Los pescadores apuestan por la repoblación y por fijar cupos diferentes para cada río
Mar, 03/11/2009
El Principado carga contra los furtivos, mientras «El Esmerillón» piensa que el problema está en los depredadores y en la pesca industrial en alta mar. La Consejería apuesta por reducir el cupo de salmones por pescador y temporada, en tanto la sociedad cree que se debe seguir apostando por las repoblaciones y fijar cupos diferentes para cada río.
La sociedad de pescadores «El Esmerillón», una vez reformada su junta directiva, se prepara para hacer frente al borrador de normativa de pesca elaborado por el Principado. El rechazo frontal de los socios a los planes de la Consejería provocó la dimisión del anterior presidente, Fernando López de Castro, partidario de negociar el borrador con el Gobierno regional y con las demás asociaciones de pescadores. «No vamos a participar en algo de lo que luego tengamos que arrepentirnos, porque la miseria no se reparte», asegura el nuevo presidente, Francisco Antonio Caldevilla. Para empezar, los nuevos directivos de «El Esmerillón» discrepan de la opinión del Principado de que el furtivismo sea uno de los grandes males de los ríos asturianos. Exigen a la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, que haga públicas las denuncias realizadas en los últimos años por los miembros de la guardería y los agentes del Seprona. «Creemos que ese asunto del furtivismo se lo sacaron de la manga para tapar la mala gestión del borrador», indica el nuevo secretario de la junta, Juan José Peruyero. Al tiempo, «El Esmerillón», sociedad colaboradora del Principado, reconoce que hacen falta más guardas específicos de ríos. Los pescadores, con sede en Parres, entienden que los responsables de la ausencia de salmones en los cauces se encuentran, por un lado, en el mismo hábitat, «depredadores como los cormoranes, las garzas y las nutrias», y, por otro lado, mar adentro, «en el desenfreno de las pesquerías industriales». Pero se quejan de que «los llamados técnicos de Medio Ambiente prefieren culparnos de todos los males». Los directivos de la sociedad temen, además, que se abandone la política de repoblación. Antón Caldevilla apunta que «en el foro desarrollado hace unas fechas en Soto del Barco quedó totalmente claro que las repoblaciones eran eficaces». «El Esmerillón» también se posiciona en contra de la intención de la Consejería de reducir de ocho a tres el cupo de salmones por pescador y temporada. «Se está echando a la gente de los ríos y eso repercute en el turismo, pero, puestos así, pensamos que lo idóneo es establecer un cupo máximo a cada cuenca, no es lo mismo el Sella o el Narcea que otros más pequeños», afirman. La responsabilidad sobre la ausencia de salmones Las soluciones
La sociedad de pescadores «El Esmerillón», una vez reformada su junta directiva, se prepara para hacer frente al borrador de normativa de pesca elaborado por el Principado. El rechazo frontal de los socios a los planes de la Consejería provocó la dimisión del anterior presidente, Fernando López de Castro, partidario de negociar el borrador con el Gobierno regional y con las demás asociaciones de pescadores. «No vamos a participar en algo de lo que luego tengamos que arrepentirnos, porque la miseria no se reparte», asegura el nuevo presidente, Francisco Antonio Caldevilla. Para empezar, los nuevos directivos de «El Esmerillón» discrepan de la opinión del Principado de que el furtivismo sea uno de los grandes males de los ríos asturianos. Exigen a la viceconsejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, que haga públicas las denuncias realizadas en los últimos años por los miembros de la guardería y los agentes del Seprona. «Creemos que ese asunto del furtivismo se lo sacaron de la manga para tapar la mala gestión del borrador», indica el nuevo secretario de la junta, Juan José Peruyero. Al tiempo, «El Esmerillón», sociedad colaboradora del Principado, reconoce que hacen falta más guardas específicos de ríos. Los pescadores, con sede en Parres, entienden que los responsables de la ausencia de salmones en los cauces se encuentran, por un lado, en el mismo hábitat, «depredadores como los cormoranes, las garzas y las nutrias», y, por otro lado, mar adentro, «en el desenfreno de las pesquerías industriales». Pero se quejan de que «los llamados técnicos de Medio Ambiente prefieren culparnos de todos los males». Los directivos de la sociedad temen, además, que se abandone la política de repoblación. Antón Caldevilla apunta que «en el foro desarrollado hace unas fechas en Soto del Barco quedó totalmente claro que las repoblaciones eran eficaces». «El Esmerillón» también se posiciona en contra de la intención de la Consejería de reducir de ocho a tres el cupo de salmones por pescador y temporada. «Se está echando a la gente de los ríos y eso repercute en el turismo, pero, puestos así, pensamos que lo idóneo es establecer un cupo máximo a cada cuenca, no es lo mismo el Sella o el Narcea que otros más pequeños», afirman. La responsabilidad sobre la ausencia de salmones Las soluciones