El clima futuro está en el hielo profundo
Vie, 18/09/2009
El futuro climático del planeta está grabado en el hielo de hace 120.000 años, y enterrado a más de 2.000 metros de profundidad. En Groenlandia, un equipo multinacional de científicos está agujereando la capa helada para recuperar muestras del Eemiense, un breve periodo interglacial de apenas 15.000 años, más cálido que el presente. Aseguran que, analizando el agua congelada entonces, tendrán datos para modelar el clima que le espera al planeta a causa del calentamiento global.
Este verano, un centenar de investigadores de 14 países (entre los que no hay españoles) han conseguido horadar la capa helada hasta los 1.758 metros, antes de que el breve estío polar cediera paso al mal tiempo. El objetivo del proyecto NEEM (Perforación del Hielo Eemiense en el Norte de Groenlandia, por sus siglas en inglés) es llegar al lecho rocoso situado a 2.545 metros el próximo verano o, como muy tarde, en el de 2011.
Con un sofisticado taladro, han perforado la capa helada a una velocidad media de 16 metros al día. Cada cuatro metros, el cilindro de hielo era cortado y sacado a la superficie. Una vez allí, y con mucho cuidado para que no se contaminara con el aire y las partículas del presente, estos enormes cubitos eran almacenados en una bodega de la base. Desde el año que viene, los diferentes grupos de investigación comenzarán a estudiar la parte que les ha tocado de los diez centímetros de diámetro que tienen los centenares de tubos helados extraídos.
El climatólogo de la Universidad de Colorado y líder del equipo estadounidense, Jim White, explica qué puede contar el hielo del pasado sobre el clima: "Nos revela la temperatura que había, la cantidad de nieve caída, la intensidad de los vientos, la sequedad de otras zonas geográficas gracias al polvo atrapado, las condiciones de los océanos o los niveles de gases de efecto invernadero, y esto es solo parte de lo que nos cuenta el hielo".
Expediciones anteriores han sacado hielo aún más profundo en la Antártida. Pero, como ahora, las condiciones climáticas del hemisferio sur de entonces no eran idénticas a las del norte. Además, el material extraído en el norte pertenece a la última glaciación o a la era cálida actual. Pero lo que interesa está más abajo, en el Eemiense.
"Este periodo es importante porque fue más caliente que el actual y nos puede servir de modelo para el clima que se avecina", explica White. Se cree que, por entonces, Europa soportaba temperaturas 5ºC más elevadas. También, el nivel del mar era cinco metros mayor. "Si en el futuro hubiese niveles como el que hemos visto grabado en el hielo, podemos decir adiós a muchas de las ciudades de la costa de mi país", dice White.
El objetivo principal, el hielo del Eemiense, se encuentra a unos 2.300 metros de profundidad de la zona elegida. Su altura es de unos 80 metros y las capas de nieve caída y aplastada cada año apenas miden siete milímetros.
La profesora del Centro para el Hielo y el Clima de la Universidad de Copenhague y responsable del proyecto, Dorthe Jensen, recuerda que los resultados del estudio de este hielo, además de hablarnos del clima del pasado, "nos permitirán estimar los riesgos que nos aguardan en el futuro por un abrupto cambio climático".
Este verano, un centenar de investigadores de 14 países (entre los que no hay españoles) han conseguido horadar la capa helada hasta los 1.758 metros, antes de que el breve estío polar cediera paso al mal tiempo. El objetivo del proyecto NEEM (Perforación del Hielo Eemiense en el Norte de Groenlandia, por sus siglas en inglés) es llegar al lecho rocoso situado a 2.545 metros el próximo verano o, como muy tarde, en el de 2011.
Con un sofisticado taladro, han perforado la capa helada a una velocidad media de 16 metros al día. Cada cuatro metros, el cilindro de hielo era cortado y sacado a la superficie. Una vez allí, y con mucho cuidado para que no se contaminara con el aire y las partículas del presente, estos enormes cubitos eran almacenados en una bodega de la base. Desde el año que viene, los diferentes grupos de investigación comenzarán a estudiar la parte que les ha tocado de los diez centímetros de diámetro que tienen los centenares de tubos helados extraídos.
El climatólogo de la Universidad de Colorado y líder del equipo estadounidense, Jim White, explica qué puede contar el hielo del pasado sobre el clima: "Nos revela la temperatura que había, la cantidad de nieve caída, la intensidad de los vientos, la sequedad de otras zonas geográficas gracias al polvo atrapado, las condiciones de los océanos o los niveles de gases de efecto invernadero, y esto es solo parte de lo que nos cuenta el hielo".
Expediciones anteriores han sacado hielo aún más profundo en la Antártida. Pero, como ahora, las condiciones climáticas del hemisferio sur de entonces no eran idénticas a las del norte. Además, el material extraído en el norte pertenece a la última glaciación o a la era cálida actual. Pero lo que interesa está más abajo, en el Eemiense.
"Este periodo es importante porque fue más caliente que el actual y nos puede servir de modelo para el clima que se avecina", explica White. Se cree que, por entonces, Europa soportaba temperaturas 5ºC más elevadas. También, el nivel del mar era cinco metros mayor. "Si en el futuro hubiese niveles como el que hemos visto grabado en el hielo, podemos decir adiós a muchas de las ciudades de la costa de mi país", dice White.
El objetivo principal, el hielo del Eemiense, se encuentra a unos 2.300 metros de profundidad de la zona elegida. Su altura es de unos 80 metros y las capas de nieve caída y aplastada cada año apenas miden siete milímetros.
La profesora del Centro para el Hielo y el Clima de la Universidad de Copenhague y responsable del proyecto, Dorthe Jensen, recuerda que los resultados del estudio de este hielo, además de hablarnos del clima del pasado, "nos permitirán estimar los riesgos que nos aguardan en el futuro por un abrupto cambio climático".