El Guadiana se llena de pájaros
Mar, 08/06/2010
El azud del Guadiana anda esta primavera a rebosar. La población de aves que vive en los pequeños islotes ha aumentado considerablemente en las últimas semanas. La subida del caudal del río, que en febrero llegó a tapar casi por completo la pequeña presa del azud, ayuda a una mayor reproducción en las colonias de garzas, garcillas y gaviotas sombrías, tres de las especies mayoritarias en el enclave. De ahí que ahora la concentración de ejemplares sea la mayor de los últimos años. Antonio Gentil, biólogo técnico de la asociación Adenex, explica que lo ideal siempre en un azud es contar con mucho caudal de agua porque abunda la comida y las posibilidades de anidar para los residentes. Por lo general, estas especies prefieren establecerse sobre árboles cercanos a los ríos y en muchos casos construyen los nidos en ramas que se extienden sobre el agua.
El mismo argumento explica lo complicada que resulta la supervivencia durante los ciclos de sequía, el río pierde fuerza y se reduce las zonas inundables cerca de los islotes.
A pesar del repunte, Gentil advierte que también se han podido ocasionar bajas puntuales en las colonias porque algunas aves han anidado en zonas secas desde hace años, y durante la primavera, con la crecida, han muerto arrastradas por la corriente. «Con lo que ha crecido, lo lógico es pensar que el río haya arrastrado algún nido», explica Gentil.
A pesar de estos incidentes, el representante de Adenex cree que en estos momentos las garzas y garcillas cuentan con condiciones muy favorables para aumentar la población. El enclave se ubica muy próximo al casco urbano y resulta espectacular al amanecer y al atardecer, cuando los dormideros se abarrotan de aves. La abundante población de aves hizo que en 2005 consiguiera la figura ambiental europea de ZEPA (Zona Especial de Protección Ambiental).
Con esta consideración se da prioridad a los nidos ante cualquier obra o proyecto que afecte a la zona. Esta prevalencia hizo que el año pasado se rechazara el club náutico que el equipo de piragüismo quería impulsar cerca del azud. Contaban con un proyecto redactado, planificado y con cifras concretas: 2.800 metros cuadrados, entre cinco y seis millones de euros y se crearían diez puestos de trabajo una vez construido. La idea era apostar por una infraestructura moderna aprovechando la regeneración del Guadiana en Badajoz. Pero en este proyecto se olvidó un dato: la obra era imposible de acometer en una zona Zepa.
A pesar de tener esta protección, el enclave no cuenta con un programa marco de actuación que concrete qué actividades se pueden realizar y las limitaciones a tener en cuenta. En Extremadura solo cuentan con un programa marco las zonas Zepas más amplias, para el resto, la Junta pretende elaborar un programa marco común en función de los tipos de hábitat y ahorrarse así la necesidad de redacta un documento específico para las más de sesenta zonas que existen bajo esta protección en Extremadura.
Desde Adenex defienden la protección que se de al hábitat a pesar de estar en una zona tan próxima a la ciudad. Sin embargo critican que el agua está muy contaminada por los vertidos de empresas y los restos de abonos agrícolas que terminan en el río. «El enclave es un lugar privilegiado y el espectáculo de los dormideros al amanecer y al anochecer lo hacen muy atractivo, pero podría estar mejor si el agua no estuviera tan mal», critica Gentil. A los ecologistas se suman las reiteradas quejas de asociaciones y vecinos por la suciedad del entorno. Escombros, plásticos o desperdicios pueblan el camino que lleva hasta el azud. Los ejemplares se agolpan en el azud del Guadiana a final de la tarde
El mismo argumento explica lo complicada que resulta la supervivencia durante los ciclos de sequía, el río pierde fuerza y se reduce las zonas inundables cerca de los islotes.
A pesar del repunte, Gentil advierte que también se han podido ocasionar bajas puntuales en las colonias porque algunas aves han anidado en zonas secas desde hace años, y durante la primavera, con la crecida, han muerto arrastradas por la corriente. «Con lo que ha crecido, lo lógico es pensar que el río haya arrastrado algún nido», explica Gentil.
A pesar de estos incidentes, el representante de Adenex cree que en estos momentos las garzas y garcillas cuentan con condiciones muy favorables para aumentar la población. El enclave se ubica muy próximo al casco urbano y resulta espectacular al amanecer y al atardecer, cuando los dormideros se abarrotan de aves. La abundante población de aves hizo que en 2005 consiguiera la figura ambiental europea de ZEPA (Zona Especial de Protección Ambiental).
Con esta consideración se da prioridad a los nidos ante cualquier obra o proyecto que afecte a la zona. Esta prevalencia hizo que el año pasado se rechazara el club náutico que el equipo de piragüismo quería impulsar cerca del azud. Contaban con un proyecto redactado, planificado y con cifras concretas: 2.800 metros cuadrados, entre cinco y seis millones de euros y se crearían diez puestos de trabajo una vez construido. La idea era apostar por una infraestructura moderna aprovechando la regeneración del Guadiana en Badajoz. Pero en este proyecto se olvidó un dato: la obra era imposible de acometer en una zona Zepa.
A pesar de tener esta protección, el enclave no cuenta con un programa marco de actuación que concrete qué actividades se pueden realizar y las limitaciones a tener en cuenta. En Extremadura solo cuentan con un programa marco las zonas Zepas más amplias, para el resto, la Junta pretende elaborar un programa marco común en función de los tipos de hábitat y ahorrarse así la necesidad de redacta un documento específico para las más de sesenta zonas que existen bajo esta protección en Extremadura.
Desde Adenex defienden la protección que se de al hábitat a pesar de estar en una zona tan próxima a la ciudad. Sin embargo critican que el agua está muy contaminada por los vertidos de empresas y los restos de abonos agrícolas que terminan en el río. «El enclave es un lugar privilegiado y el espectáculo de los dormideros al amanecer y al anochecer lo hacen muy atractivo, pero podría estar mejor si el agua no estuviera tan mal», critica Gentil. A los ecologistas se suman las reiteradas quejas de asociaciones y vecinos por la suciedad del entorno. Escombros, plásticos o desperdicios pueblan el camino que lleva hasta el azud. Los ejemplares se agolpan en el azud del Guadiana a final de la tarde