La Coordinadora Verde no quiere ni fluoruros ni aluminio en las aguas naturales y de manantial
Jue, 25/03/2010
El nuevo Reglamento 115/2010 de la Comisión Europea recientemente publicado autoriza el tratamiento de las aguas minerales naturales y de manantial con óxido de aluminio a fin de eliminar el exceso de fluoruros de estas aguas, que impedían hasta ahora su comercialización para consumo humano.
"Quitar fluoruros pero añadir aluminio al agua no es una solución aceptable para los consumidores, aunque resuelva un problema de comercialización a las empresas", ha declarado la coportavoz de la Coordinadora Verde, Sonia Ortiga, para quien la legislación europea debería exigir que estos tipos de agua estén totalmente exentas de tratamientos químicos para garantizar su calidad.
La alúmina activada que se emplea para eliminar fluoruros del agua libera en ésta, a su vez, iones de aluminio, como sustancia residual del tratamiento a la que es sometida. El aluminio es un metal tóxico que se acumula en nuestro organismo y que puede ocasionar trastornos, como osteoporosis. En la actualidad, está siendo considerado por su posible relación etiológica con la enfermedad de Alzheimer.
El nuevo reglamento europeo especifica que la emisión de estos residuos "será tan baja como sea posible técnicamente, de acuerdo con las buenas práctica, y no supondrá ningún riesgo para la salud pública. Florent Marcellesi, coportavoz de la Coordinadora Verde y Berdeak-Los Verdes señala que supeditar la salud de la población a lo que sea posible técnicamente en cada momento, para beneficiar a las empresas comercializadoras del agua, es una muestra de la supremacía de los intereses económicos sobre el cuidado de la salud de la población."
Los expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que recientemente han autorizado también el cultivo y la comercialización de una patata transgénica, han establecido como tolerable la ingesta a través de la dieta de un miligramo por cada kilo de masa corporal a la semana, pero no tienen en cuenta el efecto acumulativo del aluminio. Ante estos datos, la plataforma ecologista reclama a las autoridades responsables de velar por la salud pública que impidan este nuevo riesgo al bienestar de la población y proponen que las aguas de manantial y las minero naturales sean de tal calidad que no necesiten tratamientos previos para su consumo ni que los envases en los que se comercializa puedan perjudicar la salud.
"Quitar fluoruros pero añadir aluminio al agua no es una solución aceptable para los consumidores, aunque resuelva un problema de comercialización a las empresas", ha declarado la coportavoz de la Coordinadora Verde, Sonia Ortiga, para quien la legislación europea debería exigir que estos tipos de agua estén totalmente exentas de tratamientos químicos para garantizar su calidad.
La alúmina activada que se emplea para eliminar fluoruros del agua libera en ésta, a su vez, iones de aluminio, como sustancia residual del tratamiento a la que es sometida. El aluminio es un metal tóxico que se acumula en nuestro organismo y que puede ocasionar trastornos, como osteoporosis. En la actualidad, está siendo considerado por su posible relación etiológica con la enfermedad de Alzheimer.
El nuevo reglamento europeo especifica que la emisión de estos residuos "será tan baja como sea posible técnicamente, de acuerdo con las buenas práctica, y no supondrá ningún riesgo para la salud pública. Florent Marcellesi, coportavoz de la Coordinadora Verde y Berdeak-Los Verdes señala que supeditar la salud de la población a lo que sea posible técnicamente en cada momento, para beneficiar a las empresas comercializadoras del agua, es una muestra de la supremacía de los intereses económicos sobre el cuidado de la salud de la población."
Los expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que recientemente han autorizado también el cultivo y la comercialización de una patata transgénica, han establecido como tolerable la ingesta a través de la dieta de un miligramo por cada kilo de masa corporal a la semana, pero no tienen en cuenta el efecto acumulativo del aluminio. Ante estos datos, la plataforma ecologista reclama a las autoridades responsables de velar por la salud pública que impidan este nuevo riesgo al bienestar de la población y proponen que las aguas de manantial y las minero naturales sean de tal calidad que no necesiten tratamientos previos para su consumo ni que los envases en los que se comercializa puedan perjudicar la salud.