo se recuperaron veintiocho cadáveres, y el resto de los fallecidos, en su mayoría niños, jamás aparecieron y permanecen aún en el fondo, junto a las ruinas del pueblo de Ribadelago.
La tragedia fue minimizada por las autoridades y la prensa franquista y los responsables, que fueron condenados por un delito de imprudencia temeraria a un año de prisión menor, quedaron finalmente absueltos.
Las indemnizaciones, que en muchos casos nunca llegaron, fueron una vergüenza: 95.000 pesetas por un hombre, 80.000 por una mujer y 25.000 por un niño.
"Catástrofe en Ribadelago" rescata los testimonios de los supervivientes de la tragedia, a través de unos documentos inéditos, que muestran con toda crueldad, el sufrimiento de los vivos y los muertos de aquella olvidada tierra sanabresa, en plena euforia franquista de construcción de pantanos.
El pueblo que se construyó tres años después se llamó Ribadelago de Franco y hoy, medio siglo después, los supervivientes de Ribadelago Nuevo continúan mirando al lago de Sanabria, el cementerio de sus familiares, con la amargura que el tiempo no termina de apaciguar.
La madrugada del 9 de enero de 1959, ocho millones de metros cúbicos reventaban la presa de Vega de Tera, a escasos kilómetros del lago de Sanabria, en Zamora, y abrían una brecha de 140 metros.
La compañía Hidroeléctrica de Moncabril la había construido tan sólo tres años antes.
En catorce minutos, Ribadelago fue arrasado por la tremenda avalancha de agua, rocas y troncos de árboles, y el pueblo fue sepultado por olas de hasta nueve metros de altura.
Una tercera parte de los 550 habitantes murió ahogado pero sólo se recuperaron veintiocho cadáveres, y el resto de los fallecidos, en su mayoría niños, jamás aparecieron y permanecen aún en el fondo, junto a las ruinas del pueblo de Ribadelago.
La tragedia fue minimizada por las autoridades y la prensa franquista y los responsables, que fueron condenados por un delito de imprudencia temeraria a un año de prisión menor, quedaron finalmente absueltos.
Las indemnizaciones, que en muchos casos nunca llegaron, fueron una vergüenza: 95.000 pesetas por un hombre, 80.000 por una mujer y 25.000 por un niño.
"Catástrofe en Ribadelago" rescata los testimonios de los supervivientes de la tragedia, a través de unos documentos inéditos, que muestran con toda crueldad, el sufrimiento de los vivos y los muertos de aquella olvidada tierra sanabresa, en plena euforia franquista de construcción de pantanos.
El pueblo que se construyó tres años después se llamó Ribadelago de Franco y hoy, medio siglo después, los supervivientes de Ribadelago Nuevo continúan mirando al lago de Sanabria, el cementerio de sus familiares, con la amargura que el tiempo no termina de apaciguar.