La CHE inicia la fase de sondeos en el interior del embalse de Sabiñánigo
Mar, 01/12/2009
La Confederación Hidrográfica del Ebro inició ayer la parte central de los trabajos para la caracterización medioambiental de sedimentos en el embalse de Sabiñánigo. La nueva fase consiste en la realización de 24 sondeos que permitirán tomar hasta 180 muestras de sedimentos en el interior en este embalse hidroeléctrico, propiedad de Acciona, y se unirán, además, a los cinco sondeos ya realizados en tierra, informó la CHE en un comunicado.
El proyecto supone una inversión total de 220.000 euros y permitirá obtener un mapa de ubicación de los sedimentos, y un perfil completo de los mismos, ya que, por primera vez, se realizarán sondeos que alcanzarán el sustrato del embalse. Con esta caracterización se puede, además, conocer de qué modo se han visto afectadas las aguas por la presión industrial histórica en la zona.
El nuevo trabajo, recordó la CHE, completa y amplía estudios existentes anteriormente en los que ya se señalaba la presencia de sedimentos pero no definía su cantidad y su carácter, ni presentaba conclusión sobre el estado de los mismos. Los nuevos datos son imprescindibles para definir cualquier futura acción que reduzca su presencia en el embalse. Las nuevas labores se prolongarán entre dos y tres semanas y se centran en una superficie de 117.100 metros cuadrados con una serie de perforaciones dentro del embalse para obtener testigos del sedimento. Los sondeos alcanzan los siete metros de profundidad y se realizan con una plataforma móvil.
El proyecto supone una inversión total de 220.000 euros y permitirá obtener un mapa de ubicación de los sedimentos, y un perfil completo de los mismos, ya que, por primera vez, se realizarán sondeos que alcanzarán el sustrato del embalse. Con esta caracterización se puede, además, conocer de qué modo se han visto afectadas las aguas por la presión industrial histórica en la zona.
El nuevo trabajo, recordó la CHE, completa y amplía estudios existentes anteriormente en los que ya se señalaba la presencia de sedimentos pero no definía su cantidad y su carácter, ni presentaba conclusión sobre el estado de los mismos. Los nuevos datos son imprescindibles para definir cualquier futura acción que reduzca su presencia en el embalse. Las nuevas labores se prolongarán entre dos y tres semanas y se centran en una superficie de 117.100 metros cuadrados con una serie de perforaciones dentro del embalse para obtener testigos del sedimento. Los sondeos alcanzan los siete metros de profundidad y se realizan con una plataforma móvil.