Iberdrola iniciara en dos meses las obras de otra central en el Sil
Jue, 12/08/2010
Dentro de dos meses, Iberdrola volverá a perforar en el Cañón del Sil con todas las bendiciones del Ministerio de Medio Ambiente y de la Xunta. Gobierno central y autonómico avalan la ausencia de daño medioambiental en la nueva perforación de esta zona declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) e integrada en la Red Natura. La compañía está pendiente sólo de obtener la licencia urbanística para realizar en la Ribeira Sacra uno de sus mayores proyectos hidroeléctricos de España.
La construcción del embalse de San Pedro II, en el término municipal de Nogueira de Ramuín, supondrá la ampliación semisubterránea del pantano del mismo nombre. La nueva obra permitirá a la eléctrica alcanzar en esta central los 75 megavatios de producción energética, 25 más de los que ahora obtiene. Las actuaciones de la empresa en el Cañón del Sil -esta obra viene precedida por la ampliación del embalse de Santo Estevo mediante la construcción de otra central complementaria- están encaminadas a obtener más energía a partir de la misma cantidad de agua. La construcción de la nueva presa complementaria es consecuencia de la ampliación de Santo Estevo. En este caso, el proyecto está presupuestado en 52 millones de euros y las obras se prolongarán hasta 2012.
Como en ocasiones anteriores, Iberdrola esgrime a favor de su proyecto el beneficio económico que reportará a la comarca. La empresa sostiene que creará 190 empleos directos y que el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín recibirá, como tasas por la licencia de obra, 362.000 euros. La compañía ha encontrado en el corazón de la Ribeira Sacra el enclave adecuado para convertirse en líder hidroeléctrica de Galicia. Los últimos proyectos de ampliación de sus embalses le permitirán superar los 2.000 megavatios de producción energética a partir del agua del Sil, en la zona monumental y paisajística más emblemática de Ourense, pese a que la UE alertó en 2000, a través de la Directiva Marco del Agua, de la sobreexplotación a la que estaba sometido el río Sil.
Como ocurrió en el caso de Santo Estevo, Iberdrola deberá evacuar también el embalse de San Pedro para poder construir el acceso subterráneo. Aunque técnicos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y de la propia compañía garantizaron, y más tarde confirmó la fiscalía, que no se había producido daño ecológico por el secado del río, el paisaje del Cañón del Sil sufrió un cambio radical durante esos meses de secado. El vaciado del río provocó asimismo la inundación de las termas de la capital ourensana.
La hidroeléctrica iniciará la nueva obra cuando todavía está patente el malestar de los empresarios de Doade, en el municipio de Sober, principales damnificados por la supresión de las rutas turísticas del catamarán del Cañón del Sil, del que fue necesario prescindir durante algunas semanas por falta de agua.
Esta no será la única actuación de Iberdrola en el Sil. Tras la construcción de Santo Estevo II y San Pedro II llegará el más ambicioso de los proyectos de la hidroeléctrica, el de Santa Cristina. En estas tres obras, que finalizarán en 2018 y dejarán el cauce del Sil enjaulado en una docena de embalses, la compañía realizará una inversión de 7.000 millones de euros. Una vez en marcha las nuevas centrales, venderá el excedente de energía en el mercado internacional.
Frente a las garantías del Estado, de la Xunta y de la propia empresa sobre la sostenibilidad de la obra, el BNG y las asociaciones ecologistas Adega, Ríos con Vida y Fundación Xermán Estévez alertan del "daño constante" en zona protegida. La Fundación para la protección de la naturaleza Xermán Estévez cree que, "de nuevo", Iberdrola vulnerará la legislación al obrar en zona protegida. Todas las asociaciones ecologistas consultadas entienden que el vaciado del tramo de un río provoca "daños irreparables" en flora y fauna.
La construcción del embalse de San Pedro II, en el término municipal de Nogueira de Ramuín, supondrá la ampliación semisubterránea del pantano del mismo nombre. La nueva obra permitirá a la eléctrica alcanzar en esta central los 75 megavatios de producción energética, 25 más de los que ahora obtiene. Las actuaciones de la empresa en el Cañón del Sil -esta obra viene precedida por la ampliación del embalse de Santo Estevo mediante la construcción de otra central complementaria- están encaminadas a obtener más energía a partir de la misma cantidad de agua. La construcción de la nueva presa complementaria es consecuencia de la ampliación de Santo Estevo. En este caso, el proyecto está presupuestado en 52 millones de euros y las obras se prolongarán hasta 2012.
Como en ocasiones anteriores, Iberdrola esgrime a favor de su proyecto el beneficio económico que reportará a la comarca. La empresa sostiene que creará 190 empleos directos y que el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín recibirá, como tasas por la licencia de obra, 362.000 euros. La compañía ha encontrado en el corazón de la Ribeira Sacra el enclave adecuado para convertirse en líder hidroeléctrica de Galicia. Los últimos proyectos de ampliación de sus embalses le permitirán superar los 2.000 megavatios de producción energética a partir del agua del Sil, en la zona monumental y paisajística más emblemática de Ourense, pese a que la UE alertó en 2000, a través de la Directiva Marco del Agua, de la sobreexplotación a la que estaba sometido el río Sil.
Como ocurrió en el caso de Santo Estevo, Iberdrola deberá evacuar también el embalse de San Pedro para poder construir el acceso subterráneo. Aunque técnicos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y de la propia compañía garantizaron, y más tarde confirmó la fiscalía, que no se había producido daño ecológico por el secado del río, el paisaje del Cañón del Sil sufrió un cambio radical durante esos meses de secado. El vaciado del río provocó asimismo la inundación de las termas de la capital ourensana.
La hidroeléctrica iniciará la nueva obra cuando todavía está patente el malestar de los empresarios de Doade, en el municipio de Sober, principales damnificados por la supresión de las rutas turísticas del catamarán del Cañón del Sil, del que fue necesario prescindir durante algunas semanas por falta de agua.
Esta no será la única actuación de Iberdrola en el Sil. Tras la construcción de Santo Estevo II y San Pedro II llegará el más ambicioso de los proyectos de la hidroeléctrica, el de Santa Cristina. En estas tres obras, que finalizarán en 2018 y dejarán el cauce del Sil enjaulado en una docena de embalses, la compañía realizará una inversión de 7.000 millones de euros. Una vez en marcha las nuevas centrales, venderá el excedente de energía en el mercado internacional.
Frente a las garantías del Estado, de la Xunta y de la propia empresa sobre la sostenibilidad de la obra, el BNG y las asociaciones ecologistas Adega, Ríos con Vida y Fundación Xermán Estévez alertan del "daño constante" en zona protegida. La Fundación para la protección de la naturaleza Xermán Estévez cree que, "de nuevo", Iberdrola vulnerará la legislación al obrar en zona protegida. Todas las asociaciones ecologistas consultadas entienden que el vaciado del tramo de un río provoca "daños irreparables" en flora y fauna.