El Esmerillón rechaza abrir el Consejo de Pesca a asociaciones sin piscifactoría
Mié, 25/08/2010
La Sociedad de Pescadores El Esmerillón, que preside Francisco Antonio Caldevilla Pérez, «Antón el Cuatro», se ha mostrado muy crítica con las pretensiones de la Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias de facilitar la entrada de nuevas asociaciones, presumiblemente afines al PSOE, en el Consejo Regional de Pesca. Hasta el momento, según una resolución de abril de 2007, para ser sociedad colaboradora del Consejo de Pesca uno de los requisitos indispensables era contar con al menos 250 socios, además de disponer de una piscifactoría que tuviera como mínimo 75.000 alevines.
La Sociedad El Esmerillón está dispuesta a aceptar la entrada de nuevos colectivos «siempre que las nuevas sociedades de pescadores cumplan los requisitos establecidos. Para nosotros es una enorme discriminación el que nos hayan obligado a invertir un "pastón" en la construcción de una piscifactoría y ahora otras sociedades de pescadores no se vean en la necesidad de cumplir con ese mismo requisito», explicó Caldevilla. «O cerramos y nos quedamos sin centro de alevinaje o, bien, pedimos daños y perjuicios a la Administración regional», añadió el presidente de El Esmerillón, un colectivo con sede social en Arriondas, que suma más de un millar de asociados.
El Esmerillón dispone desde hace casi siete años de una piscifactoría en el río Mampodre, a la altura del núcleo de Romillu, en el término municipal de Parres, donde se crían abundantes cantidades de alevines que, posteriormente, se utilizan para repoblar buena parte de las cuencas fluviales de la comarca suroriental asturiana. «Empezamos a mover el asunto de la piscifactoría el 11 de septiembre de 2003 y la inversión habrá rondado los 120.000 euros. Y esa cantidad es la que barajamos exigir como compensación por los daños y los perjuicios ocasionados», desveló el máximo mandatario de esa sociedad de pescadores. El Gobierno del Principado ya ha procedido a la redacción de un borrador para reglamentar en la ley de Ecosistemas y Pesca Fluvial la novedosa situación de las sociedades de pescadores aspirantes a meterse en el Consejo de Pesca.
«Hemos presentado una alegación, junto al resto de las asociaciones colaboradoras del Principado de Asturias, contra lo que consideramos un auténtico atropello. Aquí lo que pretende la Administración regional es colar en el Consejo Regional de Pesca a sociedades afines políticamente a sus intereses para que los apoyen. No se puede infringir el decreto de abril de 2007 así como así», aseveró el ribereño, natural de la localidad de Villanueva (Cangas de Onís). El próximo fin de semana (28 y 29 de agosto), siempre y cuando el tiempo lo permita, la Sociedad de Pescadores El Esmerillón tiene previsto realizar un censo de salmones en la cuenca del río Sella. «Para esa tarea contaremos con buzos. Hay mucho salmón en el río y queremos saber con certeza el número de ellos a estas alturas del año.
El conteo de salmones al finalizar cada temporada era una vieja reivindicación de El Esmerillón y, por fin, se va a hacer realidad. Es posible que en torno a un treinta o cuarenta por ciento de los salmones que hay por el río no se puedan ver», explicó Antonio Caldevilla, «Antón el Cuatro».
En la recién concluida campaña el Sella tan sólo dio 86 salmones, precisamente en la temporada en la que entró en vigor la normativa más controvertida de la historia de la pesca fluvial en Asturias. «Para los pescadores resultó ser la temporada más desastrosa de cuantas se recuerdan; aunque, en lo referente a la estadística salmonera, podría considerarse como de lo más normal», indicó Antón el Cuatro.
La Sociedad El Esmerillón está dispuesta a aceptar la entrada de nuevos colectivos «siempre que las nuevas sociedades de pescadores cumplan los requisitos establecidos. Para nosotros es una enorme discriminación el que nos hayan obligado a invertir un "pastón" en la construcción de una piscifactoría y ahora otras sociedades de pescadores no se vean en la necesidad de cumplir con ese mismo requisito», explicó Caldevilla. «O cerramos y nos quedamos sin centro de alevinaje o, bien, pedimos daños y perjuicios a la Administración regional», añadió el presidente de El Esmerillón, un colectivo con sede social en Arriondas, que suma más de un millar de asociados.
El Esmerillón dispone desde hace casi siete años de una piscifactoría en el río Mampodre, a la altura del núcleo de Romillu, en el término municipal de Parres, donde se crían abundantes cantidades de alevines que, posteriormente, se utilizan para repoblar buena parte de las cuencas fluviales de la comarca suroriental asturiana. «Empezamos a mover el asunto de la piscifactoría el 11 de septiembre de 2003 y la inversión habrá rondado los 120.000 euros. Y esa cantidad es la que barajamos exigir como compensación por los daños y los perjuicios ocasionados», desveló el máximo mandatario de esa sociedad de pescadores. El Gobierno del Principado ya ha procedido a la redacción de un borrador para reglamentar en la ley de Ecosistemas y Pesca Fluvial la novedosa situación de las sociedades de pescadores aspirantes a meterse en el Consejo de Pesca.
«Hemos presentado una alegación, junto al resto de las asociaciones colaboradoras del Principado de Asturias, contra lo que consideramos un auténtico atropello. Aquí lo que pretende la Administración regional es colar en el Consejo Regional de Pesca a sociedades afines políticamente a sus intereses para que los apoyen. No se puede infringir el decreto de abril de 2007 así como así», aseveró el ribereño, natural de la localidad de Villanueva (Cangas de Onís). El próximo fin de semana (28 y 29 de agosto), siempre y cuando el tiempo lo permita, la Sociedad de Pescadores El Esmerillón tiene previsto realizar un censo de salmones en la cuenca del río Sella. «Para esa tarea contaremos con buzos. Hay mucho salmón en el río y queremos saber con certeza el número de ellos a estas alturas del año.
El conteo de salmones al finalizar cada temporada era una vieja reivindicación de El Esmerillón y, por fin, se va a hacer realidad. Es posible que en torno a un treinta o cuarenta por ciento de los salmones que hay por el río no se puedan ver», explicó Antonio Caldevilla, «Antón el Cuatro».
En la recién concluida campaña el Sella tan sólo dio 86 salmones, precisamente en la temporada en la que entró en vigor la normativa más controvertida de la historia de la pesca fluvial en Asturias. «Para los pescadores resultó ser la temporada más desastrosa de cuantas se recuerdan; aunque, en lo referente a la estadística salmonera, podría considerarse como de lo más normal», indicó Antón el Cuatro.