El Gobierno aportará 340 millones para las depuradoras de la región
Dom, 27/06/2010
El Ministerio de Medio Ambiente, Medido Rural y Marino (MARM) invertirá 342,9 millones de euros en la mejora de los sistemas de depuración de la región, según se recoge en el Protocolo General de Colaboración para la ejecución del Plan Nacional de Calidad de las Aguas firmado por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.
Los límites de fechas que establece la ley para acondicionar y mejorar los mecanismos de limpieza de las aguas hacen necesario una actuación en este tema. De ahí este esfuerzo inversor, que pone de manifiesto el objetivo prioritario que es para el Ejecutivo nacional el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, según la cual el año 2015 es la fecha límite para que todos los municipios hagan una debida gestión de depuración de sus aguas.
Actualmente en la cuenca del Duero el 75% de la población depura adecuadamente sus aguas. Aun así, existen todavía importantes problemas de depuración, sobre todo en los núcleos de población más pequeños. Según datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), a día de hoy 19 localidades mayores de 10.000 habitantes/equivalentes y situadas en zonas sensibles no cuentan con un tratamiento de depuración terciario, cuyo objetivo es eliminar nitrógeno y fósforo, a pesar de que la ley les obliga a contar con este tipo de sistema antes del año 2013.
De los núcleos de población de más de 2.000 habitantes/equivalentes que existen en la comunidad, 102 no tienen un sistema de depuración adecuada frente a los 93 que sí depuran debidamente sus aguas. Aunque, hay que destacar que 29 de los 102 núcleos que aún no disfrutan de un sistema adecuado, tienen actualmente las instalaciones de depuración en ejecución.
Por último 2.203 localidades menores de 2.000 habitantes/equivalentes no disponen de tratamiento adecuado, frente a los 1.735 núcleos que sí depuran adecuadamente sus aguas.
Con el fin de corregir esta situación el Gobierno de España, a pesar de que desde 1984 no tiene competencias en materia de depuración, invertirá un tercio de la inversión total, es decir, cerca de 342,9 millones de euros, ya que no quiere quedarse al margen. Por su parte la Junta de Castilla y León aportará algo más de 700 millones hasta sumar los 1055,5 millones de inversión previstos en el II Plan Nacional de Calidad de las Aguas.
El MARM asumirá el 100% del coste de las 15 obras declaradas de Interés General, que requerirán una inversión de 80,8 millones de euros. Se trata de la construcción de nuevas Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Soria y de las poblaciones que vierten en el entorno del embalse de Castrovido (Burgos) y la ampliación para que incluya el tratamiento terciario, de las depuradoras de Palencia, La Bañeza (León), El Tiemblo (Ávila), Miranda de Ebro (Burgos).
Pero además se acometerá la elaboración de un emisario desde la EDAR de Ávila hasta aguas abajo de la presa de Las Cogotas, otro en Golmayo (Soria) y un tercero en la Fuente Espina (Aranda de Duero), así como de los emisarios de Pelabravo, Arapiles, Las Torres y Carbajosa y el azud de Villagonzalo (Salamanca) para su conexión con la EDAR de la capital salmantina. Las obras incluyen también la remodelación de la EDAR de Quintanar de la Sierra (Burgos), la conexión de saneamiento entre Calendario y Béjar (Salamanca) y el colector de El Bierzo en Cabañas Raras (León). La ampliación de las depuradoras situadas en zonas sensibles para que incluyan el tratamiento terciario le costará al MARM unos 39,7 millones de euros. Se trata de 16 actuaciones entre las que figuran las obras en las depuradoras de Arenas de San Pedro, Arévalo, El Barco de Ávila y Piedralaves (Ávila); la ampliación de la depuradora de Venta de Baños en Palencia y las obras en las depuradoras de Guijuelo y Peñaranda de Bracamonte, en la provincia de Salamanca.
Las obras en zonas sensibles también incluyen la ampliación de las depuradoras de Cantalejo y Cuellar (Segovia); las de Iscar, Tordesillas, Tudela de Duero y Valladolid capital; y las depuradoras de Benavente, Toro y Zamora capital en la provincia de Zamora.
El MARM invertirá además 96,5 millones de euros, a través de la Sociedad Estatal Aguas del Duero, en la ampliación y mejora de las depuradoras de Burgos y Segovia. En ambos casos los Ayuntamientos beneficiarios tendrán que devolver el 30% del coste de las obras a la Sociedad Estatal en un plazo máximo de 25 años.
Por último, otros 125,9 millones irán destinados a distintas actuaciones a acometer en municipios que tengan al menos un 5% de su superficie o un mínimo de 10 hectáreas dentro de la Red Natura 2000 y una población inferior a los 20.000 habitantes.
En 14 de estos municipios, todos ellos menores de 2.000 habitantes, la CHD va a construir de forma experimental otras tantas depuradoras de bajo coste para evitar que, como ha ocurrido en otras ocasiones, las infraestructuras terminen abandonadas al no poder ser costeado su mantenimiento por los ciudadanos.
La principal diferencia de estas depuradoras y las convencionales es que el gasto energético es nulo o muy bajo y que el mantenimiento es muy sencillo lo que, a priori, convierte este sistema de depuración en el más aconsejado para las localidades con poca población.
Del montante total de la inversión prevista en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas, cerca de 900 millones de euros, es decir el 85%, se destinará a la cuenca del Duero. De esta cantidad, cerca de 320 millones serán financiados por el MARM y ejecutados a través de la Confederación Hidrográfica del Duero y de la Sociedad Estatal Aguas del Duero.
Por norma general a la hora de planificar las actuaciones se dará prioridad a los núcleos de más de 2.000 habitantes y las capitales de provincia que necesiten reforzar sus sistemas de depuración, y que ya están incumpliendo la ley desde el 1 de enero de 2006. Aunque en la cuenca del Duero la CHD se encargará de elaborar un informe que recogerá las poblaciones menores de 2.000 habitantes que presentan mayores problemas de depuración y que, por lo tanto, requieran una actuación más urgente.
El objetivo de todas estas actuaciones es obtener un buen estado ecológico de los ríos, que dejarán de recibir vertidos sin depurar o depurados de forma inadecuada, y conseguir, de esta forma, que el progreso no esté reñido con la protección del medio ambiente y de las masas de agua. Detalle de uno de los procesos de depuración en una de las plantas de la región destinadas a este fin.
Los límites de fechas que establece la ley para acondicionar y mejorar los mecanismos de limpieza de las aguas hacen necesario una actuación en este tema. De ahí este esfuerzo inversor, que pone de manifiesto el objetivo prioritario que es para el Ejecutivo nacional el cumplimiento de la Directiva Marco del Agua, según la cual el año 2015 es la fecha límite para que todos los municipios hagan una debida gestión de depuración de sus aguas.
Actualmente en la cuenca del Duero el 75% de la población depura adecuadamente sus aguas. Aun así, existen todavía importantes problemas de depuración, sobre todo en los núcleos de población más pequeños. Según datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), a día de hoy 19 localidades mayores de 10.000 habitantes/equivalentes y situadas en zonas sensibles no cuentan con un tratamiento de depuración terciario, cuyo objetivo es eliminar nitrógeno y fósforo, a pesar de que la ley les obliga a contar con este tipo de sistema antes del año 2013.
De los núcleos de población de más de 2.000 habitantes/equivalentes que existen en la comunidad, 102 no tienen un sistema de depuración adecuada frente a los 93 que sí depuran debidamente sus aguas. Aunque, hay que destacar que 29 de los 102 núcleos que aún no disfrutan de un sistema adecuado, tienen actualmente las instalaciones de depuración en ejecución.
Por último 2.203 localidades menores de 2.000 habitantes/equivalentes no disponen de tratamiento adecuado, frente a los 1.735 núcleos que sí depuran adecuadamente sus aguas.
Con el fin de corregir esta situación el Gobierno de España, a pesar de que desde 1984 no tiene competencias en materia de depuración, invertirá un tercio de la inversión total, es decir, cerca de 342,9 millones de euros, ya que no quiere quedarse al margen. Por su parte la Junta de Castilla y León aportará algo más de 700 millones hasta sumar los 1055,5 millones de inversión previstos en el II Plan Nacional de Calidad de las Aguas.
El MARM asumirá el 100% del coste de las 15 obras declaradas de Interés General, que requerirán una inversión de 80,8 millones de euros. Se trata de la construcción de nuevas Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de Soria y de las poblaciones que vierten en el entorno del embalse de Castrovido (Burgos) y la ampliación para que incluya el tratamiento terciario, de las depuradoras de Palencia, La Bañeza (León), El Tiemblo (Ávila), Miranda de Ebro (Burgos).
Pero además se acometerá la elaboración de un emisario desde la EDAR de Ávila hasta aguas abajo de la presa de Las Cogotas, otro en Golmayo (Soria) y un tercero en la Fuente Espina (Aranda de Duero), así como de los emisarios de Pelabravo, Arapiles, Las Torres y Carbajosa y el azud de Villagonzalo (Salamanca) para su conexión con la EDAR de la capital salmantina. Las obras incluyen también la remodelación de la EDAR de Quintanar de la Sierra (Burgos), la conexión de saneamiento entre Calendario y Béjar (Salamanca) y el colector de El Bierzo en Cabañas Raras (León). La ampliación de las depuradoras situadas en zonas sensibles para que incluyan el tratamiento terciario le costará al MARM unos 39,7 millones de euros. Se trata de 16 actuaciones entre las que figuran las obras en las depuradoras de Arenas de San Pedro, Arévalo, El Barco de Ávila y Piedralaves (Ávila); la ampliación de la depuradora de Venta de Baños en Palencia y las obras en las depuradoras de Guijuelo y Peñaranda de Bracamonte, en la provincia de Salamanca.
Las obras en zonas sensibles también incluyen la ampliación de las depuradoras de Cantalejo y Cuellar (Segovia); las de Iscar, Tordesillas, Tudela de Duero y Valladolid capital; y las depuradoras de Benavente, Toro y Zamora capital en la provincia de Zamora.
El MARM invertirá además 96,5 millones de euros, a través de la Sociedad Estatal Aguas del Duero, en la ampliación y mejora de las depuradoras de Burgos y Segovia. En ambos casos los Ayuntamientos beneficiarios tendrán que devolver el 30% del coste de las obras a la Sociedad Estatal en un plazo máximo de 25 años.
Por último, otros 125,9 millones irán destinados a distintas actuaciones a acometer en municipios que tengan al menos un 5% de su superficie o un mínimo de 10 hectáreas dentro de la Red Natura 2000 y una población inferior a los 20.000 habitantes.
En 14 de estos municipios, todos ellos menores de 2.000 habitantes, la CHD va a construir de forma experimental otras tantas depuradoras de bajo coste para evitar que, como ha ocurrido en otras ocasiones, las infraestructuras terminen abandonadas al no poder ser costeado su mantenimiento por los ciudadanos.
La principal diferencia de estas depuradoras y las convencionales es que el gasto energético es nulo o muy bajo y que el mantenimiento es muy sencillo lo que, a priori, convierte este sistema de depuración en el más aconsejado para las localidades con poca población.
Del montante total de la inversión prevista en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas, cerca de 900 millones de euros, es decir el 85%, se destinará a la cuenca del Duero. De esta cantidad, cerca de 320 millones serán financiados por el MARM y ejecutados a través de la Confederación Hidrográfica del Duero y de la Sociedad Estatal Aguas del Duero.
Por norma general a la hora de planificar las actuaciones se dará prioridad a los núcleos de más de 2.000 habitantes y las capitales de provincia que necesiten reforzar sus sistemas de depuración, y que ya están incumpliendo la ley desde el 1 de enero de 2006. Aunque en la cuenca del Duero la CHD se encargará de elaborar un informe que recogerá las poblaciones menores de 2.000 habitantes que presentan mayores problemas de depuración y que, por lo tanto, requieran una actuación más urgente.
El objetivo de todas estas actuaciones es obtener un buen estado ecológico de los ríos, que dejarán de recibir vertidos sin depurar o depurados de forma inadecuada, y conseguir, de esta forma, que el progreso no esté reñido con la protección del medio ambiente y de las masas de agua. Detalle de uno de los procesos de depuración en una de las plantas de la región destinadas a este fin.