Prohibida la recogida de ostras y mejillones en el delta del Ebro por la presencia de una toxina
Mar, 22/09/2009
La aparición de moluscos contaminados por toxinas diarreicas en la vertiente meridional del delta del Ebro ha causado el cierre de la extracción de mariscos bivalvos en los 20 kilómetros que median entre Alcanar y Sant Carles de la Ràpita (Montsià). Mejillones y ostras se alimentan filtrando agua y absorben así las partículas nocivas, que generan agudas diarreas. El Departamento de Agricultura insistió en que su consumo no causa mayores contratiempos que una descomposición intestinal, pero añadió que mantendrá la prohibición hasta que las aguas recuperen los índices normales.
La prohibición coincide con la elevada mortalidad de las ostras criadas en el delta. Y es que 6 de cada 10 han fallecido desde el pasado mayo por causas desconocidas. Técnicos de la Generalitat estiman que puede deberse a una confluencia de causas, entre ellas el calentamiento de las aguas. Estudios universitarios ratificados por la Sociedad de Biología Experimental apuntan a que el aumento en la temperatura del mar merma el sistema defensivo de los moluscos. El mismo proceso favorece la concentración de toxinas diarreicas, aunque Agricultura recalcó que no se ha detectado un calentamiento relevante en las aguas que bañan el delta.
"La prohibición puede prolongarse unas semanas, no podemos hacer otra cosa que parar la extracción porque cualquier tipo de depuración es inútil ante este tipo de toxinas", señaló un portavoz de la Federación de Productores de Moluscos. Las toxinas provienen de la presencia masiva de ciertas algas microscópicas, favorecidas por el aumento de la temperatura de las aguas. Las partículas diarreicas que éstas generan se concentran en la carne de los moluscos y se liberan en el intestino humano tras su ingesta.
La prohibición coincide con la elevada mortalidad de las ostras criadas en el delta. Y es que 6 de cada 10 han fallecido desde el pasado mayo por causas desconocidas. Técnicos de la Generalitat estiman que puede deberse a una confluencia de causas, entre ellas el calentamiento de las aguas. Estudios universitarios ratificados por la Sociedad de Biología Experimental apuntan a que el aumento en la temperatura del mar merma el sistema defensivo de los moluscos. El mismo proceso favorece la concentración de toxinas diarreicas, aunque Agricultura recalcó que no se ha detectado un calentamiento relevante en las aguas que bañan el delta.
"La prohibición puede prolongarse unas semanas, no podemos hacer otra cosa que parar la extracción porque cualquier tipo de depuración es inútil ante este tipo de toxinas", señaló un portavoz de la Federación de Productores de Moluscos. Las toxinas provienen de la presencia masiva de ciertas algas microscópicas, favorecidas por el aumento de la temperatura de las aguas. Las partículas diarreicas que éstas generan se concentran en la carne de los moluscos y se liberan en el intestino humano tras su ingesta.