La suelta de agua de los embalses de León se ha estabilizado en una cantidad que supera los 3,5 millones de metros cúbicos por encima de la entrada a los embalses. Esta es la consecuencia del momento de abundancia hídrica que vive la provincia, y que contrasta con los días de apuro que vivió hace sólo nueve meses, cuando soportó los momentos más complicados de una sequía que llegó a comprometer el suministro a varias poblaciones o la atención a los cultivos.

En esa tesitura de solvencia se encuentra también la cabecera del Luna, el mejor exponente de la precariedad de reserva en la campaña anterior, y que en esta, con la montaña azuzada hace sólo 24 horas por fuertes nevadas, los valles nodriza con torrentes similares a los cauces de aguas bravas y la despensa de los altos de montaña con más de un metro de espesor de nieve, se ha unido ya al club del desembalse: por el muro de Los Barrios caían ayer tarde más de seiscientos mil metros cúbicos de agua más de lo que entra al vaso del embalse. Una cantidad algo más elevada debe restar a su capacidad de reserva el Porma, al que rebajan su nivel de acopio con casi setecientos mil metros cúbicos al día, para mantener la altura del agua a una distancia prudencial de las ventanas de urgencia en el muro de contención. La fábrica de Riaño también expone la situación más holgada en cuento a los números de desembalse y de acopio; más de 2,3 millones de metros cúbicos de agua toman el cauce del Esla al día. Desde que comenzó el descuento, los embalses de León han dejado marchar 25 millones de metros cúbicos que no pueden retener.