Un estudio constata que el cambio climático provocará un mayor consumo de agua en la agricultura canaria

Vie, 05/11/2010

Europa Press

El aumento paulatino de las temperaturas que se está produciendo en la actualidad exigirá un mayor consumo de agua para la agricultura en las islas, según se recoge en un documento elaborado a instancias de la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático para determinar los efectos del incremento térmico en el archipiélago, del que también se desprende que las temperaturas más altas provocarán una mayor demanda de recursos hídricos en los cultivos para poder realizar sus funciones evapotranspirativas y fotosintéticas.
En una nota de prensa, la Agencia Canaria de Desarrollo Sostenible y Cambio Climático ha indicado que, según el citado estudio, este hecho contrarresta los posibles beneficios que obtienen las plantas con una mayor concentración de CO2 en la atmósfera, lo que facilita esas funciones. De hecho, este gas figura como uno de los principales que ocasionan el efecto invernadero y el consiguiente aumento de la temperatura.
Tal y como recoge el texto encargado por la Agencia, el mayor consumo de agua ocasionará, además, una mayor presión sobre las fuentes de abastecimiento subterráneas, lo que conllevaría el riesgo de producir intrusiones de agua de mar salina en los acuíferos costeros. Su carencia supondrá también la necesidad de variar cultivos y transformarlos en especies de secano, así como la de analizar al detalle otro tipo de plantaciones para determinar su posible adaptación a las nuevas circunstancias.
A todo ello se añade el incremento de la frecuencia de años extremos, más secos o con más fenómenos tormentosos y olas de calor más largas. Esto, según figura en el documento, complicará el manejo de cultivos y requerirá profundizar en el estudio de los impactos sobre la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.
En otro plano, el cambio climático conllevará asimismo un previsible incremento en los costes de los transportes, dada la imposición de tasas específicas por emisión de gases, entre otros factores. La consecuencia para las islas pueden ser el encarecimiento de las importaciones en general y agrícolas en particular, con el consiguiente beneficio para los productores locales. Por el contrario, los sectores exportadores del archipiélago verían incrementados sus problemas.